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Los demostradores insulares dan pistas sobre nuevas oportunidades para el sector de las energías renovables

Las islas son ideales para quienes quieren probar sus soluciones de mejora de la red eléctrica. Normalmente, las comunidades locales prefieren las energías renovables y hacen frente a una amplia gama de retos. El proyecto SMILE, financiado por la UE, ha probado varias combinaciones de nuevas tecnologías para hacer frente a estos retos, en beneficio de las comunidades insulares.

© SMILE, www.h2020smile.eu

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Las islas son ideales para quienes quieren probar sus soluciones de mejora de la red eléctrica. Normalmente, las comunidades locales prefieren las energías renovables y hacen frente a una amplia gama de retos. El proyecto SMILE, financiado por la UE, ha probado varias combinaciones de nuevas tecnologías para hacer frente a estos retos, en beneficio de las comunidades insulares.

Muchos países europeos están divididos en territorio continental e islas. A pesar de compartir una nacionalidad común, los ciudadanos de cualquiera de estos entornos tienen vidas completamente diferentes. Estas diferencias afectan a todo, hasta la misma forma en la que la electricidad se produce y se consume.

Esto plantea retos específicos en la aplicación de redes inteligentes, redes eléctricas modernizadas en las que la electricidad y los datos fluyen en dos direcciones para garantizar una mayor eficiencia y satisfacción de los clientes. Para que la modernización del sistema eléctrico sea un éxito, las partes interesadas deberán tener en cuenta las particularidades locales de las islas. Y esto es exactamente de lo que trata el proyecto SMILE.

Giannicola Loriga, jefe de Colaboración de I+D Corporativa y Estrategia de Desarrollo en el RINA y coordinador del proyecto, comenta: «SMILE propone un conjunto de soluciones tecnológicas y no tecnológicas adaptadas a las circunstancias locales. Hemos desarrollado diferentes tecnologías junto un marco de automatización y control multidisciplinar, modular e integrado. Al fin y al cabo, estas soluciones deben mejorar la agilidad y la competitividad de la distribución de una red eléctrica basada en energías renovables y sistemas de almacenamiento, mediante la combinación de datos reales en tiempo real con las predicciones». El abanico de tecnologías propuesto por SMILE es impresionante. Estas cubren novedosas baterías térmicas, sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS, por sus siglas en inglés), relación entre electricidad y calor, integración inteligente de los usuarios de la red del sector del transporte (tanto coches eléctricos como barcos eléctricos), un sistema de gestión de la energía, un método agregador para la gestión de la demanda, así como algoritmos predictivos. Al probar las diferentes combinaciones, el equipo de SMILE espera reducir la dependencia de las islas de los combustibles fósiles y disminuir, al mismo tiempo, los costes de producción de electricidad.

Tres demostradores

Los socios del proyecto seleccionaron tres islas para aplicar sus demostradores: Madeira en Portugal, Samsø en Dinamarca y Orkney en el Reino Unido. Loriga añade: «En términos generales, resulta más fácil hacer partícipes a las comunidades insulares en la validación real de soluciones que pretenden solucionar retos con un alto impacto en sus vidas diarias. Eso les convierte en los candidatos ideales para las actividades de demostración que requieren la participación y el compromiso de la sociedad».

Aunque comparten características topográficas parecidas y un compromiso común con las fuentes de energía renovables, las tres islas están sujetas a diferentes políticas, reglamentos y mercados energéticos. Esto presentaba una gran oportunidad para poner a prueba diferentes soluciones y garantizar al mismo tiempo la replicabilidad. Tal y como señala Loriga: «El archipiélago Orkney está eléctricamente conectado a la red eléctrica del continente. Samsø está conectada al continente, mientras que Madeira es una completa isla energética que no está conectada a la red continental. Por lo tanto, estos emplazamientos representan efectivamente a la mayoría de los mercados».

En Orkney, el equipo pretendía transformar un sistema de red semiinteligente (que gestionaba solo la generación de electricidad) en un sistema totalmente inteligente capaz de gestionar tanto la producción como la demanda. Se completó la instalación de cargas controlables (instalaciones de calefacción doméstica, carga inteligente de VE) y su validación está en curso.

En Samsø, la base del demostrador es un BESS instalado en el puerto deportivo Ballen, así como un sistema de gestión de la demanda. Se instalaron una bomba de calor que cubre el 100 % de la demanda de la capitanía del puerto, una planta fotovoltaica y un sistema inteligente de control de la energía. Las fluctuaciones en la demanda de electricidad de los yates amarrados y del turismo hacían necesarias soluciones SMILE a medida.

Finalmente, en Madeira, el equipo aplicó cinco pilotos diferentes. Loringa explica: «Dos de ellas están relacionadas con el aumento del autoconsumo de la producción de energías renovables mediante la introducción de sistemas de almacenamiento y gestión de la demanda (tanto a nivel residencial como comercial), otras dos con la carga inteligente de vehículos eléctricos y el último con el control de la tensión y la frecuencia. Para cada piloto, se finalizaron las instalaciones y el último año se dedica a la validación de las soluciones».

Dado el gran éxito de estos pilotos, el equipo se centra en la actualidad en la evaluación final de sus soluciones tecnológicas propuestas en condiciones reales. Cuando esto finalice, la puerta estará abierta para la ampliación de las soluciones SMILE a sistemas energéticos más grandes.

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Datos del proyecto

Acrónimo del proyecto
Smile
Número del proyecto
731249
Quién coordina el proyecto: Italia
Quién participa en el proyecto:
Dinamarca
Grecia
Italia
Países Bajos
Portugal
Reino Unido
Coste total
€ 14 092 983
Contribución de la UE
€ 12 106 046
Duración
-

Véase también

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