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Las colonias de hormigas atienden a las enfermas para controlar los patógenos

Investigadores de Alemania y Austria han logrado demostrar que las microinfecciones sirven como vacuna colectiva en colonias de hormigas. Su estudio, publicado en la revista PLoS Biology, fue financiado en parte por los proyectos europeos Socialvaccines y Latentcauses. Tanto S...

Investigadores de Alemania y Austria han logrado demostrar que las microinfecciones sirven como vacuna colectiva en colonias de hormigas. Su estudio, publicado en la revista PLoS Biology, fue financiado en parte por los proyectos europeos Socialvaccines y Latentcauses. Tanto Socialvaccines («Vacunación social en colonias de hormigas: desde los mecanismos individuales hasta los efectos en la sociedad») como Latentcauses («Modelización de causas latentes en redes moleculares») recibieron fondos del Consejo Europeo de Investigación (CEI) a través del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea, por valor de 1,3 y 1,24 millones de euros respectivamente. Los científicos, dirigidos por el Instituto de Ciencia y Tecnología Austria (IST Austria), investigaron el potencial de los brotes de enfermedad en colonias de hormigas. En su opinión, dichas colonias poseen un sistema inmunitario social que asegura el control de dichos brotes. Dicho sistema consiste en un conjunto de comportamientos higiénicos colectivos y de cambios adaptativos en las frecuencias de interacción, todo lo cual se conjuga con el sistema inmunitario fisiológico e innato de los distintos integrantes de la colonia. Los resultados obtenidos por la profesora Sylvia Cremer y su equipo proporcionan información útil para comprender el mecanismo según el cual los cuidados prestados a las hormigas enfermas propician una mejor protección contra la enfermedad en el conjunto de su sociedad. A diferencia de lo que hacen los seres humanos, las hormigas no guardan las distancias con los individuos enfermos, sino que los buscan y los lamen para eliminar el patógeno del cuerpo de la hormiga infectada. Gracias a este comportamiento de cuidado social, las hormigas enfermas poseen muchas más posibilidades de sobrevivir que los individuos que no reciben ese tratamiento. Existe, no obstante, la contrapartida de que las hormigas que brindan el auxilio también incrementan de ese modo el riesgo de sufrir la enfermedad. Los investigadores aplicaron a algunas hormigas esporas fúngicas marcadas por fluorescencia y las pusieron en contacto con otros miembros sanos de la misma colonia. En consecuencia, las esporas marcadas se propagaron por la misma. Los científicos observaron que la transmisión de las esporas se produce a un ritmo muy lento y que sólo provoca microinfecciones subletales en los individuos que antes estaban sanos. Añaden que, de hecho, estas infecciones de baja intensidad potencian la expresión de un conjunto definido de genes inmunitarios e intensifican la capacidad de las hormigas de combatir el patógeno fúngico. Esta inmunización social aumenta la capacidad de la colonia de recuperarse con mayor rapidez de la infección. Los autores señalan que la propagación social de baja intensidad de partículas infecciosas constituye una condición fundamental que representa el mecanismo subyacente de inmunización social contra infecciones fúngicas en las sociedades de hormigas. «Observamos que estas infecciones de baja intensidad, incluso en ausencia de contacto social, son necesarias y suficientes para explicar el incremento de la actividad antifúngica en las demás integrantes de la colonia. No hayamos indicios de señales químicas volátiles ni visuales que estimulasen su actividad inmune. Además, ni el comportamiento de las hormigas ni los parámetros fisiológicos dieron motivos para creer en una inmunización pasiva de los individuos sanos mediante la transferencia de agentes antimicrobianos entre las hormigas enfermas y las de su entorno y el resto de la sociedad. Por último, la eliminación experimental de la ruta activa dio lugar a la ausencia de actividad antifúngica protectora en los congéneres.» En el estudio colaboraron expertos del Instituto de Bioinformática y Biología de Sistemas del Centro Alemán de Investigación sobre Salud Medioambiental y también del Instituto de Evolución, Comportamiento y Genética de la Universidad de Ratisbona (Alemania).Para más información, consulte: Instituto de Ciencia y Tecnología Austria (IST Austria): http://ist.ac.at/ PLoS Biology: http://www.plosbiology.org/home.action

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Austria, Alemania