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Tendencias científicas: Un siglo después de que Einstein formulase la teoría general de la relatividad, la comunidad científica celebra la detección por medios directos de las ondas gravitacionales.

Recientemente se anunció la detección directa de ondas gravitacionales claras, deformaciones del espacio-tiempo predichas en 1916 por Albert Einstein, un logro de primer orden que ofrece a la humanidad una nueva forma de conocer el Universo.

El descubrimiento supone la culminación de decenios de búsqueda y de cinco lustros perfeccionando un conjunto de interferómetros para que alcancen tal sensibilidad como para detectar variaciones en la distancia equivalentes al grosor de un cabello humano en la distancia que separa el Sistema Solar de la estrella más cercana a cuatro años luz. El fenómeno que creó las ondas fue la colisión de dos agujeros negros y su detección se realizó en los instrumentos de enorme sofisticación de la Colaboración LIGO (Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser), construido en los estados de Washington y Luisiana (Estados Unidos). Los dos agujeros negros estaban a una distancia aproximada de mil trescientos millones de años luz y sus masas son equivalentes a veintinueve y treinta y seis veces la del Sol, respectivamente. Las señales recogidas por LIGO describen el proceso de colisión. Al principio de la señal habían empezado a girar uno en torno al otro treinta veces por segundo. Al término de los veinte milisegundos del corte de datos habían acelerado hasta doscientas cincuenta veces por segundo antes de colisionar y fusionarse con violencia. La colisión de los dos agujeros negros generó una tormenta violenta en el tejido del espacio-tiempo en la que se alternó una aceleración y una ralentización y que provocó la flexión física del espacio. La Colaboración LIGO, que ha publicado su descubrimiento en la revista «Physical Review Letters», abarca varios laboratorios de todo el mundo, también en Reino Unido y Alemania, además de los estadounidenses. La mayor parte del trabajo realizado para las máquinas de los interferómetros de Washington y Luisiana se llevó a cabo en el interferómetro de menor tamaño GEO600 situado en Hannover (Alemania). En la rueda de prensa en la que se anunció el descubrimiento, el director ejecutivo de LIGO David Reitze denominó el descubrimiento como un «alunizaje científico», en referencia al programa Apolo de la década de los años sesenta. El legado de Einstein «Esta observación es ciencia en estado puro y supone tres hitos para la física», explicó el profesor Alberto Vecchio de la Universidad de Birmingham e investigador de LIGO. «La detección directa de ondas gravitacionales, la primera detección de un agujero negro binario, y los indicios más sólidos hasta la fecha de que los agujeros negros de la naturaleza son los objetos predichos por la teoría [general de la relatividad] de Einstein». Según la teoría general de la relatividad formulada por Albert Einstein, cualquier masa acelerada debería producir ondas en el tejido del espacio-tiempo. No obstante, el efecto es muy débil y sólo objetos de gran tamaño, como una explosión estelar, podrían modificar su entorno en un grado detectable. Ahora, tras el descubrimiento de LIGO, la astronomía podrá dar respuesta a algunas de las cuestiones más relevantes para la física, como la unificación de fuerzas que relacionan la teoría cuántica con la gravedad. En la actualidad, la teoría general de la relatividad describe bien el cosmos a su escala mayor, pero los físicos se sirven de ideas de la cuántica para debatir sobre las interacciones más pequeñas. Ante la nueva posibilidad de estudiar zonas del Universo en las que las fuerzas gravitacionales son extremas, como es el caso de los agujeros negros, la comunidad astronómica podría contar en adelante con una forma nueva y más plena de abordar su trabajo. La exploración de una nueva frontera Las implicaciones de este logro podrían ser enormes. La detección directa de las ondas gravitacionales permitirá en adelante explorar el Universo «oscuro», la mayor parte del cosmos que no se muestra en los telescopios de luz utilizados hoy en día. Los astrónomos observarán el Universo con mucha mayor profundidad y, en consecuencia, atrás en el tiempo, por lo que cabría esperar una detección del momento exacto del Big Bang. Físicos ilustres de todo el mundo, incluido el profesor Stephen Hawking de la Universidad de Cambridge, han asegurado que el descubrimiento supone todo un hito para la historia de la ciencia. Tras este descubrimiento monumental, una pregunta clave hace las rondas en los ámbitos científico y periodístico: ¿recibirán el Premio Nobel los científicos de LIGO?

Países

Alemania, Reino Unido, Estados Unidos

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