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Methane GeoMicrobiology in the Iberian Pyritic Belt Subsurface

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La geomicrobiología de la Faja Pirítica Ibérica

Estudios recientes sobre el subsuelo de los ecosistemas marinos y terrestres han puesto de manifiesto que sus ciclos biogeoquímicos son mucho más activos de lo que previamente se creía. Un proyecto financiado por la Unión Europea investigó el papel de los microorganismos en la geomicrobiología de una región de la Península Ibérica.

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Los investigadores del proyecto MET-IPBS (Methane geomicrobiology in the Iberian Pyritic Belt subsurface) estudiaron procesos microbianos en la superficie y en el subsuelo de la Faja Pirítica Ibérica (FPI). La FPI es uno de los mayores depósitos de azufre de la Tierra, ocupando un área de casi 250 km de largo y de entre 20 y 70 km de ancho a lo largo de la mitad sur de la Península Ibérica. La FPI es además la responsable de la alta acidez del Río Tinto, que mantiene a lo largo de todo su curso un pH bajo y una alta concentración de metales, especialmente de hierro III. Esta alta acidez es anterior a la amplia actividad minera desarrollada en el pasado en la zona y es el resultado de la acción de microorganismos presentes en el subsuelo. La principal fuente de energía de estos microorganismos consiste en la oxidación del mineral de pirita, que permite la liberación de hierro III y de azufre. Hasta la fecha, la geomicrobiología de la FPI ha sido estudiada muy poco. Aunque el ciclo del hierro y del azufre rige el funcionamiento del sistema, hay ciertos indicios que apuntan a la existencia de un ciclo del metano (CH4). Los investigadores del proyecto MET-IPBS se centraron tanto en la identificación de puntos calientes relacionados con el metabolismo del CH4 como en el aislamiento y la caracterización de los microorganismos relacionados con el ciclo del CH4. Con el objetivo de comprender mejor los procesos responsables de la síntesis y la degradación del CH4, se empleó una amplia gama de técnicas para caracterizar los microorganismos del subsuelo. Estos incluyeron el cultivo y el aislamiento de microbios, la secuenciación del genoma, la microscopía electrónica y la tinción celular. El aislado bacteriano de uno de los cultivos de microorganismos pertenecientes al dominio Archaea condujo al descubrimiento de un nuevo modelo de división celular. Este proceso implicaba la división asimétrica de células poliploides por medio de la formación de múltiples yemas y llevó a plantear la hipótesis de que este tipo de división celular está muy extendida en el filo de las Euryarchaeota poliploides, enclavado dentro del dominio Archaea. Otro objetivo del proyecto consistía en el aislamiento de cultivos microbianos y el cribado de alta resolución de estos cultivos para detectar la presencia de cepas lisogénicas. En las cepas lisogénicas, el ADN de un virus (fago) se incorpora en el ADN de la bacteria huésped. Los resultados de la secuenciación genética permitieron la identificación de muchas cepas de microorganismos acidófilos, incluyendo bacterias de los géneros Acidophilium, Acidithiobacilum, Ferrimicrobium y Alicyclobacillus. Los experimentos en marcha se centran en una mejor caracterización de las cepas lisogénicas seleccionadas, especialmente aquellas relacionadas con la inducción, la producción y la caracterización genómica del virus. El progreso de los experimentos y los análisis de los datos puede seguirse en línea en una página web. El trabajo del proyecto MET-IPBS estaba en línea con los esfuerzos de investigación internacionales orientados hacia el desarrollo de una mejor comprensión de los ecosistemas del subsuelo y contribuyó a la excelencia del Espacio Europeo de Investigación (EEI).

Palabras clave

Geomicrobiología, Faja Pirítica Ibérica, biogeoquímico, microorganismos, metano, ecosistema de subsuelo

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