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La Comisión pretende inspirar a la nueva generación de empresarios

La Comisión ha presentado recomendaciones dirigidas a fomentar el espíritu empresarial en las escuelas europeas y las universidades e inspirar a una nueva generación de empresarios. Las recomendaciones forman parte de la estrategia de la Comisión para crear crecimiento y emp...

La Comisión ha presentado recomendaciones dirigidas a fomentar el espíritu empresarial en las escuelas europeas y las universidades e inspirar a una nueva generación de empresarios. Las recomendaciones forman parte de la estrategia de la Comisión para crear crecimiento y empleo. En el marco de la estrategia, en noviembre de 2005, se identificaron las 8 competencias principales que deberían tener todos los ciudadanos europeos para prosperar en una economía del conocimiento, incluido el espíritu empresarial. El Vicepresidente de la Comisión responsable de Empresa e Industria Günter Verheugen, señaló que para animar a los jóvenes europeos a convertirse en los empresarios del mañana se necesita un "enfoque sistemático orientado hacia la educación empresarial a todos los niveles, desde la ecuación primaria a la universidad". Por lo tanto, la Comisión establece que los centros de enseñanza deberían desarrollar las sensibilidades básicas empresariales y los conocimientos técnicos en los niños desde una edad temprana, y más adelante, lo que las universidades deben hacer para que el sector empresarial forme una parte importante del curriculo. Según el Comisario de Educación y Cultura, Jan Figel: "La iniciativa empresarial como competencia se refiere a la aptitud individual de convertir las ideas en acciones. Incluye la toma de iniciativas, ser responsable, aceptar riesgos y alcanzar sus propios objetivos". La Comisión recomienda especialmente que, el espíritu empresarial figure explícitamente en los programas de los centros de enseñanza a todos los niveles como objetivo de educación. Los centros de enseñanza deberían contar con el apoyo práctico e incentivos para integrar el espíritu empresarial en sus programas; se debería ofrecer formación a los profesores los directores de los centros escolares y se debería fomentar la cooperación entre los centros de enseñanza y la comunidad local, especialmente las empresas. La Comisión ofrece algunos ejemplos de buenas prácticas en el fomento del espíritu empresarial en los centros educativos pero manifiesta que se deberían fomentar más la creación de "miniempresas" dirigidas por estudiantes. Aproximadamente un 15 por ciento de los centros de educación secundaria en la UE están ya realizando actividades como esta y la Comisión afirma que alrededor del 30 por ciento de los participantes en estas miniempresas acaban creando su propia empresa. En lo que respecta a la educación superior, la Comisión desearía ver al espíritu empresarial integrado en diversos cursos, concretamente en las asignaturas científicas y técnicas. Debería además facilitarse la movilidad de los profesores entre las universidades y las empresas y animar a la participación de los empresarios en la enseñanza. También se deberían desarrollar redes que permitiesen a las universidades compartir las buenas prácticas. Además del espíritu empresarial, la Comisión quiere fomentar en el marco de su estrategia "Crecimiento y empleo" otras competencias fundamentales como las matemáticas básicas, las competencias científicas y tecnológicas, las competencias digitales y los componentes horizontales como la creatividad y el pensamiento crítico.