Skip to main content
European Commission logo print header

Article Category

Noticias
Contenido archivado el 2023-03-16

Article available in the following languages:

Nuevas rocas groenlandesas impulsan una relectura de la historia geológica

Un grupo de rocas de 3 400 millones de años de antigüedad descubiertas en la Cordillera Isua, en el suroeste de Groenlandia, ha aportado información valiosa sobre la estructura de la Tierra durante sus primeras fases de desarrollo. El descubrimiento corrió a cargo de un equipo...

Un grupo de rocas de 3 400 millones de años de antigüedad descubiertas en la Cordillera Isua, en el suroeste de Groenlandia, ha aportado información valiosa sobre la estructura de la Tierra durante sus primeras fases de desarrollo. El descubrimiento corrió a cargo de un equipo franco-danés dirigido por investigadores del Laboratorio «Magmas y Volcanes», una unidad de investigación conjunta en la que participan la Universidad Blaise Pascal, el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y el Instituto de Investigación y Desarrollo Francés (IRD). Su investigación se financió principalmente mediante una subvención de inicio (Starting Grant) del Consejo Europeo de Investigación (CEI). La falta del isótopo neodimio 142, un elemento químico esencial en el estudio de la formación de la Tierra, en las rocas estudiadas fue la pista que despertó el interés del equipo científico. Esta carencia respalda la hipótesis de que la Tierra estuvo compuesta por un océano de magma fundido que se enfrió progresivamente 100 o 200 millones de años después de la formación del planeta. Según el artículo publicado por el equipo en Nature, «el primer indicio indiscutible de una diferenciación muy temprana de la Tierra de silicatos procedió del cronómetro extinguido 146Sm-142Nd». Se calcula que la Tierra se formó hace 4 580 millones de años por acreción de materia en suspensión en el Sistema Solar. El calor generado por el proceso de acreción y el decaimiento de los elementos radioactivos provocaron que los materiales agregados se fundieran. Así, entre 100 y 200 millones de años tras su formación, la Tierra debió ser un océano de magma fundido en cuyo centro se acumuló un núcleo metálico. Con el paso de los años este océano se enfrió y, al igual que un chocolate líquido en un día frío, se generó una corteza sobre la superficie y con ella, poco después, el proceso de deriva continental. La cristalización del magma fundido probablemente se produjo en paralelo a la formación de capas químicas en la Tierra: una diferenciación de las varias capas concéntricas con composiciones químicas distintas. El equipo científico descubrió en las rocas de Isua indicios claros de esta falta de homogeneidad primordial. El interés y la atención de los científicos aumentaron por la falta de un elemento químico clave, el isótopo neodimio 142, formado por el decaimiento de un isótopo radioactivo ya desaparecido denominado samario 146. La cantidad de neodimio 142 es prácticamente idéntica en todas las rocas terrestres. Hasta hoy sólo se habían encontrado dos excepciones en Canadá y Groenlandia en rocas de 3 700 millones de años de antigüedad. La composición de estas rocas apunta a las heterogeneidades primordiales que surgieron durante la cristalización del océano de magma. En 2003, dos equipos científicos de Francia observaron por vez primera un exceso de neodimio 142 en algunas rocas de la misma zona. Si este exceso se apreciara en algunas capas de la Tierra primordial se podría esperar que existiesen otras capas en las que el isótopo hubiese desaparecido. No obstante, esta hipótesis no había recibido confirmación hasta el descubrimiento logrado por este equipo franco-danés. Mediante el empleo de un método de gran sofisticación, la espectrometría de masas con ionización térmica (TIMS), se realizó un análisis muy detallado de la concentración de neodimio 142 de las muestras de roca de Isua que puso de manifiesto un déficit de este isótopo de 10,6 partes por millón y que respalda la teoría del «océano de magma». Según su artículo, «los resultados dan testimonio de la existencia de un componente enriquecido del eón Hadeico y sugieren que el manto suroccidental de Groenlandia conservó las heterogeneidades iniciales hasta al menos hace 3,4 Gyr [3 400 millones de años]». Estos descubrimientos contribuirán a la mejora de los modelos de la dinámica interna de la Tierra que se produjeron durante las fases iniciales de su desarrollo. El descubrimiento de un déficit de neodimio 142 en rocas relativamente jóvenes, creadas hace cerca de mil millones de años tras la cristalización del océano de magma, ha permitido a los investigadores mostrar que las heterogeneidades primordiales persistieron durante más tiempo del que se pensaba antes de eliminarse a través de los procesos de convección del manto terrestre. El equipo se propone ahora estudiar la composición de otras rocas de afloramientos de edad similar en Canadá, Sudáfrica y China para obtener un corpus de datos más completo.Para más información, consulte: Nature: http://www.nature.com CNRS: http://www.cnrs.fr/

Países

Montserrat