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Integración de las diferencias de sexo y género en la investigación sanitaria

El proyecto GenderBasic, financiado con fondos comunitarios, ha elaborado unas recomendaciones para una mejor integración de las diferencias de sexo y género en la investigación relacionada con la salud. Los científicos deben ser conscientes de estas diferencias en todas las e...

El proyecto GenderBasic, financiado con fondos comunitarios, ha elaborado unas recomendaciones para una mejor integración de las diferencias de sexo y género en la investigación relacionada con la salud. Los científicos deben ser conscientes de estas diferencias en todas las etapas de sus estudios, desde el contenido mismo de la investigación a los procesos y métodos utilizados en los ensayos clínicos, afirmó la coordinadora del proyecto, la Dra. Ineke Klinge de la Universidad de Maastricht (Países Bajos). En lo relativo al contenido de la investigación, los socios de GenderBasic sugieren tomar en cuenta las diferencias de sexo biológicas así como aspectos socioeconómicos de género en la investigación de la salud. Por ejemplo, en las neurociencias, las áreas de la mejora del ánimo y la cognición se beneficiarían de tener en cuenta las diferencias existentes entre hombres y mujeres, afirmó la Dra. Klinge, quien apuntó que lo mismo es aplicable al estudio del rendimiento humano y la salud humana. Con respecto a los procesos y los métodos empleados en los ensayos clínicos en animales, la Dra. Klinge sugirió que los proyectos de investigación deberían estar obligados a probar los medicamentos tanto en animales machos como en hembras, cuando esto sea adecuado, aunque prolongaría la duración del estudio y probablemente aumentaría la cantidad de animales utilizados en las pruebas. Luego los investigadores tendrían que registrar la edad, el peso, la capacidad reproductora y la fase del ciclo ovulatorio lo más exactamente posible, e indicar el sexo del animal. Sus informes también deberían tener en cuenta el efecto de las diferencias de sexo y género en todos los aspectos del experimento. En los ensayos clínicos y la investigación sanitaria en humanos, los estudios deberían implicar a hombres así como a cantidades apropiadas de mujeres como sujetos, según las recomendaciones de GenderBasic. En la actualidad, el porcentaje de participantes femeninas asciende a sólo el 30% en la mayor parte de ensayos, mientras que la meta debería ser del 50% para lograr una representación adecuada de ambos sexos. Según se informa, algunas enfermedades afectan de manera diferente a hombres y mujeres. Por ejemplo, el asma, enfermedad inflamatoria y crónica de las vías respiratorias, ocurre más frecuentemente en niños antes de la pubertad, mientras que es muy probable que las niñas sufran de esta enfermedad después de la pubertad. Debido a la complejidad de la enfermedad, no hay un mecanismo único y claro que pueda explicar las diferencias de género en el asma. Entretanto, se considera que la osteoporosis, una enfermedad ósea que aumenta el riesgo de fractura, afecta principalmente a las mujeres después de la menopausia. Por lo tanto, los medicamentos creados para la osteoporosis se modelan generalmente sobre pacientes femeninas; sin embargo también se recetan, en menor medida, a pacientes masculinos. No obstante, la osteoporosis es claramente la excepción que confirma la regla. Según Joana Namorado, de la Dirección General de Salud de la Comisión Europea, su propia experiencia como médica clínica le ha enseñado que, incluso si grupos minoritarios como las mujeres se convierten en grupo mayoritario en alguna enfermedad, no son de interés para la industria farmacéutica. La mayoría de los científicos no atendería a argumentos relativos al género, ya que es un concepto más bien confuso, y señala que el concepto de sexo es mucho más tangible. Sin embargo, «los medicamentos siguen produciéndose para hombres blancos ricos», según cree la Dra. Namorado. «Lo que necesitamos es una medicina personalizada que se ocupe del género y del sexo.» El proyecto GenderBasic finalizó oficialmente en otoño de 2007 y ha recibido algo más de 200.000 euros del Sexto Programa Marco (6PM). Algunos de sus resultados, en forma de artículos de revistas redactados por expertos internacionales, se publicaron en un suplemento de la revista Gender Medicine, bajo el título de «Bringing gender expertise to biomedical and health-related research» [Incorporar los conocimientos técnicos relativos al género a la investigación biomédica y sanitaria].