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Nuevo modelo para combatir el cáncer encefálico infantil

En la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo se ha desarrollado un estudio modelo para probar técnicas de radioterapia innovadoras para el cáncer encefálico infantil que conllevan menos efectos secundarios. El estudio modelo se ha publicado en la revista Neuro-On...

En la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo se ha desarrollado un estudio modelo para probar técnicas de radioterapia innovadoras para el cáncer encefálico infantil que conllevan menos efectos secundarios. El estudio modelo se ha publicado en la revista Neuro-Oncology. La radioterapia es una parte del tratamiento contra el cáncer destinada a controlar o a eliminar las células malignas. Se trata de un procedimiento indoloro pero sus efectos secundarios incluyen fatiga, irritación cutánea, náuseas y daños en las superficies epiteliales. La radioterapia contra el cáncer encefálico infantil conlleva además el riesgo de sufrir otros efectos secundarios permanentes relacionados con los procesos neurocognitivos debido a que el radiofármaco entra en contacto con tejidos sanos. El proceso reduce la cantidad de nuevas células formadas, sobre todo en el hipocampo, un componente clave del encéfalo que desempeña una función básica en la memoria y la orientación espacial. En este estudio se evaluaron pacientes de pediatría sometidos a radioterapia convencional contra el meduloblastoma, un tipo de tumor encefálico que afecta principalmente a niños. También apoyaron su estudio en planes de tratamiento simulados mediante terapias protónicas y fotónicas, éstas de última generación. Los resultados de cada uno de los planes de tratamiento apuntaron a que el empleo de las nuevas técnicas de radioterapia permite mitigar el riesgo de sufrir contraindicaciones neurocognitivas, especialmente en el caso de la terapia protónica. Según los investigadores, la radiación de rayos X convencional y la de electrones atraviesa el organismo y por tanto aumenta la probabilidad de que afecte a tejido sano. En cambio, la energía de un haz de protones puede modificarse para que alcance tejido a una profundidad concreta. A diferencia de la irradiación fotónica, los protones pueden concentrarse en el propio tumor. De este modo es menos probable dañar el tejido sano y se reduce el riesgo de sufrir efectos secundarios. «Esta técnica podría aumentar la calidad de vida de los niños sometidos a radioterapia encefálica», afirmó la Dra. Malin Blomstrand.Para más información, consulte: Academia Sahlgrenska, Universidad de Gotemburgo: http://www.sahlgrenska.gu.se/english Neuro-Oncology: http://neuro-oncology.oxfordjournals.org/

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Suecia

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