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Busquin exhorta al Consejo de Industria a que no recorte las ayudas a la investigación

El Comisario europeo de Investigación, Philippe Busquin, aprovechó una sesión informativa sobre desarrollo sostenible en la industria química, celebrada el 20 de noviembre en el parque de investigación Solvay, para instar a los Ministros europeos de Industria a hacer una excep...

El Comisario europeo de Investigación, Philippe Busquin, aprovechó una sesión informativa sobre desarrollo sostenible en la industria química, celebrada el 20 de noviembre en el parque de investigación Solvay, para instar a los Ministros europeos de Industria a hacer una excepción cuando reduzcan las ayudas públicas al sector privado. Preguntado por Noticias CORDIS sobre el uso de asociaciones público-privadas para aliviar la carga que pesa sobre el Estado, Philippe Busquin convino en la oportunidad de esta modalidad, en particular en la investigación precompetitiva. "Las asociaciones público-privadas son capaces de centrarse en un interés o problema general", comentó a Noticias CORDIS. "Renuevan la posibilidad de reducir el consumo de energía y costes, lo cual es de interés general. Nuestros proyectos de investigación sirven el interés común", añadió. A la Comisión le incumbe ejercer de catalizador, según dijo el Comisario, "aunque nuestra contribución viene a sumarse a la propia financiación de las empresas", en lo que espera sea una sinergia. El Comisario Busquin insistió asimismo en el valor que revisten las grandes empresas, a menudo algo desatendidas con respecto a las pequeñas y medianas empresas (PYME) en los debates sobre la investigación financiada con fondos comunitarios. "Las PYME son importantes, por supuesto, pero no lo son menos las grandes compañías, auténticos vehículos de investigación. No conviene olvidarlas, en especial en la industria química, en la que asumen el liderazgo", dijo. Ante la perspectiva del Consejo de Industria del 5 de diciembre, el Comisario Busquin invitó a los Ministros de Industria a atender la petición de sus homólogos de Investigación. "Los Ministros de Industria son conscientes de lo prioritario que resulta estimular la inversión. Si no plantea la menor duda la necesidad de reducir el nivel de ayudas del Estado, los Ministerios de Investigación coinciden unánimemente en que aquí no conviene reducir las ayudas públicas", advirtió. "En estos temas es preciso aprobar incentivos fiscales". En la manifestación se dio cuenta de tres proyectos dedicados al desarrollo sostenible en la industria química. Philippe Busquin recalcó la importancia del desarrollo sostenible, "cuyo principal propósito consiste en desarrollar métodos de producción y materiales de gran calidad y de patentes valor añadido, inocuos para el medio ambiente, seguros y no perjudiciales para la salud". El Comisario señaló igualmente que la industria química europea seguía en el pelotón de cabeza de los líderes mundiales, con un gasto en investigación y desarrollo próximo al seis por ciento de su volumen de ventas. "Si en un sector somos los primeros del planeta, es en éste. Necesitamos conservar la delantera adquirida, esa ventaja competitiva", aconsejó. El primer proyecto de los presentados en la manifestación fue el denominado INTINT (tecnología de separación inteligente). El coordinador del proyecto, Andrzej Górak, explicó los pormenores de combinación de los procesos de reacción química y separación, con fines de ahorro de energía, materias primas y costes, e incremento de la producción y desarrollo de procesos más limpios. Se encuentran trabajando en el proyecto unos 15 socios, entre grandes empresas, PYME, centros de investigación y universidades de siete países. Los resultados del proyecto redundarán en beneficio de multitud de productos, desde el vodka hasta complejos fármacos. El señor Górak se mostró convencido de la capacidad de aplicación de los resultados, que generarán un ahorro medio de hasta el 20 por ciento en términos de costes de funcionamiento y ya se pueden calificar de determinantes en la consecución de una emisión cero de residuos. Sylvie Cauvin, del "Institut français du Pétrole" (Instituto francés del petróleo), presentó el segundo proyecto, CHEM (nuevo sistema de apoyo a la toma de decisiones para los procesos químicos y petroquímicos), destinado a aumentar el nivel de seguridad de las centrales químicas. El proyecto tiene participando a socios de seis Estados miembros de la UE y Polonia, e incluye modalidades de cooperación internacional con Japón y EEUU, que aportan una contribución propia. Según los datos de la señora Cauvin, cada tres años más o menos se produce un accidente industrial grave, que arroja para la industria un coste aproximado de 80 millones de euros. Con este proyecto se confía en poder reducir el número y la gravedad de los accidentes a través de la transmisión de información concisa y precisa a los operadores de las centrales, de modo que se facilite la toma de decisiones. Muchos accidentes tienen su origen en la complejidad de los sistemas de control y los problemas que tienen los operadores en el momento de tomar decisiones cuando se ven expuestos a presiones extremas en un plazo muy corto. "El proyecto integrará herramientas de empresas europeas, universidades y organizaciones de investigación líderes, y ayudará a las empresas a mejorar las condiciones de funcionamiento, vigilancia y supervisión de procesos", así lo anunció la señora Cauvin. La presentación del proyecto SUPERPOL (limpieza de la fabricación de polímeros mediante fluidos supercríticos) corrió a cargo del coordinador del proyecto, Costas Kiparissides. Con este nuevo método de producción de polímeros se reducirá el consumo energético, los niveles de contaminación y emisiones, y se eliminarán las corrientes de residuos orgánicos y acuosos, indicó el señor Kiparissides. Según añadió, las nuevas tecnologías ya generadas por el proyecto no lo habrían sido sin la ayuda de la Comisión Europea. Los nuevos métodos de producción diseñados por el consorcio incluyen el empleo de fluidos supercríticos. Éstos permiten reducir el volumen de residuos tóxicos generados en los procesos tradicionales de fabricación de plástico y forman, además, polímeros de pureza excepcional. Estos "fluopolímeros" tienen mucha demanda en varias industrias, como la aerospacial, y encierran un potencial considerable en aplicaciones de nanotecnología, sobre todo aplicaciones médicas de nanopartículas poliméricas para la administración específica de fármacos. SUPERPOL, que cuenta con la participación de universidades y líderes de la industria química europea, promete cumplir una fase rápida de aplicación comercial. "Las compañías capaces de producir fluopolímeros de calidad superior serán las que dominen los mercados de semiconductores y demás aplicaciones", observó el señor Kiparissides.