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Entrevista
Contenido archivado el 2024-04-18

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LONGWOOD narra la historia de la influencia humana sobre los bosques de Moravia desde diversas perspectivas científicas

Conocer la evolución de la composición de los bosques europeos en los últimos siglos o incluso milenios podría ser muy valioso en la elaboración actual de estrategias de ordenación forestal. El proyecto LONGWOOD reunió a expertos y conocimiento de varias disciplinas para crear bases de datos comunes y preparar las directrices para mejorar la ordenación forestal, centrándose en la región de Moravia, en Europa Central.

¿De qué manera las estrategias de ordenación forestal de los seres humanos han afectado a la vegetación de Europa Central con el tiempo? ¿Por qué sabemos tan poco acerca de este proceso y cómo se puede llenar este vacío? El proyecto LONGWOOD (Long-term woodland dynamics in Central Europe: from estimations to a realistic model) se centró en dar respuesta a estas preguntas. Unos meses antes de su finalización, el profesor Péter Szabó, coordinador del proyecto LONGWOOD, relata el trabajo realizado hasta ahora y analiza su potencial de influir en los planes de conservación futuros. ¿A qué cree que se debe nuestro gran desconocimiento sobre la evolución de la composición forestal antes de que comenzara su proyecto? En realidad disponíamos de mucha información, pero descubrí que las disciplinas científicas que generan este conocimiento no se comunican mucho entre sí. Cada disciplina tiene su propio conjunto de fuentes y herramientas y produce tipos concretos de resultados. Por ejemplo, con el análisis del polen se puede reconstruir la composición forestal con gran detalle, pero su ámbito geográfico es limitado. En algunos aspectos, la cooperación es verdaderamente difícil dadas las diferencias entre las escalas temporales y espaciales de varias fuentes. Sin embargo, en muchos otros aspectos no encontré ninguna razón por la que las disciplinas implicadas no debieran colaborar para responder a lo que parecían ser preguntas compartidas. Sentí que era el momento adecuado de intentar reunir diferentes métodos en una región que fuera lo suficientemente grande para ser representativa de, al menos, Europa Central, y que estuviera al mismo tiempo disponible para efectuar un análisis de alta resolución. ¿Cómo logró encontrar información histórica sobre la composición de los bosques de Europa Central? Planificamos la investigación junto con colegas de diversas disciplinas. Esto supuso una etapa clave en el proyecto, porque todos sabíamos que podríamos trabajar en nuestro propio ámbito pero teníamos que encontrar una escala espacio-temporal en la que pudiéramos cooperar significativamente junto con una plataforma que pudiera reunir todos estos tipos de datos diferentes. Para mí también era importante encontrar a expertos de primer orden en cada campo, ya que la aplicación de métodos anticuados en uno de ellos desvirtuaría el conjunto del proyecto. Nuestra investigación consta de cuatro tipos de datos: polen fósil, documentos de archivo, vegetación actual y datos arqueológicos. Todos estos tipos de datos diferentes se mantienen en bases de datos de Sistemas de Información Geográfica (SIG), que los hace compatibles y comparables. Precisamente porque a nuestro juicio había una brecha entre estudios locales detallados y modelos a gran escala algo especulativos, decidimos recopilar la mayor cantidad de datos posible de una región más grande (Moravia, al este de la República Checa, con una extensión de unos 27 000 km2), pues pensamos que era humanamente posible. Estamos al final del proyecto y contamos con miles de parcelas de vegetación permanentes y semipermanentes reevaluadas, docenas de perfiles palinológicos, decenas de miles de registros históricos sobre la composición de especies de árboles y la ordenación forestal, además de una base de datos completa que recoge todos los hallazgos arqueológicos que se han registrado en la zona. Esto nos ofrece una oportunidad única de tener una visión más amplia del desarrollo forestal y la función de los seres humanos de una manera compleja desde el final de la última edad de hielo. ¿Qué ha aprendido con respecto a la evolución de la composición de los bosques de Europa Central? Estamos ultimando los análisis y síntesis finales, pero creo que ante todo aprendimos a cuestionar la ciencia establecida. Por ejemplo, parece que el proceso más importante del siglo XX que influyó en estos bosques tan apreciados hoy en día por su biodiversidad fue, al menos en nuestra región, el abandono de la gestión tradicional. Los depósitos de nitrógeno y otros factores también desempeñan una función