Materiales de recubrimiento autolubricante
Para prevenir el desgaste y el deterioro de sistemas de transmisión de movimiento sometidos a cargas pesadas, se usan fluidos hidráulicos como lubricantes. Cuando más necesitan lubricante los motores es cuando se inicia o se detiene el movimiento, por ser cuando la inestabilidad del régimen de lubricación elastohidrodinámica requiere enormes cantidades de fluido hidráulico. Y aunque en lo que es el funcionamiento normal el sistema no necesita tamañas cantidades, no hay manera de eliminarlas. El exceso de fluidos genera, lógicamente, más resistencia de fricción y pone un límite máximo a la velocidad de funcionamiento efectiva del sistema mecánico. Por si fuera poco, los fluidos hidráulicos usados son una fuente de residuos nada insignificante, difícil y costosa de eliminar. Los recubrimientos de alta resistencia y baja fricción son capaces de recortar sustancialmente el consumo de fluidos hidráulicos. El proyecto aquí referido ha diseñado dos revestimientos, uno a base de carbono y otro a base de disulfuro de molibdeno (MoS2), ambos aptos, no sólo para aplicaciones en componentes mecánicos, sino también para herramientas de corte y mecanizado. Los recubrimientos se forman mediante pulverización catódica en magnetrón, pudiendo depositarse las películas hasta en geometrías complicadas. Presentan propiedades superiores a las de los recubrimientos duros tradicionales, tales como TiN o TiC. Muestran bajas tasas de fricción y desgaste con cargas muy pesadas, y excelentes propiedades tribológicas con aceites minerales ordinarios y en entornos secos. Pueden emplearse con menos lubricante o sin fluido lubricante. Los resultados no se hacen esperar: incremento de la vida útil de los componentes, disminución del consumo de energía al reducirse el rozamiento y moderación de los riesgos para el medio ambiente por la disminución de la cantidad de fluido lubricante. Asimismo, está disponible para demostración y pruebas una nueva generación de módulos de descarga a partir de piezas recubiertas de material autolubricante a base de MoS2. Los módulos de descarga, alcanzada una velocidad de rodamiento de 120.000 mm/rpm, registraron un incremento térmico dentro de la tuerca de unos 35 grados Celsius. Si, por que sea necesaria una precisión extrema de colocación, la temperatura de limita a 25 grados Celsius, la correspondiente velocidad de rodamiento podrá elevarse hasta 90.000 mm/rpm.