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Cómo mejorar las acciones de la Unión Europea para la resolución de crisis más allá de sus fronteras

Los investigadores han analizado los mecanismos de respuesta de la Unión Europea (UE) ante crisis y conflictos con el fin de hacerlos más sensibles, eficientes y sostenibles.

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En un entorno de seguridad cada vez más complejo e incierto, existe una creciente demanda para que la UE desempeñe un papel más estratégico a la hora de responder a las crisis y los conflictos. Como parte de su política común de seguridad y defensa, la UE lleva a cabo varias tareas como operaciones humanitarias y de rescate, gestión de crisis, negociaciones de paz, prevención de conflictos y estabilización después de un conflicto. Con el fin de alcanzar sus objetivos, la UE despliega tanto misiones civiles como operaciones militares. Ha lanzado más de treinta y cinco misiones y operaciones de este tipo en tres continentes desde que se produjo el conflicto de los Balcanes Occidentales en 1990. Sin embargo, ¿han tenido éxito? Los investigadores, con el apoyo del proyecto EUNPACK financiado con fondos europeos, han estudiado como se perciben las acciones de la UE sobre el terreno en los países objetivo. En un artículo de opinión del sitio web de la red paneuropea de medios de comunicación EURACTIV, Bård Drange, becario investigador junior en el Instituto Noruego de Asuntos Internacionales, sostiene que, a pesar de las buenas intenciones, los resultados son diversos. Destaca cinco paradojas que la UE debe abordar para «responder de manera efectiva a las crisis y los conflictos fuera de sus fronteras». La primera paradoja está relacionada con los retos que supone el desarrollo de la participación local en las misiones con el apoyo de las élites políticas. «Esto puede plantear problemas, especialmente en aquellos países en conflicto, en los que la legitimación de los líderes nacionales puede estar muy rebatida y en los que existe una gran brecha entre las élites y el pueblo». La segunda paradoja es que las intervenciones normalmente tienen un diseño basado en Bruselas en lugar de «basarse en un exhaustivo análisis de las dinámicas locales y las raíces del problema del conflicto». Drange afirma: «Por lo tanto, las respuestas no están adaptadas a las necesidades del pueblo en cuestión, sino que la respuesta de la UE se realiza en gran medida en Bruselas, en base a consultas limitadas con aquellos cuyos derechos desea proteger o fomentar». La tercera paradoja es si la respuesta de la UE a las crisis viene o no determinada por la demanda o la oferta. Drange señala que, a pesar de sus esfuerzos por ofrecer una respuesta determinada por la demanda que permita abordar las necesidades de la población de las zonas en conflicto, normalmente son los propios intereses de la UE los que determinan su respuesta. «La UE se involucra con sus propios compromisos (construir una autoridad estatal o frenar la migración) que no siempre son los que las partes interesadas locales y el pueblo quieren y necesitan». Al explicar la cuarta paradoja y destacando en particular Afganistán, Irak y Mali, explica que «la UE busca desarrollar la capacidad estatal para hacer frente a varios grupos armados. Sin embargo, con una respuesta cada vez más militarizada, no consigue resolver las raíces del problema ni aumentar las posibilidades de una solución y una reconciliación política». Y añade: «La quinta paradoja es que mientras que la UE aconseja soluciones a largo plazo y busca construir una paz duradera, en la práctica realiza una gestión de conflictos a corto plazo». Impacto limitado En el mismo artículo, se sugiere que estas paradojas, que también existen en otros casos diferentes a Afganistán, Irak y Mali, limitan la influencia de la UE sobre el terreno. «También es importante señalar que la UE no está sola; muchos otros compromisos internacionales presentan, con frecuencia, estas deficiencias». La investigación realizada en el marco del EUNPACK (Good intentions, mixed results – A conflict sensitive unpacking of the EU comprehensive approach to conflict and crisis mechanisms) realizó entrevistas con organizaciones y agencias locales e internacionales, así como estudios sobre el terreno en las zonas en que la UE opera. El proyecto analizó la disparidad entre las intenciones y la ejecución de la UE, y la brecha entre la ejecución y las percepciones locales. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto EUNPACK

Países

Noruega

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