¿Pueden las organizaciones religiosas marcar diferencias en el bienestar de la sociedad?
Las organizaciones religiosas, además de guardar alguna relación, directa o indirecta, con determinada religión o determinados valores religiosos, funcionan como agentes políticos o proveedores asistenciales. Con frecuencia, estas organizaciones cubren lagunas existentes en las prestaciones sociales estatales en varios ámbitos de la vida pública, sobre todo en lo relativo a la asistencia y la protección social. Este régimen asistencial, que está proliferando, se caracteriza por enfocar sus políticas y estrategias al ámbito local y por plantear nuevas formas de interrelación entre las autoridades locales y las organizaciones de la sociedad civil (OSC). En este contexto, los responsables del proyecto «Faith-based organisations and exclusion in European cities» (FACIT) examinaron la labor realizada por las organizaciones religiosas en cuestiones relacionadas con la pobreza y formas de exclusión social como la indigencia o la falta de documentación en ciudades europeas. Así, destacaron la necesidad de contar con datos empíricos y comparativos de mayor calidad sobre estos temas y sobre las maneras en que las organizaciones religiosas contribuyen a paliar estos problemas. La investigación se realizó en veintiuna ciudades de siete países, centrándose en organizaciones religiosas que se dedican a combatir la exclusión social. En las últimas dos décadas se han agravado la desigualdad en los ingresos y la pobreza relativa, dando así pie a que las organizaciones religiosas traten de cubrir las lagunas dejadas por el estado en sus prestaciones sociales. Los hallazgos de la investigación versaron sobre áreas relevantes en relación a «la sociedad del bienestar», la manera en que la identidad religiosa de estas organizaciones influye en su labor y en sus actitudes. Este último punto sacó a relucir que las situaciones de pobreza presentan numerosas semejanzas, puesto que con frecuencia son el resultado de procesos bastante similares. Entre otros hallazgos, los investigadores de FACIT señalaron el caso del Reino Unido como, posiblemente, el caso más ilustrativo del efecto de la limitación de las prestaciones sociales sobre la pobreza y la exclusión social, y también del consecuente papel asumido por organizaciones religiosas para combatir los males sociales derivados. Otro hallazgo fue que la mayoría de las organizaciones religiosas se centran en funciones enfocadas hacia la comunidad, mostrando un patrón común de trabajo con quienes han quedado «al margen de la sociedad». Gracias a la aportación de numerosas organizaciones, se espera que los esfuerzos científicos realizados en el marco de este proyecto tengan una gran repercusión por lo que se refiere a un incremento de la visibilidad de las organizaciones religiosas y de sus actividades, a un aumento de la sensibilidad política por su posición y función, y a una mejora de las prestaciones a quienes las necesitan. Los conocimientos generados por FACIT llaman la atención sobre los temas que requieren atención de forma prioritaria, entre ellos la crisis económica, los migrantes de edad avanzada, la sostenibilidad y las políticas de determinados países. Los investigadores de FACIT destacaron la necesidad de concienciar sobre la dimensión transnacional de la labor de las organizaciones religiosas como parte de un programa de justicia social en los países europeos. Además, los resultados del proyecto destacan la necesidad de que las autoridades públicas presten mayor atención a buenas prácticas mediante las que las organizaciones religiosas están aplicando métodos innovadores y eficaces en sus actividades asistenciales, de cuidados y de atención a distintos credos.
