Prevenir la introducción de peces de piscifactoría en el ambiente
Uno de cada dos peces consumidos proviene de piscifactoría, una proporción que —según las previsiones— no hará sino aumentar a favor de la acuicultura. Con una producción tan abultada de peces en cautividad, no es de extrañar que algunos consigan escaparse e introducirse en el ecosistema aledaño. Lo que nadie sabe a ciencia cierta son las repercusiones. La creciente inquietud pública por las posibles consecuencias sobre la salud ha propiciado la realización de una investigación al respecto. El proyecto Genimpact («Evaluación del impacto genético de las actividades acuícolas en las poblaciones autóctonas: una red europea») se dedicó a estudiar el consecuente peligro de contaminación genética. A tal efecto, y gracias a fondos europeos, se reunió un equipo de expertos en la materia. Los talleres constituyeron una solución integral para reunir bajo el mismo techo a dichos expertos. Los primeros tres talleres abordaron temas como la hibridación, las interacciones entre especies y la evaluación del riesgo. En un cuarto taller se definieron las futuras necesidades de investigación, las cuales se comunicaron en un simposio internacional al que asistieron más de sesenta representantes de poderes públicos, industria e instituciones académicas. Ya se ha investigado esta cuestión hasta cierto punto en relación al salmón del Atlántico, pero no hay duda de que esta actividad debe ampliarse y extenderse a otras especies. En cuanto a la dificultad de rastrear los ejemplares escapados, se observó que una solución posible sería la identificación de marcadores genéticos, siempre y cuando disminuyan los costes asociados. Gracias a Genimpact, ahora se dispone de una visión mucho más nítida de la clase de investigación necesaria en relación a la gestión responsable de la acuicultura. Asimismo, la opinión pública podrá informarse mejor al respecto gracias al sitio web del proyecto.