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Un estudio demuestra que una variante genética aumenta el riesgo de obesidad

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un vínculo entre una variación de un gen activo en el sistema nervioso central (SNC) y el aumento del riesgo de padecer obesidad. Este estudio, publicado en la revista Public Library of Science (PLoS) Genetics, refuerza ...

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un vínculo entre una variación de un gen activo en el sistema nervioso central (SNC) y el aumento del riesgo de padecer obesidad. Este estudio, publicado en la revista Public Library of Science (PLoS) Genetics, refuerza hallazgos anteriores que sugieren que nuestros genes desempeñan una función muy importante en el tipo y la cantidad de alimentos que queremos consumir y en nuestra propensión a la obesidad. La investigación forma parte del proyecto EUROSPAN («Red de investigación sobre poblaciones europeas especiales: cuantificar y aprovechar la variación genética en favor del descubrimiento genético»), financiado con 2,4 millones de euros procedentes del Sexto Programa Marco (6PM). En este último estudio, 34 centros de investigación de Europa y Estados Unidos descubrieron que las personas que han heredado la variante del gen neurexina 3 (NRXN3) tienen un riesgo más elevado de padecer obesidad (concretamente entre un 10% y un 15% más) que quienes no hayan heredado dicha variante. «La obesidad es un grave problema de salud en todo el mundo. En los últimos dos años, estudios de asociación pangenómica de marcadores de ADN (ácido desoxirribonucleico), conocidos como SNP (polimorfismos de nucleótido simple), han identificado dos nuevos factores genéticos que podrían ayudar a los científicos a comprender mejor por qué algunas personas son más propensos a padecer obesidad», indican los autores. «Descubrimos un nuevo gen, el NRXN3, que influye en el tamaño de la cadera y que ya había aparecido en estudios anteriores relacionados con la conducta en relación con la recompensa y la adicción.» Para llevar a cabo esta investigación se utilizó información procedente de ocho estudios en los que se analizó el peso corporal y los genes de más de 31.000 europeos de edades comprendidas entre los 45 y los 76 años. Según los investigadores, los sujetos eran representativos de una amplia gama de hábitos dietéticos y comportamientos que influyen en la salud. Los investigadores señalan que existe una asociación entre la variante del gen NRXN3 y el alcoholismo, la adicción a la cocaína y el consumo de sustancias ilegales. Tras evaluar más de dos millones de regiones del genoma humano, el equipo descubrió que el gen NRXN3 puede utilizarse para predecir la tendencia de las personas a padecer obesidad. Según afirmaron, la variante del gen se encontró en el 20% de los sujetos examinados. «Sabemos desde hace tiempo que la obesidad es una característica hereditaria, pero ha sido difícil encontrar los genes específicos vinculados a ella», explicó el profesor Robert Kaplan, del Departamento de Epidemiología y Salud Poblacional de la Universidad de Medicina Albert Einstein (Estados Unidos). «Existen muchos factores que afectan al tamaño y la forma del cuerpo, como los tipos y la cantidad de alimentos que consumimos, la cantidad de ejercicio que realizamos y la forma en que nuestro cuerpo metaboliza los alimentos. Por esta razón buscamos genes que podrían desempeñar una función mínima en una situación compleja.» El profesor Kaplan señaló que el NRXN3 es el tercer gen identificado que guarda relación con la obesidad. Un factor importante a tener en cuenta es que los tres genes son muy activos por lo que se refiere a codificar proteínas cerebrales. «Teniendo en cuenta el gran número de factores que contribuyen a la obesidad, es interesante que la investigación revele cada vez más indicios de que el cerebro cumple una función muy importante en el desarrollo de la enfermedad», subrayó. La prevención y el tratamiento de la obesidad serían posibles si se identificaran los genes de la obesidad. «Algún día podríamos integrar diversos genes de la obesidad en una prueba genética para identificar el riesgo que tienen las personas de padecer obesidad y, así, advertirles de la necesidad de cuidar su dieta y realizar ejercicio», afirmó el profesor Kaplan. «Además, cabe la posibilidad de descubrir fármacos que actúen sobre las rutas moleculares mediante las que ejercen su acción los genes de la obesidad.»

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