La UE firma un nuevo convenio internacional sobre sustancias químicas y plaguicidas peligrosos
Con la adopción del nuevo "Convenio sobre consentimiento previo fundamentado" (PIC) se ha dado un paso importante hacia la mejora de la reglamentación que rige las sustancias químicas y los plaguicidas peligrosos. Ritt Bjerregaard, comisaria europea a cargo de Medio Ambiente, junto con Martin Bartenstein, ministro austriaco de Medio Ambiente, firmaron el convenio en nombre de la UE en una reunión que se celebró en Rotterdam, Países Bajos, el 10 y 11 de septiembre de 1998. El convenio, negociado bajo los auspicios de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), exige a todos los exportadores de las sustancias reguladas obtener el "consentimiento previo fundamentado" de todo país importador para que pueda tener lugar la consignación. En un principio va a cubrir 22 pesticidas y cinco sustancias químicas industriales, pero se espera agregar muchas más en el futuro. Lo que se propone es proteger a la población y al medio ambiente de los peligros derivados del comercio en estas sustancias. Los países importadores estarán ahora facultados para decidir cuáles están dispuestos a recibir y a excluir todas aquellas otras que no puedan manipular con seguridad. En caso de que tenga lugar el comercio en estas sustancias, el convenio impone requisitos de etiquetado y el suministro de información sobre los efectos potenciales para la salud y el medio ambiente, fomentando así la utilización sin riesgos de estos productos. El convenio también contiene disposiciones relativas al intercambio de información entre las partes sobre sustancias químicas potencialmente peligrosas susceptibles de ser exportadas o importadas. La UE ya ha puesto en marcha algunas de las disposiciones del convenio a través del Reglamento 2455/92 del Consejo sobre la importación y exportación de ciertas sustancias químicas peligrosas. Tras la firma del convenio, la comisaria Bjerregaard subrayó la importancia de la gestión sensata de los productos químicos y destacó la función de las ONG en la evaluación y la notificación de problemas vinculados a sustancias químicas en los países en desarrollo y la ayuda que pueden prestarles para cumplir las obligaciones contraídas en virtud del convenio.