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Entra en órbita la ingeniería de cultivo de tejidos para las rodillas

Los planes de los científicos de cultivar en el espacio tejidos para su utilización en cartílagos de la rodilla tal vez pronto se hagan realidad, tras el contrato firmado entre la Agencia Espacial Europea (AEE) e investigadores académicos y de la industria, que, según lo previ...

Los planes de los científicos de cultivar en el espacio tejidos para su utilización en cartílagos de la rodilla tal vez pronto se hagan realidad, tras el contrato firmado entre la Agencia Espacial Europea (AEE) e investigadores académicos y de la industria, que, según lo previsto, dará origen a la fabricación de un "biorreactor espacial". El reactor se instalará en la Estación Espacial Internacional y permitirá que los científicos observen cómo crecen los tejidos en condiciones de ingravidez. Según la AEE, un entorno de ingravidez puede ofrecer mejores condiciones que las de cualquier centro terrestre para la obtención de estructuras celulares tridimensionales adecuadas. En la actualidad, en laboratorios de investigación de diferentes partes del mundo se utilizan biorreactores para el cultivo de bacterias, de levadura o células animales y, cada vez con mayor frecuencia, de tejidos. La capacidad de desarrollar tejidos sanos fuera del cuerpo del paciente, de un tamaño y una estructura apropiados a su reimplante, podría ayudar a resolver el déficit de donaciones de órganos que, para muchos pacientes de todo el mundo, son una cuestión de vida o muerte. Los científicos también plantean que el reimplante es una alternativa alentadora al transplante de tejidos de donantes, ya que permitiría salvar el problema del rechazo de tejidos y órganos "extraños". De hecho, el cultivo de muestras de tejidos in vitro en biorreactores constituye, en estos momentos, una meta de fundamental importancia para la investigación médica. La decisión de establecer un biorreactor en el espacio debe su origen a una propuesta presentada a la AEE por el científico suizo August Cogoli. El profesor Cogoli y su equipo sugirieron la utilización de un biorreactor en el espacio para el cultivo masivo de cartílago de la rodilla, algo que necesitan con urgencia muchos pacientes entre los 20 y los 50. El grupo de evaluación de pares se mostró muy impresionado: "Sólo en condiciones de microgravedad será posible lograr un contacto celular apropiado que cuente tanto con una posición estable como con una cohesión holgada", informaron. "Los principios del cultivo celular in vitro se conocen desde hace casi un siglo, pero sólo en las dos últimas décadas ha aumentando de forma significativa el cultivo de células de mamíferos, con la consiguiente creación de la ingeniería de tejidos. Se espera que, en un futuro cercano, estas técnicas revolucionen los procedimientos biomédicos y quirúrgicos", afirma la AEE. El biorreactor modular espacial es uno de los más 50 proyectos que pondrán a prueba diferentes aplicaciones en condiciones de ingravidez a bordo de la Estación Espacial Internacional. El proyecto es subvencionado por el programa de promoción de aplicaciones de microgravedad de la AEE y a su financiación contribuyen los institutos de investigación científica participantes y la industria. La AEE también respalda otro aspecto de crucial importancia para este proyecto como es el establecimiento de equipos y redes paneuropeos, y su apoyo financiero abarca las oportunidades de vuelos espaciales y actividades terrestres conexas.