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Las investigadoras utilizan la ciencia para exigir la igualdad entre las mujeres y los hombres

"Un escape en la cañería" es una de las metáforas estadísticas utilizadas por un grupo de científicas para demostrar la baja representación de las mujeres en sus respectivas disciplinas. Las cifras muestran que, en cada peldaño de la escala profesional, en todos los Estados mi...

"Un escape en la cañería" es una de las metáforas estadísticas utilizadas por un grupo de científicas para demostrar la baja representación de las mujeres en sus respectivas disciplinas. Las cifras muestran que, en cada peldaño de la escala profesional, en todos los Estados miembros y en todas las disciplinas académicas, la ciencia pierde constantemente el servicio de las mujeres, como si se filtraran de la tubería académica. Ahora es posible evaluar científicamente la posición que ocupan las mujeres en la ciencia, gracias a las estadísticas reunidas por la red ETAN (Red europea de evaluación de tecnología), en la que un grupo de 12 expertas, a solicitud de la Comisión Europea, preparó un informe acerca de la repercusión del sexo sobre las políticas de investigación en la UE. Hasta estos momentos, la falta de datos fiables, accesibles y armonizados, clasificados según el sexo, impedía ver con claridad la situación real. El informe, presentado en diciembre pasado al Comisario de Investigación, Philippe Busquin, sirvió de base para el debate de la conferencia, de dos días de duración, sobre las Mujeres y la Ciencia, celebrada recientemente, bajo el lema "Making Change Happen" ("Implementando el cambio"). El Sr. Busquin presidió el debate de clausura de la manifestación, con lo que demostró el compromiso político de alto nivel de la Comisión de poner fin a la pérdida de potencial humano causada por la subvaloración de la mitad de nuestra comunidad científica. A pesar de constituir, por lo menos, el 50 por ciento de los estudiantes de licenciatura de la mayoría de los países de la UE, las mujeres suelen desaparecer de la vida académica antes de pasar a ocupar puestos calificados. La primera caída importante tiene lugar a nivel postgraduado. Por otra parte, el porcentaje de profesores universitarios que son mujeres va desde el 5 por ciento en los Países Bajos hasta el 18 por ciento en Finlandia. Dos científicas suecas, Christine Wennaras y Agnes Wold, ambas miembros de ETAN, mostraron de manera dramática las deficiencias del sistema de revisión por pares, según el cual se distribuyen en la comunidad de investigación la mayoría de las becas y otros recursos necesarios para llevar a cabo la investigación. Aprovechando que una ley sueca permite el acceso a documentos públicos, ellas realizaron un estudio del proceso de evaluación del Consejo Médico de Suecia, para descubrir por qué es dos veces mayor la probabilidad de que un hombre obtenga un puesto de investigación, después de concluir su doctorado, que una mujer en las mismas condiciones. Los resultados arrojaron que la cantidad de puntos adicionales que reciben los candidatos masculinos por ser hombres corresponden a los que se otorgarían por haber publicado 20 veces en excelentes revistas científicas especializadas. La miembro de la red ETAN Mineke Bosch, historiadora del sexo y la ciencia en la Universidad de Maastricht, presentó los resultados del estudio sueco, mediante un vídeo llamado "wasted talent" ("Talento desperdiciado"), a los delegados de la conferencia sobre las Mujeres y la Ciencia. La audiencia, predominantemente femenina, le dio una calurosa acogida al informe de las dos mujeres, quienes se sentaron, simbólicamente, detrás de los retratos de sus predecesores masculinos, enfrentándose brillantemente, con las herramientas de su profesión, al conservadurismo científico. "Los hechos y las cifras que se destacan en el informe de ETAN son vergonzosos", afirmó Teresa Rees, Profesora de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de Cardiff y relatora del informe de ETAN. "Lo que demuestran es que se permite la exclusión sistemática de las científicas a favor de hombres mediocres". "Estas cifras son importantes. En la información está el poder y sin buenos datos es difícil exponer la realidad de cualquier situación y considerar las medidas necesarias para mejorarla". "Necesitamos reunir más y mejores datos" - continuó y advirtió: "La recopilación de datos no es más que el primer paso. Cuando esté completa, tenemos que tomar medidas". Aunque el informe de ETAN, preparado en menos de un año y con un presupuesto mínimo, ha servido de catalizador al proceso, será necesario reunir muchos más datos. Mary Osborn, presidenta del grupo a cargo del informe de ETAN y bióloga celular del Instituto Max Planck de Alemania, señaló las dificultades que tuvieron que afrontar para armonizar las cifras recopiladas en los diferentes Estados miembros e instó a organismos internacionales como la UNESCO y la OCDE a colaborar con las oficinas estadísticas de los países individuales, con el fin de ofrecer estadísticas que puedan compararse. El Comisario de Investigación, Philippe Busquin, estuvo de acuerdo en que es necesario establecer un sistema controlado centralmente, para la recopilación de la información. "Para emplear un término científico, necesitamos una metodología destinada a mejorar la participación de las mujeres en la ciencia", manifestó. "Es necesario establecer un sistema de cotas y referencias". "Tenemos que hacer preguntas y aprender de las mejores prácticas de los Estados miembros, así como importarlas a otros. Debemos desarrollar un enfoque coherente para la promoción, en los programas marco, de la investigación llevada a cabo por mujeres y para mujeres". Esta cuestión ocupa un lugar central en la política de investigación comunitaria. Cada vez, se reconoce