Desarrollo de la bioinformática aplicada a la neurociencia El estudio de las enfermedades encefálicas precisa a menudo del concurso de distintas disciplinas como la bioinformática. Los responsables de una iniciativa europea emplearon herramientas y aplicaciones informáticas para integrar datos neurocientíficos y facilitar la difusión de resultados de investigaciones. Economía digital © Thinkstock Para comprender la complejidad de la estructura y las funciones del encéfalo es básico compartir resultados y técnicas con toda la comunidad científica. Para lograrlo es necesario gestionar y analizar la enorme cantidad de información publicada cada año. Un nuevo campo científico denominado neuroinformática (NI) combina el desarrollo de herramientas computacionales y analíticas para el análisis, la difusión y la integración de información sobre experimentos de neurociencia. El proyecto financiado con fondos europeos INCF («Neuroinformática») se propuso apoyar y coordinar actividades de NI a escala global mediante un consorcio de grupos científicos y agentes interesados pertenecientes a este ámbito y procedentes de dieciséis países. A la infraestructura se le dio la función de integrar los datos y relacionar síntomas de enfermedades con las causas que los provocan. De esta forma se procuró aumentar el conocimiento que se posee sobre las afecciones neurológicas y dar con tratamientos. También se crearon programas y herramientas neuroinformáticas que se pusieron a disposición desde una ubicación central. En concreto, se desarrolló un programa informático (Waxholm) destinado a crear y atlas encefálicos digitales, una herramienta analítica y de referencia importante en neurociencia. Uno de los productos más populares de INCF fue MUSIC, un programa que permite interconectar simuladores de redes neuronales a gran escala y modelizaciones computacionales multiescala. En resumen, el proyecto INCF trató sobre el desarrollo de herramientas de software útiles en la gestión y el análisis de datos neurocientíficos. Todas ellas buscan dar solución a las distintas trabas infraestructurales con las que se encuentra la comunidad dedicada a la neurociencia. Además, gracias a la difusión de los resultados de sus investigaciones, el equipo logró mejorar el conocimiento que se posee sobre la función encefálica y las enfermedades que afectan a este órgano.
