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Definir el futuro papel de la Unión Europea en el ámbito internacional

La coordinación internacional es básica para abordar retos como el comercio y el desarrollo, la seguridad, el cambio climático, la migración y las finanzas mundiales. El proyecto europeo GLOBE identificó las tendencias que la UE debe estimar en sus nuevas estrategias en esta área. Esto mantendrá a los ciudadanos de la UE y sus intereses en el foco de la gobernanza mundial en los próximos decenios.

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En los últimos años, se han añadido estratos más complejos y difíciles a la gobernanza mundial. Entre ellos figuran la crisis climática, la evolución de la dinámica comercial, la volatilidad de los mercados financieros y los acuciantes problemas de seguridad. La Unión Europea (UE) está en el centro de esta red compleja y, ahora más que nunca, necesita determinar su papel en medio de esta dinámica cambiante.

«La UE no es un Estado soberano. Como tal, se enfrenta a muchas limitaciones a la hora de participar en organizaciones internacionales (OI) creadas y pobladas sobre todo por los Estados», observa Jacint Jordana, coordinador del proyecto GLOBE en representación del Instituto Barcelona de Estudios Internacionales. «Es fundamental comprender las transformaciones de la gobernanza mundial para potenciar el papel de la UE y dinamizar la gobernanza mundial en general, que es precisamente la razón por la que iniciamos el proyecto GLOBE», explica Jordana.

Aumentar el compromiso mundial

GLOBE se desarrolló en torno a dos pilares principales: ofrecer una síntesis exhaustiva de la investigación sobre la gobernanza mundial dirigida a las partes interesadas, los responsables políticos y el público en general; y elaborar supuestos prospectivos y recomendaciones para orientar la trayectoria futura de la UE.

La necesidad de que la UE refuerce su compromiso mundial es real. Con un método pragmático, las conclusiones obtenidas en GLOBE sugieren que la UE debería forjar lazos con coaliciones de Estados afines impulsados por progresos tangibles. Al mismo tiempo, no se puede subestimar la importancia de las OI, ya que sirven como conductos vitales para la colaboración mundial.

Se anima a la UE a ampliar sus horizontes, cultivar lazos más amplios con aliados estratégicos, profundizar en las organizaciones informales y prestar apoyo a las empresas de colaboración entre entidades públicas y privadas. Este método polifacético resulta especialmente importante cuando existen obstáculos en las vías multilaterales tradicionales.

Cartografía del camino por recorrer

En medio de los retos y transformaciones actuales, el equipo del proyecto GLOBE identificó ciertas tendencias dominantes. Una de las más notables es el estancamiento de la toma de decisiones que surge de dependencias profundamente arraigadas, lo que dificulta la modificación de los procesos de toma de decisiones. Mientras tanto, las OI se encuentran a menudo en un dilema, ya que tratan de redefinir sus funciones en un mundo interconectado. Una tendencia creciente en este sentido es el establecimiento de alianzas o incluso fusiones con entidades no estatales influyentes.

Luego se encuentra la cruda realidad de la escasez de recursos. La escasez de fondos dificulta las capacidades de las OI, lo que aumenta la demanda de soluciones financieras innovadoras. Se avecina una era de organizaciones híbridas, en la que las distinciones entre las OI basadas en tratados y las que no lo están serán cada vez más difusas. Estas entidades no estatales están adquiriendo importancia y están creando un nicho relevante en la gobernanza mundial.

Reflexionando sobre el papel de los medios de comunicación, Jordana señala: «Se puede ver cómo la política nacional y las deliberaciones públicas influyen en las percepciones globales sobre las OI y la gobernanza mundial, que a su vez moldean su evolución». Este es un recordatorio de cómo las narrativas nacionales y los temas mundiales están, de hecho, estrechamente entrelazados.

Más allá de estas conclusiones, Adam Holesch, director del proyecto GLOBE, destaca la diversidad de resultados obtenidos en el proyecto. Entre ellos se incluye una encuesta detallada adaptada al personal de las OI, amplias bases de datos científicos y una serie de seminarios web reveladores.

El equipo del proyecto también puso en marcha un curso gratuito en línea que desmitifica los matices de la gobernanza mundial y destaca el papel central de la UE. La voz del proyecto resuena con más fuerza en sus dos informes finales: «Trends in Global Governance and Future Scenarios 2030» («Tendencias de la gobernanza mundial y escenarios futuros para 2030»), una síntesis de sus principales conclusiones, y «Navigating Complexity: the European Union in Global Governance» («Navegar en la complejidad: la Unión Europea en la gobernanza mundial»), una brújula tanto para los responsables políticos como para los ciudadanos del mundo.

Cuando se le pregunta por la visión a largo plazo del proyecto, las expectativas de Jordana son claras: «Desmitificar la gobernanza mundial tanto para los ciudadanos como para los responsables políticos y presentar una perspectiva integrada sobre su trayectoria futura».

En un mundo de lealtades cambiantes y retos en evolución, el proyecto GLOBE sirve a la vez de espejo y de mapa, ya que refleja el estado actual de la gobernanza mundial y marca el rumbo de la UE en estos tiempos de transformación.

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Datos del proyecto

Acrónimo del proyecto
GLOBE
Número del proyecto
822654
Quién coordina el proyecto: España
Quién participa en el proyecto:
Bélgica
China
Costa Rica
Alemania
Indonesia
Israel
España
Reino Unido
Coste total
€ 2 500 000
Contribución de la UE
€ 2 500 000
Duración
-

Véase también

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