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El rigor de las abejas en el horario de trabajo

Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) han descubierto que los abejorros son bastante estrictos en sus horas de trabajo. La investigación, que se dedicó a estudiar interacciones entre los ecosistemas cercanos y al norte del Círculo Polar Ártico y ...

Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) han descubierto que los abejorros son bastante estrictos en sus horas de trabajo. La investigación, que se dedicó a estudiar interacciones entre los ecosistemas cercanos y al norte del Círculo Polar Ártico y cuyos resultados se han publicado en la revista BMC Biology, es producto del proyecto LAPBIAT («Instalación biosfera-atmósfera en Laponia»), financiado con cerca de 1,5 millones de euros mediante la acción «Infraestructuras de investigación» del Sexto Programa Marco (6PM). Los autores, el profesor Lars Chittka y el doctorando Ralph Stelzer, realizaron el estudio en una estación científica situada en el norte de Finlandia. Marcaron 1.049 abejas obreras con radioidentificadores para seguir sus movimientos, principalmente los ritmos circadianos relativos a la recolección de alimento, durante el verano ártico, en el que existe luz solar las veinticuatro horas del día. Los investigadores hipotetizaron que los abejorros recolectores aprovecharían la luz constante para trabajar más, obtener más alimentos e impulsar el crecimiento de la colonia. Estudios anteriores habían demostrado que los ritmos circadianos de los insectos sociales son bastante flexibles y que estas criaturas pueden alterar la expresión de genes CLOCK («Circadian Locomotor Output Cycles Kaput»). Estos investigadores estudiaron los hábitos de recolección en colonias de abejorros (Bombus terrestris y B. pascuorum) situados en la zona norte de Finlandia durante el periodo estival, cuando el sol permanece por encima del horizonte durante varias semanas. Se examinaron abejorros nativos y también un grupo de colonias de abejas introducidas en el Ártico. Ambas especies realizaban turnos de día con un pico de actividad a mediodía. Las abejas se retiraban a sus colmenas unas horas antes de medianoche, según informan los investigadores. Es decir, las abejas no mantenían la actividad durante el periodo de 24 horas completo. «Descubrimos que las abejas no aprovechan esta oportunidad, lo que sugiere que debe tener alguna ventaja hacer la "pausa nocturna"», explicó el Sr. Stelzer. Los investigadores descubrieron que los abejorros recolectores mantenían ritmos diurnos fijos. Cerca del 95% de los obreros B. terrestris comprobados mantenían un ritmo diurno fuerte, con una duración media de 23,8 horas. La mayor parte de la actividad recolectora se producía entre las 08:00 y las 23:00. Los obreros B. pascuorum realizaban la mayoría de la actividad recolectora entre las 06:00 y las 22:00. Los investigadores afirmaron que las abejas deben valerse de alguna clave externa para saber la hora en ausencia de alternancia entre día y noche. Según su investigación, los insectos probablemente sean sensibles a la intensidad y calidad de la luz o a cambios en la temperatura. «Las fluctuaciones diarias en la composición del espectro luminoso, sobre todo en la banda de los rayos ultravioleta (UV), podrían también ser las responsables de la sincronización de los ritmos circadianos en los recolectores en condiciones de luz continua», escriben los autores. «A pesar de la luz, las temperaturas bajan durante la "noche" ártica, por lo que puede que las abejas necesiten regresar a sus colmenas para calentar a sus crías», comentaron los investigadores. «También es posible que un periodo de sueño ayude a las abejas a recordar la información obtenida durante la recolección diurna.»

Países

Alemania, Francia, Reino Unido

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