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Grandes logros de proyectos - Ayudar a los ancianos a recobrar su autonomía

El envejecimiento es un proceso natural que forma parte de la vida. A medida que el organismo cede ante el avance de la naturaleza, se pierde la capacidad de realizar hasta las tareas más sencillas. Ahora un proyecto financiado con fondos comunitarios puede haber dado con un remedio.

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Con el paso de los años se van deteriorando las funciones sensoriales, motoras y cognitivas. Acciones tan cotidianas como ir a la cocina o subir escaleras pueden requerir un gran esfuerzo o incluso ser inasequibles para muchos ancianos. Esta limitación de la movilidad supone una pérdida de autonomía. Esta privación de la independencia pesa tanto física como psicológicamente. La necesidad de hallar soluciones viables para aumentar la autonomía de estas personas es acuciante, máxime si se tiene en cuenta la cantidad de recursos humanos que se precisan para atender a una tercera edad que va en aumento, al contrario que la población activa. Ante este fenómeno, el proyecto SHARE-it («Apoyo a la autonomía humana para la recuperación y mejora de las capacidades cognitivas y motoras empleando tecnologías de la información») desarrolló una tecnología novedosa que ayudará a «los pacientes ancianos a conservar su autonomía y vivir por más tiempo en su entorno preferido». En realidad este adelanto beneficiará a quienquiera que sufra una discapacidad. Para muchas personas, el hogar es donde uno siente tranquilidad, su cuerpo descansa y puede por tanto curarse. Al proporcionar un régimen de movilidad más flexible a quienes lo necesitan, se les da independencia, y ello puede repercutir positivamente en su bienestar y calidad de vida. La inteligencia ambiental En su investigación, los responsables de SHARE-it han empleado una tecnología innovadora que les ha permitido desarrollar e integrar sistemas de inteligencia ambiental (AmI) y dispositivos sensores en cuatro plataformas de movilidad distintas. La AmI es una tecnología de sistemas capaz de observar e interactuar con el entorno y con quienes están privados de movilidad, de manera independiente, previsora y racional. La AmI existe desde hace ya un tiempo, pero SHARE-it consiguió que un sistema de esta clase aprendiera de su entorno y se adaptase a él. En opinión del profesor Ulises Cortés, coordinador del proyecto, SHARE-it es la prueba de que la AmI puede ayudar a ancianos con discapacidades físicas o cognitivas a sobrellevar sus actividades cotidianas. Las plataformas de movilidad creadas por SHARE-it son Rolland IV, Carmen, Spherik e i-Walker. Menos ésta última, las demás son sillas de ruedas. Todas incluyen sensores que se sitúan en el propio usuario o bien en su entorno y que permiten a las plataformas localizar al usuario, observarlo y hacer los ajustes que convenga. Funcionan con interfaces humano-ordenador convencionales, bien con una palanca de mando o una tableta, bien con un sistema más avanzado de control por voz pensado para quienes padecen discapacidades más graves. Además, las plataformas cuentan con sensores biométricos que vigilan, entre otras funciones, la frecuencia cardiaca del usuario. Esta labor fue supervisada por la profesora Kerstin Schill de la Universidad de Bremen. Los vehículos informan además del estado de la máquina, desplazamientos y trayectorias programadas y nivel de carga de las baterías. Las plataformas procesan simultáneamente todas las señales recibidas, toman decisiones complejas y las ejecutan. Para gestionar todas estas variables, el personal de SHARE-it desarrolló un sistema multiagente que presta lo que llaman «servicios de asistencia» a los usuarios. «Desde nuestro punto de vista, SHARE-it representa un planteamiento innovador del tratamiento y la asistencia a nuestros pacientes, porque un único instrumento proporciona la solución a los problemas de tipo motor y cognitivo, que normalmente se tratan por separado», explicó la Dra. Roberta Annicchiarico, coordinadora del área de medicina de SHARE-it. El equipo investigador probó las plataformas con pacientes y entornos reales. Una de las ubicaciones para llevar a cabo las pruebas y los experimentos fue la Casa Agevole, donde se habían instalado múltiples sensores. Esta casa fue diseñada para facilitar el acceso para cualquier individuo, con independencia de su condición física. Los positivos resultados obtenidos dieron impulso al objetivo general de SHARE-it de contribuir al desarrollo de una nueva generación de tecnologías inteligentes y