Skip to main content
European Commission logo print header

Article Category

Noticias
Contenido archivado el 2023-03-02

Article available in the following languages:

Agua, agua por todos lados... incluso en el Universo temprano

Un grupo de astrofísicos cuya labor ha sido financiada con fondos comunitarios ha descubierto pruebas de la existencia de vapor de agua en las primeras fases de la formación del Universo. Dicho vapor se encontró en un quásar a 11.100 millones de años luz de la Tierra, siendo l...

Un grupo de astrofísicos cuya labor ha sido financiada con fondos comunitarios ha descubierto pruebas de la existencia de vapor de agua en las primeras fases de la formación del Universo. Dicho vapor se encontró en un quásar a 11.100 millones de años luz de la Tierra, siendo la primera vez que se detectan moléculas de agua a tanta distancia. Los descubrimientos, publicados en la revista Nature, sugieren que el agua podría haber sido más abundante en el Universo temprano de lo que hasta ahora se sospechaba. Los trabajos de investigación recibieron apoyo en parte de la Red de Formación Marie Curie ANGLES («Red astrofísica para estudios galácticos mediante lentes gravitacionales»), financiada a través del Sexto Programa Marco (6PM). El agua observada se encuentra en forma de un máser, que es como un láser pero en la longitud de onda de las microondas. Se han encontrado máseres de agua en varias galaxias cercanas; suelen surgir en las zonas de gas caliente y polvo que circulan alrededor del agujero negro supermasivo del centro de una galaxia. Hasta ahora, la galaxia más distante en la que se había detectado agua se encontraba a 6.000 millones de años luz. Este último descubrimiento fue posible gracias a una serie de pequeños trucos astrofísicos: los investigadores emplearon una galaxia cercana a modo de telescopio cósmico. Dicha galaxia situada en primer plano amplió y distorsionó la luz procedente del quásar distante MG J0414+0534 para formar cuatro imágenes diferentes del quásar y multiplicó la potencia de la señal por 35. «Otros han intentado encontrar agua sin conseguirlo, y nosotros sabíamos que estábamos buscando una señal muy débil», explicó Violerre Impellizzeri, autora principal del artículo y estudiante de postgrado en el Instituto Max Planck de Radioastronomía (Alemania). «Decidimos utilizar una galaxia más cercana a modo de lente de aumento para observar a mucha más distancia. Fuimos persistentes y la emisión de línea de agua acabó por aparecer.» Este nuevo máser es extremadamente brillante; su luminosidad es 10.000 veces mayor que la de nuestro Sol. También su luminosidad es el doble de la del másar de agua cercano más potente. Sin el efecto de «lente gravitacional» ofrecido por la galaxia situada en primer plano, utilizando únicamente el radiotelescopio Effelsberg de 100m de radio, habría llevado 580 días de observación continua. De esta forma tan sólo se tardó 14 horas en descubrirlo. Además, el conocimiento que poseemos de los máseres cercanos sugería que la posibilidad de encontrar un máser de semejante brillo era de una entre un millón. El descubrimiento de un máser en la primera galaxia distante estudiada sugiere que puede que sean más comunes de lo que en un principio se sospechaba. Más importante aún, el haber detectado un máser de agua a 11.100 millones de años luz de distancia también prueba que las condiciones para la formación y existencia de moléculas de agua eran adecuadas una vez transcurridos tan sólo 2.500 millones de años tras el Big Bang. «No deja de resultar interesante el haber encontrado agua en el primer objeto del Universo lejano observado mediante ampliación gravitacional», comentó John McKean, también del Instituto Max Planck de Radioastronomía. «Esto sugiere que las moléculas de agua podrían haber sido mucho más abundantes en el Universo temprano que lo que en un principio se suponía, y que pueden utilizarse para investigar agujeros negros supermasivos y la evolución de las galaxias.» «Debido a que los máseres de agua aparecen cerca de los núcleos galácticos, nuestros resultados ofrecen nuevas e interesantes posibilidades para estudiar los agujeros negros supermasivos en el espacio temporal en el que las galaxias se encontraban en formación», añadió el Dr. Impellizzeri. «Nuestros hallazgos también generarán más investigaciones en busca de agua en otras galaxias distantes, mediante los telescopios que hoy en día tenemos a nuestra disposición y mediante la próxima generación de radiotelescopios. Sabemos que hay agua ahí fuera.» Descubrir más pruebas de la existencia de agua en los lugares más recónditos del Universo no será sencillo hasta que se disponga de nuevos instrumentos más sensibles. Los investigadores esperan que el telescopio SKA (Square Kilometre Array), que debería ponerse en funcionamiento en alrededor de diez años, impulsará nuevos avances en este campo.

Países

Alemania, Italia