El futuro está en el cielo. Ampliación de la red sudafricana de radioastronomía mediante la cooperación En una sesión especial del Parlamento Europeo celebrada el lunes 7 de noviembre se reunieron políticos, expertos, eurodiputados y astrónomos para debatir por un lado sobre el futuro de la radioastronomía en Sudáfrica y por otro sobre el contexto general de una asociación cient... En una sesión especial del Parlamento Europeo celebrada el lunes 7 de noviembre se reunieron políticos, expertos, eurodiputados y astrónomos para debatir por un lado sobre el futuro de la radioastronomía en Sudáfrica y por otro sobre el contexto general de una asociación científica entre Europa y África, uno de los objetivos clave de la estrategia conjunta África-UE adoptada en la cumbre África-UE de 2010. Uno de los oradores invitados, la Srta. Naledi Pandor, Ministra de Ciencia y Tecnología de Sudáfrica, expresó su deseo de que no se considere a África como un «beneficiario de ayudas sino como un espacio para albergar investigación de primer orden». Explicó que la radioastronomía, el estudio de los objetos celestes emisores de ondas de radio como las estrellas, los agujeros negros y las galaxias, es capaz de generar crecimiento, mejorar la consideración de la ciencia y la tecnología entre los jóvenes africanos y contribuir a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Organizado por la Delegación para las Relaciones con Sudáfrica del Parlamento Europeo y coordinado por el eurodiputado británico Michael Cashman, del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, el evento contó con la asistencia de expertos que pusieron de manifiesto la función ya importante de Sudáfrica en la red astronómica global. Sus condiciones excelentes para la observación en amplias zonas sin contaminación lumínica o radiofrecuencias que interfieran en las observaciones han convertido al país en el emplazamiento ideal para el telescopio óptico de lente única más grande del hemisferio sur, el SALT (Gran Telescopio Sudafricano). Ahora Sudáfrica desea ampliar su base científica radioastronómica y acaba de presentar una solicitud respaldada por la Unión Africana (UA) para albergar el radiotelescopio SKA (conjunto de antenas de un kilómetro cuadrado). Se trata del proyecto de radioastronomía más grande de la historia humana y ampliaría la capacidad de la comunidad de astrónomos para resolver distintas cuestiones sobre el Universo aún sin respuesta. Su puesta en marcha está prevista para 2024. Se construirá en fases aprovechando la infraestructura existente en Sudáfrica o Australia una vez se pronuncie al respecto la comunidad astronómica mundial. El profesor George Miley, vicepresidente de la Unión Astronómica Internacional, indicó que «independientemente de su ubicación final, será un potente motor de desarrollo global.» Respaldando la candidatura sudafricana, el Dr. Bernie Fanaroff, director de la Oficina Sudafricana para el proyecto SKA, explicó que de ubicarse en Sudáfrica serviría para subsanar el «vacío telescópico» geográfico que existe en la actualidad, pues las antenas SKA alcanzarían hasta las islas del Océano Índico. En sus propias palabras, «la calidad de las imágenes depende de la cantidad de telescopios instalados. Si se completan los vacíos telescópicos se obtienen imágenes mucho más nítidas. Lo interesante de la astronomía es que, cuanto más lejos se observa, más se está mirando hacia el pasado.» Aunque no sea evidente, además de los aspectos puramente científicos la radioastronomía ha realizado contribuciones importantes a la vida diaria. La óptica adaptativa de precisión, el procesamiento de imágenes, el Wi-Fi, los detectores electrónicos de gran sensibilidad y los relojes de gran exactitud son distintas aplicaciones prácticas de la ciencia radioastronómica. El Dr. Bernie Fanaroff afirmó: «El crecimiento basado en la extracción de recursos no es sostenible, por lo que es necesario diversificarse. La radioastronomía puede generar proyectos paralelos de elevado nivel tecnológico y una gran capacidad para la innovación técnica y científica.» No obstante, el beneficio más importante que puede prestar la radioastronomía es quizás resultar accesible y servir de inspiración para que los jóvenes se interesen por la ciencia. «El desarrollo de una red mundial de radioastronomía es importante pues eleva el nivel de la ciencia y la tecnología en África y atrae la atención del público a la ciencia. En África no tenemos suficientes ingenieros ni científicos, por lo que es importante superar el prejuicio de su extremada dificultad», comentó el Dr. Fanaroff. La ministra Pandor también expresó su esperanza de que la radioastronomía sea capaz de mejorar el estatus de la mujer en la comunidad científica. «Los [Objetivos de Desarrollo del Milenio] también hacen mención a la formación en relación al género; las mujeres deben contar con igualdad de condiciones de acceso a la ciencia y es necesario trabajar para reducir su exclusión.» La UE apoya económicamente desde hace tiempo la investigación sudafricana en radioastronomía mediante una gran cantidad de proyectos dedicados a unir una red emergente de telescopios africanos a la sección europea de la red VLBI (interferometría de base muy larga). En esta red se combinan las observaciones de muchos telescopios para producir imágenes que de otra forma serían imposibles de lograr. Un consorcio compuesto por cinco de los principales institutos de radioastronomía de Europa creó en 1980 la red VLBI. Desde entonces, la Red Europea VLBI (EVN), fruto de la colaboración entre los principales institutos radioastronómicos europeos, asiáticos y sudafricanos, realiza observaciones de gran resolución angular de fuentes de radio cósmicas. Esta red ha crecido hasta incluir a nueve institutos que cuentan con doce radiotelescopios repartidos por todo el mundo. Un proyecto interesante relacionado es el EUNAWE («Después del Año Internacional de la Astronomía: hacer que los niños tomen conciencia del Universo»), que recibe financiación por valor de 1 903 577 euros del área temática «Espacio» del Séptimo Programa Marco (7PM). Su objetivo es despertar el interés en la astronomía en los más jóvenes en Alemania, Italia, Países Bajos, España, Sudáfrica y Reino Unido. Más allá de la astronomía se ha creado un foco de atención en la salud, el medio ambiente y la agricultura mediante una convocatoria del 7PM «África» publicada en 2010 y que cuenta con 67 millones de euros de financiación. Otra iniciativa de financiación reseñable es el proyecto sobre tecnologías de la información y la comunicación (TIC) AFRICACONNECT, financiado con 12 millones de euros mediante el Fondo Europeo de Desarrollo (FED). Todas las formas de financiación europea para África, algunas generadoras de labores vitales, son bienvenidas, pero los delegados en la reunión coincidieron en la importancia de prestar una atención equilibrada a garantizar la inclusión de una colaboración sobre «Astronomía para el Desarrollo» en el próximo Programa Marco de Investigación de la Unión Europea, Horizonte 2020. «Es posible que la promoción de la ciencia y la tecnología en el continente africano despierte sorpresa, pero es importante adentrarnos en la economía del conocimiento», expresó la ministra Pandor. «La cooperación entre África y Europa no debe estar restringida a agricultura, medio ambiente y sanidad, sino que debería incluir un conjunto exhaustivo de temas relativos al espectro completo de la ciencia y la tecnología. Deseamos aprovechar los recursos colectivos de este planeta de forma inclusiva.»Para más información, consulte: SKA: http://www.skatelescope.org/ Países Sudáfrica