La UE hace un llamamiento a las regiones para que contribuyan a fomentar la capacidad innovadora de Europa
Las acciones realizadas por los gobiernos y autoridades regionales en toda la UE pueden contribuir en gran medida al desarrollo de la competitividad de Europa. Casi 100 regiones de la UE ya han recibido financiación de la UE para desarrollar políticas que fomenten la innovación en sus regiones. En una conferencia celebrada recientemente se dieron cita representantes de estas regiones con el objeto de intercambiar ideas y experiencias de éxitos, así como debatir la forma en que las regiones pueden contribuir a reducir el "déficit de innovación" de Europa. Dos iniciativas de la UE, la Estrategia de Innovación Regional (RIS) y la Estrategia de Innovación Regional y Transferencia de Tecnología (RITTS), han ayudado a casi 100 regiones de la UE a examinar sus estrategias de innovación. Una vez evaluadas sus políticas de innovación, estas regiones pueden centrar su atención en áreas determinadas que requieren mejoras y aplicar políticas que estimulen a las empresas locales a ser más innovadoras. El objetivo que se persigue es aumentar la capacidad de innovación de dichas regiones, posibilitando la creación de nuevas empresas y el desarrollo de las empresas existentes. En particular, RIS y RITTS tienen como objetivo promover la innovación en las pequeñas y medianas empresas (PYME) y contribuir a transformar las tecnologías desarrolladas en universidades y centros de investigación en oportunidades comerciales. A lo largo de dos días de debates, los participantes estudiaron no sólo el desarrollo y aplicación de las estrategias de innovación en regiones concretas, sino también cómo las regiones pueden colaborar en el desarrollo de dichas estrategias de innovación. Este segundo aspecto fue analizado en profundidad por Edith Cresson, la comisaria de la UE responsable de la investigación y el desarrollo, en su discurso de clausura de la conferencia. La Sra. Cresson señaló cinco apartados en los que se puede actuar para fomentar la innovación en Europa, indicando para cada uno áreas en las que las regiones pueden realizar una contribución especial. En primer lugar, Europa no invierte lo suficiente en la investigación, y las inversiones que se llevan a cabo son de carácter demasiado disperso. Según la Sra. Cresson, la cooperación entre las regiones contribuirá a evitar la duplicación de esfuerzos y proporcionará la masa crítica necesaria para explotar nuevas tecnologías. Con todo, para obtener unos resultados óptimos, las regiones deberán asegurarse de que sus estrategias de innovación se basan en las necesidades y aptitudes de las empresas de la región en cuestión. El segundo apartado, los sistemas de educación y formación y los vínculos entre la educación y la industria, requiere esencialmente una actuación a nivel regional o nacional, afirmó la Sra. Cresson. Las regiones ya han aplicado un gran número de iniciativas que podrían ser integradas en las estrategias de otras regiones. El tercer apartado, la mejora del sistema de patentes en Europa, podría beneficiarse de una actuación regional en ámbitos tales como la información a las PYME del valor de las patentes y el fomento de la utilización de dicho sistema por parte de las PYME, tanto para obtener una protección como para explorar las tecnologías existentes. En opinión de la comisaria, el cuarto apartado, la financiación de la innovación, es de gran interés. Aunque en muchos países se dispone en la actualidad de una mayor cantidad de capital de riesgo que en cualquier otro momento del pasado, la proporción del mismo que se destina a inversiones iniciales y a empresas tecnológicas es mínima. Se han creado fondos de inversión regional en algunas regiones europeas, los cuales han demostrado ser efectivos a la hora de canalizar fondos hacia las empresas tecnológicas. Las regiones también pueden realizar contribuciones impulsando a los inventores de nuevas tecnologías a solicitar financiación para la explotación de las mismas y prestando asistencia en el establecimiento de contactos entre los mismos y los inversores. El quinto apartado abordado por la Sra. Cresson fue el de la difusión de nuevas tecnologías, en particular a aquellas empresas pequeñas que no poseen una base tecnológica avanzada pero que podrían utilizar las nuevas tecnologías en sus procesos de fabricación. Varias regiones han creado iniciativas para ayudar a las PYME a encontrar tanto nuevas tecnologías que les resulten beneficiosas como investigadores que puedan satisfacer sus necesidades.