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Directed crop breeding using jumping genes

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Creación de una nueva generación de cultivos resilientes al clima

Un nuevo método de fitomejoramiento ayuda a liberar la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés relacionadas con el clima, como las olas de calor y las sequías.

Alimentos y recursos naturales icon Alimentos y recursos naturales

Desde los cambios en los patrones de precipitaciones hasta el aumento de las temperaturas, las olas de calor intensas y las sequías prolongadas, el cambio climático está teniendo un gran impacto en la salud y la productividad de los cultivos. Cualquier cambio en la productividad podría tener consecuencias catastróficas para nuestra capacidad de producir suficientes alimentos a fin de alimentar a una población mundial en rápido crecimiento. «Lo que necesitamos es una nueva generación de cultivos que puedan adaptarse a nuestro clima, que cambia rápidamente», señala Etienne Bucher, investigador de Agroscope, el centro suizo de excelencia para la investigación agrícola. Con el apoyo del proyecto BUNGEE, financiado con fondos europeos, Bucher dirige una iniciativa para hacer que cultivos básicos, como el trigo y el arroz, sean resistentes al clima. «El cambio climático se está produciendo con tanta rapidez que el fitomejoramiento tradicional no logra seguir el ritmo», explica. «Para acelerar el proceso, hemos desarrollado y probado un novedoso método de fitomejoramiento que libera la capacidad natural de la planta para adaptarse a las tensiones relacionadas con el clima».

El equivalente a un ratón de laboratorio para los botánicos

Para empezar, los investigadores analizaron cómo las tensiones relacionadas con el cambio climático afectan al genoma vegetal y, en concreto, a la actividad de los transposones. Un transposón es una secuencia específica que se encuentra en el ADN y que puede cambiar su posición dentro de un genoma. «Probamos nuestro método de fitomejoramiento utilizando un modelo de planta llamado “Arabidopsis”, que es esencialmente el equivalente de los botánicos a un ratón de laboratorio», señala Bucher. Lo que los investigadores descubrieron fue que su método funciona. «Hemos logrado cambiar la forma en que una planta responde al estrés térmico y hemos mejorado su capacidad para resistir las sequías», añade Bucher.

El genoma vegetal es más dinámico de lo que se pensaba inicialmente

Una cosa es adaptar un modelo vegetal y otra transferir esos hallazgos a cultivos reales, que tienen genomas mucho más grandes y complejos. No obstante, eso es exactamente lo que hizo el equipo de este proyecto apoyado por el Consejo Europeo de Investigación. «Resulta que el genoma vegetal es mucho más dinámico de lo que se suponía —señala Bucher—. Lo que descubrimos es que las plantas tienen la capacidad de percibir el estrés y transferir esta información al genoma, que, en ese momento, inicia el proceso de adaptación». Con esta información a su disposición, el equipo del proyecto aplicó su modelo de fitomejoramiento en el trigo y el arroz para examinar la tolerancia de las plantas tratadas a las tensiones relacionadas con el cambio climático.

Una sentencia judicial posterga la próxima generación de cultivos

Aunque estos resultados tienen el potencial de acelerar la obtención de cultivos preparados para el clima, los agricultores europeos podrían tener que esperar. «Aunque los agricultores necesitan desesperadamente estos cultivos de nueva generación, una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea lo impide», dice Bucher. Como explica Bucher, el Tribunal estipuló recientemente que todos los nuevos métodos de fitomejoramiento producen organismos modificados genéticamente (OMG), que están estrictamente regulados. Como resultado, el equipo del proyecto tuvo que detener todas las pruebas de campo. «Aunque el método de BUNGEE no utiliza en ningún momento ningún gen exógeno, sino que acelera un proceso natural, según esta sentencia, el resultado final es un OMG», añade. A pesar de este revés, Bucher sigue confiando en que las conclusiones del proyecto BUNGEE acabarán imponiéndose. «Necesitamos herramientas para adaptar rápidamente nuestros cultivos a un entorno cambiante —concluye—. Si bien nuestro trabajo ha permitido que el fitomejoramiento se ponga al día con el cambio climático, ahora necesitamos que nuestro entorno normativo haga lo mismo con respecto a la ciencia».

Palabras clave

BUNGEE, cultivos, fitomejoramiento, cambio climático, ciencia, olas de calor, sequía, alimentos, genoma vegetal, transposón, ADN, Tribunal de Justicia de la Unión Europea, OMG

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