semiautónomas al servicio del bienestar que puedan integrarse en hogares, hospitales, residencias geriátricas, etc. La tecnología del bienestar es un ámbito científico de reciente aparición cuya finalidad es ayudar a los ancianos y discapacitados físicos. i-Walker A primera vista, el i-Walker se parece a un andador cualquiera. Pero desde más cerca se observan motores, sensores y diversos cables conectados eficientemente a una unidad central situada en su base. Esta unidad central cuenta con tecnología que le permite comunicarse con el usuario, tomar decisiones y reaccionar ante obstáculos y diversas condiciones adversas del entorno más inmediato. Un equipo de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) diseñó un sistema activado por voz al que el usuario puede enviar órdenes verbales. Los investigadores, dirigidos por el profesor Cortés y Antonio B. Martínez Velasco, crearon el i-Walker para ayudar a personas en diversos ambientes y facilitarles la rehabilitación médica. Los trabajos contaron con el asesoramiento médico del Dr. Fabio Campana (Centro Assistenza Domiciliare, CAD) y la Dra. Annicchiarico. El i-Walker cuenta con un acelerador que le permite detectar posibles caídas automáticamente. Además, ajusta y rectifica trayectorias, ayuda a doblar esquinas y controla el frenado. En el caso de usuarios que tratan de recobrar su fuerza y aumentar sus capacidades motoras, el i-Walker puede medir el esfuerzo que realizan, la distancia recorrida y las calorías quemadas. Se puede analizar esta información y su evolución en el tiempo con la supervisión de un facultativo. Sillas de ruedas La mayoría de sillas de ruedas se manejan manualmente o con la ayuda de un motor. Las sillas de ruedas de SHARE-it se distinguen del resto en que son capaces de desempeñar muy distintas funciones en un entorno dinámico sin necesidad de que el usuario tenga que guiarla constantemente. Las tres sillas de ruedas se han diseñado para cooperar con la movilidad humana, para que los usuarios puedan conservar sus capacidades residuales e incluso mejorarlas. La silla Spherik, por ejemplo, está pensada para su uso en inmuebles. Posee ruedas esféricas que permite una maniobrabilidad máxima en un espacio limitado. Rolland IV se parece más a una silla de ruedas común, pero está dotada de propulsión eléctrica diferencial, dos escáneres láser, sensores odométricos y un ordenador incorporado que funciona con software exclusivo. Los trabajos correspondientes fueron dirigidos por el Dr. Thomas Röfer, del DFKI de Bremen. Este software, como el «asistente de seguridad», el «asistente de conducción», el «asistente de conducción multimodal» y el «asistente de rutas», también se ha desarrollado parcialmente para el i-Walker. En cambio, en la silla de ruedas Carmen el control está dividido con el usuario, una característica sin precedentes. El usuario y el robot integrado colaboran en todo momento. Carmen posee un sensor láser frontal, un ordenador de a bordo y un enrutador Wi-Fi que se conecta con un programa informático externo. No obstante, el usuario puede anular el control por parte de la máquina. Por ejemplo, si la silla detecta una colisión inminente, ejecuta automáticamente un algoritmo de reacción para evitar el obstáculo. En ese punto el usuario puede tomar el control manual. Estos trabajos fueron dirigidos por la Dra. Cristina Urdiales de la Universidad de Málaga (UMA). Un paso adelante La tecnología de SHARE-it ya se utiliza en varios entornos e instituciones. IRCCS Fondazione Santa Lucia, un hospital de Roma especializado en rehabilitación neuromotora, planea aplicar los resultados de este proyecto a sus métodos de tratamiento. «Tras una serie de pruebas preliminares, en IRCCS estamos planeando un ensayo clínico en el que participarán pacientes nuestros, para evaluar la eficacia del i-Walker en procesos de rehabilitación», aseguró la Dra. Annicchiarico. «Según los resultados que obtengamos, nos plantearemos emplear el i-Walker en tratamientos. Pero permítanme aclarar que en este momento el i-Walker no se puede emplear como instrumento de diagnóstico.» Varios otros socios del proyecto SHARE-it han manifestado su interés en entablar sociedades mixtas y otras iniciativas empresariales. El pasado mes de agosto, los resultados de SHARE-it se expusieron en el pabellón italiano de la Exposición Universal de Shangái 2010. En definitiva, todos estos adelantos conducirán a una mejora neta en las vidas y en el bienestar de los discapacitados físicos. El proyecto SHARE-it contó con financiación del Sexto Programa Marco de la UE para investigación en el ámbito de las TSI.