Una nueva definición de la tecnología de sensores
Los sensores magnéticos son de gran utilidad en numerosos productos y aplicaciones que van desde la seguridad aérea hasta la observación climática. Sin embargo, desde que se inventaron hace unas décadas ha habido más bien poco progreso en los intentos por aumentar su exactitud. El proyecto Senpimag, financiado por la Unión Europea, se propuso desarrollar una nueva clase de sensores más fiables, más baratos y mucho más pequeños. El equipo del proyecto se impuso las metas de aumentar la sensibilidad de los sensores, disminuir su consumo de energía, facilitar su fabricación y miniaturizarlos hasta la escala micrométrica e incluso nanométrica. Para alcanzar esas metas los investigadores diseñaron nuevos sensores que combinan propiedades ferromagnéticas y piezoeléctricas para producir campos magnéticos de corriente alterna. Así lograron optimizar el voltaje producido y eliminar bobinas innecesarias. El objetivo más difícil de cumplir fue la obtención de una lectura mucho más precisa del elemento piezoeléctrico. También hubo obstáculos en el intento de lograr un material magnético ideal debido a bajadas en el rendimiento y aspectos de magnetostricción, por lo que fue necesario perfeccionar y aumentar la optimización de los diseños iniciales. De cara a estos nuevos desafíos, el equipo del proyecto continuó en su esfuerzo por desarrollar sensores magnéticos ultrasensibles que puedan integrarse a las más exigentes aplicaciones de alta tecnología. Estos sensores podrían revolucionar la detección de metales con fines de seguridad, mejorar sistemas de navegación de vehículos, producir mejores dispositivos médicos y garantizar mejor la seguridad en espacios grandes como centros comerciales y aeropuertos. De continuar sus labores investigativas, el equipo del proyecto podría generar nuevas tecnologías que beneficiarían enormemente a la industria europea y por ende al resto de la sociedad.