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Décimo aniversario de los laboratorios in situ de seguridad nuclear del JRC

El 15 de junio el Instituto de Elementos Transuránicos del Centro Común de Investigación (JRC-ITU), perteneciente a la Comisión Europea, y la Dirección General de Energía, en colaboración con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), celebraron el décimo aniversari...

El 15 de junio el Instituto de Elementos Transuránicos del Centro Común de Investigación (JRC-ITU), perteneciente a la Comisión Europea, y la Dirección General de Energía, en colaboración con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), celebraron el décimo aniversario desde que iniciara su labor de control de la seguridad del combustible nuclear reprocesado en sus laboratorios in situ de Sellafield (Reino Unido) y La Hague (Francia). Al acto, celebrado en el JRC-ITU de Karlsruhe (Alemania), acudieron unos 120 profesionales dedicados al ámbito de las salvaguardias nucleares para debatir las últimas novedades en este campo. El JRC gestiona varios laboratorios situados en plantas de reprocesamiento cuya finalidad es asegurarse de que éstas cumplan con las salvaguardias nucleares y, además, evitar un transporte innecesario de sustancias. Los materiales nucleares procesados en estas plantas suponen el 80% del combustible reprocesado en todo el mundo. Estos laboratorios permiten a los inspectores comunitarios y a los científicos del JRC analizar muestras con mayor eficacia que antes. El reprocesamiento del combustible nuclear gastado es un tema muy delicado. Las centrales nucleares consumen combustible de tal forma que los subproductos generados son inservibles para la industria armamentística. Sin embargo, para aprovechar al máximo los materiales fisibles (como el uranio) es necesario que el combustible agotado pase por un reprocesado. Esto sólo se puede llevar a cabo de forma que, de nuevo, los materiales resultantes no sean de utilidad para nadie que pretenda construir armas. La importancia de rastrear y salvaguardar los materiales nucleares es mayor que nunca debido a circunstancias como la seguridad global, actividades nucleares no declaradas e incertidumbres políticas en países que se proponen construir centrales nucleares. En los centros en los que se procesa gran cantidad de materiales nucleares esto requiere la implantación de medidas para detectar lo antes posible cualquier tipo de sustracción de materiales. Los controles de seguridad de Euratom sirven para comprobar que el material nuclear comunitario no se destina a otros usos distintos al original, y que tanto la UE como el resto de países cumplen con las medidas de salvaguardia establecidas. Los «laboratorios in situ» se instalaron en las plantas para asegurar que los materiales nucleares reprocesados sólo puedan ser utilizados para fines pacíficos declarados. «La verificación física directa del material nuclear que realizan los expertos del JRC en estas plantas de reprocesado es básica para la detección de sustracciones», indicó el Director General del JRC, Roland Schenkel. «Es necesario realizar esfuerzos y contar con los expertos internacionales adecuados para salvaguardar mejor las reservas globales de materiales fisibles y prevenir actividades ilegales.» En Sellafield y La Hague se reprocesan cada año cerca de 2.000 toneladas de combustible gastado, lo que equivale al consumo de 70 reactores nucleares. El JRC-ITU analiza cerca de 800 muestras al año para su posterior evaluación por los inspectores de Euratom. Los analistas de JRC-ITU trabajan en la planta durante más de 40 semanas al año con el fin de que las muestras se obtengan a intervalos regulares. Éstas se registran en un inventario, lo cual es importante para la «contabilidad nuclear». Cabe destacar que los analistas e inspectores comprueban las muestras con independencia del operador de la instalación. Tras diez años en marcha, los análisis independientes realizados en los laboratorios in situ siguen siendo cruciales para la seguridad de los ciudadanos de la UE. Es necesario que los inspectores se mantengan al tanto de nuevas técnicas de detección y equipamiento para asegurarse de que los estados cumplen con los tratados de no proliferación. Por ello el JRC proporciona servicios de formación a Euratom y a los inspectores de salvaguardias de la OIEA. Además, el JRC ha colaborado en la construcción de un recinto similar al JRC-ITU en Rokkasho (Japón), el único laboratorio de este tipo fuera de la UE.

Países

Alemania, Francia, Japón, Reino Unido

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