más el valor económico de no desaprovechar la mitad del potencial científico europeo, planteó, y esto se evidenció en la reciente cumbre de Lisboa sobre el empleo, las reformas económicas y la cohesión social. "Avanzamos hacia una sociedad donde el conocimiento resulta cada vez más importante y esta sociedad basada en el conocimiento requiere la participación de todos, hombres y mujeres", enfatizó. El Comisario belga señaló que, aunque queda mucho por hacer, la Comisión ha tomado algunas medidas importantes y efectivas, con vistas a erradicar las diferencias sexuales en la investigación científica. Durante la primera conferencia de las Mujeres y la Ciencia, celebrada en 1998, los delegados pidieron cuatro cosas: un sector de las mujeres y la ciencia en el seno de la Comisión, un compromiso político de la Comisión de promover a las mujeres en la ciencia, una mayor participación femenina en los organismos de toma de decisiones, tales como los grupos consultivos, los paneles de evaluación y los paneles de control, y, por último, que se encargara un informe estadístico. Cada una de estas peticiones ya ha tenido una respuesta. Pocos meses después de la primera conferencia, se estableció un sector de las mujeres y la ciencia, en el marco del programa Incremento del Potencial Humano del VPM. Este sector, dirigido por Nicole Dewandre, ha estado a cargo - entre otras cosas - de la coordinación de una red de redes de científicas, destinada a mejorar la participación femenina en los programas comunitarios de investigación, de encargar el informe de ETAN y de organizar la reciente conferencia de las Mujeres y la Ciencia. También se ha avanzado en pos de una mayor inclusión de mujeres en los principales organismos políticos y de toma de decisiones de la UE. CREST, el Comité de Investigación Científica y Técnica, ha aumentado su representación femenina de cero en 1993 a un 35 por ciento en 1998. Las mujeres constituyen el 26 por ciento de los miembros de los grupos consultivos externos de la Comisión, establecidos en 1999 con el objeto de que brindaran asesoramiento sobre la orientación del V Programa Marco. Aunque el objetivo es incrementar esta proporción al 40 por ciento, se ha progresado en cuanto a las posiciones de mayor responsabilidad, ya que siete de los 17 comités son presididos por mujeres. Lamentablemente, las cifras en la Dirección General de Investigación no son tan positivas. Las mujeres sólo ocupan el 9,5 por ciento de los puestos oficiales del grado A (aunque esta cifra sería de un 18,7 por ciento, si se incluyeran las posiciones temporales). No hay ninguna mujer en los niveles superiores A1 y A2. Tanto Philippe Busquin como Achilleas Mitsos, Director del programa Incremento del Potencial Humano de la Dirección General de Investigación, han prometido ver de qué manera pueden poner sus asuntos en orden. La Comisión también ha adoptado una comunicación, acogida favorablemente por el Parlamento y el Consejo, donde se proponen diversas vías para aumentar la representación de las mujeres en la ciencia. La relatora para el informe del Parlamento Europeo sobre la Comunicación "Mobilising women to enrich European research" ("Movilizar a las mujeres con vistas a enriquecer la investigación europea"), la eurodiputada Eryll McNally, también enfatizó el apoyo de su institución a las mujeres y la ciencia, y señaló que hay que pasar a acciones más concretas: "El informe de ETAN ha servido para recordar que es necesario tomar medidas. Basta ya de palabras. Queremos que se den pasos reales". Este informe hizo varias recomendaciones, que fueron aprobadas por la conferencia. El informe se titula "Promoting excellence through mainstreaming gender equality" ("Promoción de la excelencia mediante el principio de la integración de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres"). Lo que esto significa es que esta igualdad de oportunidades debería estar garantizada en cada aspecto de la política comunitaria de investigación. El informe también sugiere que se debería persuadir a las organizaciones individuales a incorporar la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en su política empresarial, aunque la implementación de esta cuestión correspondería a los Estados miembros. ETAN recomienda que cada Estado miembro apruebe una Directiva que exija a los empresarios con 50 trabajadores o más en su nómina la recopilación de estadísticas con los datos correspondientes a los sexos por separado, para su posible control. Una vez que se haya establecido una posición clara, tanto nacionalmente como en las organizaciones individuales, será necesario adoptar un compromiso con el objeto de cambiar el statu quo. La conferencia recomendó un enfoque jurídico de incentivos y amenazas, que brinde asistencia a las empresas que deseen tomar medidas con vistas a mejorar la igualdad de oportunidades e incluya acciones punitivas para las que no lo hagan. El informe sugiere que los Estados miembros trabajen con vistas a adoptar leyes relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres en los organismos públicos, la igualdad de pago y el acceso a los archivos públicos. Cuando sea pertinente, se deberán revocar las leyes que dificulten la participación de las mujeres. Con indicios cada vez evidentes de que existe discriminación tanto real como subconsciente contra las investigadoras, y en el contexto de diferentes acciones políticas y jurídicas, las mujeres - y los hombres - presentes en la conferencia dejaron bien claro su intención de "implementar un cambio". Hilary Rose, profesora de sociología en la Universidad de Londres, lo expresó de la siguiente forma: "Estamos cansadas de gestos, tales como el establecimiento de comités asesores de mujercitas y cosas por el estilo. Lo que necesitamos es que se nos den garantías reales de que se efectuarán cambios".