Desarrollar una cadena de valor europea para los elementos de tierras raras
Los elementos de tierras raras (ETR) son cruciales para producir los bienes y las aplicaciones que usamos a diario, incluidas las tecnologías ecológicas esenciales, como los ordenadores, los televisores, los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas. Sin embargo, existe una creciente preocupación asociada al acceso fiable y sin restricciones a ciertas materias primas, especialmente en Europa. Esto se debe a que Europa no tiene fuentes primarias de ETR y, como resultado, depende de las importaciones de países mineros como Australia, China, Myanmar/Birmania y los Estados Unidos. El proyecto SecREEts, financiado con fondos europeos, buscó transformar el modo en que Europa adquiere estos elementos. «Nuestro objetivo es crear un suministro estable y seguro de ETR críticos basados en una extracción sostenible de fosforita que se utiliza en la producción europea de fertilizantes», comenta Arne Petter Ratvik, coordinador del proyecto y científico investigador experimentado de SINTEF, una de las mayores organizaciones de investigación independientes de Europa.
Cadena de valor innovadora
Para lograrlo, el equipo del proyecto está desarrollando una cadena de valor integrada para producir ETR en Europa, basada en las demostraciones de los procesos de tres proyectos piloto. «Se prestará especial atención al praseodimio (Pr), neodimio (Nd) y disprosio (Dy) que se utilizan en los imanes permanentes, ya que estos son fundamentales para la economía europea», afirma Ratvik. En el proyecto participa Yara International ASA, una empresa que tiene como objetivo extraer un concentrado de tierras raras de su producción de fertilizantes. La producción de Yara utiliza aproximadamente seiscientas cincuenta mil toneladas de fosfato cada año. Este contiene aproximadamente entre un 0,3 % y un 1 % de tierras raras, que actualmente no se extraen. «Una empresa que trabaja en la tecnología de separación de ETR, REEtec, separa las tierras raras que se envían al fabricante de metales magnéticos Less Common Metals (LCM), mientras devuelve los productos de tierras no raras a la cadena de producción de fertilizantes de Yara», añade Ratvik. Las aleaciones magnéticas producidas en LCM son validadas por el productor de imanes Vacuumschmelze (VAC). Los imanes producidos se suministrarán a áreas de aplicación como la automoción (vehículos eléctricos), los motores industriales (fabricación avanzada) y, potencialmente, las energías limpias (turbinas eólicas).
Un gran potencial
«Se han logrado avances importantes en todas las etapas del piloto», informa Ratvik. Se seguirán llevando a cabo actividades de verificación y optimización. Se espera que el despliegue industrial satisfactorio de los proyectos piloto conduzca a un suministro de al menos seiscientas toneladas anuales de ETR de neodimio-praseodimio a las industrias europeas, con un valor estimado de ochenta y cinco millones de euros basado en los precios actuales. Ratvik concluye: «Establecer una nueva cadena de valor en Europa basada en el mineral ya extraído para la producción de fertilizantes representa, con mucho, la huella ambiental más baja de la extracción de tierras raras a nivel mundial». Esto se debe a que no se generan nuevos residuos de minería. También se espera que la cadena de valor fortalezca aún más a Europa como un área eficiente en el uso de los recursos y preocupada por el medio ambiente, y ayude a crear y asegurar los empleos existentes, reducir los riesgos de importación y apoyar la creciente industria de tecnología ecológica.
Palabras clave
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