importante, pero si dejas de gestionar un bosque de la manera en la que se ha hecho durante cientos o quizás miles de años, cambia prácticamente todo, desde las flores hasta las mariposas. Nuestros datos históricos demostraron que nunca se dejó de gestionar ningún bosque, ni siguiera en la Edad Media, y también que los factores ecológicamente más importantes no son necesariamente los que están mejor documentados. Por ejemplo, el rastrillado de la hojarasca de los bosques, que antes se consideraba una «actividad menor», se practicaba en casi todas partes, lo que pudo eliminar tantos nutrientes de los bosques como el talado de árboles. Otro hallazgo importante es que suele ser imposible separar la intervención humana de los procesos naturales en el desarrollo del ecosistema. Resulta que la madera de roble florísticamente más valiosa del sur de Moravia producía pocos robles antes de que la gente cambiara su gestión en el siglo XIV. ¿Lo hace menos «natural» desde el punto de vista de la conservación de la naturaleza? Por otra parte, no todo es cambio. También encontramos elementos de estabilidad notables. En un modelo palinológico, arqueológico y paleoclimatológico combinado encontramos que el campo abierto ocupaba gran parte de las tierras bajas durante todo el período del Holoceno, pero también es imposible decir exactamente en qué medida lo causó el hombre y cuánto el clima. Un resultado principal del proyecto es un modelo de paisaje forestal espacio-temporal. ¿Cuáles serían los usos típicos de este modelo por las partes interesadas? Los principales sectores que pueden beneficiarse de nuestros resultados son los dedicados a la conservación de la naturaleza y la silvicultura. Nuestros resultados proporcionan la oportunidad de hacer un seguimiento de los cambios a largo plazo y situar los cambios actuales, incluidos los provocados por el cambio climático, en un contexto milenario. En un plano más concreto, pretendemos que nuestras bases de datos sean abiertas, de modo que, por ejemplo, si una unidad forestal quiere consultar la composición de especies de árboles de su área en los últimos cientos de años para desarrollar un plan de gestión mejor, pueda obtener esta información de nosotros. También estamos tratando de revisar los modelos existentes de las regiones originarias de las especies de árboles. Además, cooperamos con las autoridades encargadas de la conservación de la naturaleza en varios lugares, donde supervisaremos y evaluaremos las consecuencias de la reintroducción de la ordenación forestal tradicional, guiada en parte por nuestra investigación, en el contexto de los cambios generales del siglo XX. Lo ideal sería que nuestros resultados pudieran contribuir a una renovación de la política forestal checa en cuanto a la composición deseable de especies de árboles y la función de la ordenación forestal tradicional, la mayoría de la cual está prohibida en la actualidad fuera de zonas especialmente designadas. También elaboró directrices en aras de una conservación más congruente del bosque. ¿Cuáles son sus principales recomendaciones? Desaconsejaría los grandes planes de conservación. Es muy fácil confiar en una clasificación preexistente que encaje con tu bosque, pero al hacerlo se corre el riesgo de pasar por alto lo que hace que tu emplazamiento sea especial. Para mí, lo interesante de un bosque no es lo parecido que pueda ser a otros bosques, sino lo que lo diferencia de cualquier otro. Además, y esto es algo a lo que nos hemos dedicado a lo largo de nuestra investigación, los planes y principios de conservación globales tienden a convertirse en dogma y pierden su capacidad de incorporar nuevos conocimientos. Me gustaría que los aspectos históricos del lugar se tuvieran mucho más en cuenta en la conservación forestal. Los bosques no son solo monumentos naturales, sino también culturales y, como mencioné antes, suele ser imposible discernir entre dónde termina la cultura y comienza la naturaleza. No lo considero un problema, pero sí algo que, sobre todo en Europa, debemos tener muy en cuenta. Los bosques son extremadamente complejos, por lo que deberíamos observarlos desde el punto de vista de la combinación de varios elementos distintos, en lugar de en función de una lista de especies deseables. Su trabajo se centra en la región de Moravia. ¿Espera que su metodología ayude a iniciativas similares en otras regiones de Europa? Espero que sí. Me haría feliz que otros encontraran nuestro trabajo inspirador en el sentido de que la combinación de diferentes fuentes y métodos pueda crear una sinergia cuyo efecto sea superior a la simple suma de componentes individuales. LONGWOOD Financiado con arreglo a FP7-IDEAS-ERC Página web del proyecto

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