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Materiales ligeros y reciclables

A la hora de lograr un medio de transporte más sostenible, ya sea una nueva generación de aeroplanos o de vehículos eléctricos y sus baterías de gran peso, hay que tener muy en cuenta cada kilogramo. Existen materiales ligeros y con grandes prestaciones que ofrecen muchas vent...

A la hora de lograr un medio de transporte más sostenible, ya sea una nueva generación de aeroplanos o de vehículos eléctricos y sus baterías de gran peso, hay que tener muy en cuenta cada kilogramo. Existen materiales ligeros y con grandes prestaciones que ofrecen muchas ventajas, pero aún es necesario despejar las incógnitas que surgen en torno a su destino una vez cumplen con su función. Cada vez que un científico o un ingeniero acomete la complicada labor de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o el consumo de combustibles fósiles se topa con el factor peso. Una gran proporción del trabajo destinado a la ciencia de los materiales gira en torno al descubrimiento o la mejora de materiales más ligeros y con prestaciones mejores o similares, circunstancia que explica el gran éxito alcanzado por los materiales compuestos o composites del tipo de los polímeros reforzados con fibra de carbono. No obstante, no se puede pasar por alto la otra cara de la moneda. Los composites aún no gozan de suficientes opciones adecuadas para su eliminación, todo un problema sobre todo si se tiene en cuenta que en la conciencia de las autoridades competentes cada vez pesa más el resultado de las evaluaciones del ciclo de vida. El Instituto de Química y Tecnología de Polímeros (ICTP, Italia) es muy consciente de esta limitación e investiga procesos nuevos de gestión de residuos en colaboración con sus socios del proyecto SUSRAC, financiado con fondos europeos. El Dr. Mario Malinconico, coordinador del proyecto, informó en la revista de resultados de research*eu de los logros alcanzados por el consorcio hasta la fecha, su importancia para el crecimiento sostenido del mercado y los retos a los que darán solución antes de que finalice el proyecto. Los composites termoplásticos y termoendurecidos poseen una gama de aplicaciones variada y de ellos se fabrican cerca de un millón de toneladas anuales en Europa. Esta situación obliga a crear estrategias específicas para deshacerse de sus residuos y en concreto reciclarlos. Una reciclabilidad reducida puede suponer un obstáculo al desarrollo, e incluso al uso continuado, de composites en algunos mercados. El objetivo de esta investigación, incluida en la Iniciativa Tecnológica Conjunta Clean Sky (Cielo limpio) financiada con fondos de la Unión Europea, pasa por desarrollar composites termoplásticos reciclables capaces de soportar cargas de gran peso. Dichos materiales se fabricarán a partir de termoplásticos en polvo, composites termoendurecidos procedentes de residuos de aeronaves (como los polímeros reforzados con fibra de carbono, CFRP) y el poliestireno expandido reciclado procedente del relleno de material de embalaje. Una de las actividades principales realizadas en el ICTP es la búsqueda de soluciones a los problemas de sostenibilidad de los materiales plásticos. La importancia de esto es supina si se considera además que la demanda de fibras de carbono (FC) se acercó a las 35 000 toneladas en 2008, una cantidad que probablemente se duplicará para 2014 siguiendo una tasa de aumento anual de más del 12 %. Los CFRP se aplican ya a muy distintos ámbitos, siendo la aeronáutica uno de los más sorprendentes, especialmente cuando se tiene en cuenta que estos materiales suponen el 50 % del peso del nuevo Boeing 787 y el Airbus A350 y que las aeronaves de uso militar siguen esta tendencia. El rápido crecimiento del mercado de los composites pone sobre la mesa el tema de la gestión de residuos y la lógica invita a pensar que el reciclaje es una de las prioridades más acuciantes. Por otro lado, los materiales plásticos para embalaje abarcan el 40 % del consumo de plástico de todo el planeta. Cabe añadir que el material de relleno de embalaje es uno de los más difíciles de reciclar debido a su densidad bajísima, que de media alcanza los 30 kg por metro cúbico. Para hacer realidad la combinación de ambos materiales y así lograr un composite termoplástico con aplicaciones en muebles e inmuebles es necesario contar con un proceso innovador, y es esta precisamente la labor de SUSRAC.Para más información, consulte: SUSRAC http://www.susracproject.com/ Ficha informativa del proyecto

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Italia