Continúa la polémica en torno al principio de cautela
En el último número de "Science" un grupo internacional de autores expresó la opinión que le merecía el "principio de cautela" de la Comisión Europea. El principio de cautela, adoptado este año tras dilatadas deliberaciones, ya sustenta el armazón de la legislación medioambiental en la Unión Europea. En su expresión más simple, anima a los Estados miembros a pecar por exceso de cautela en la regulación de las nuevas tecnologías. El principio de cautela ha desatado la polémica. Antes de adoptarse éste, la oposición se concretaba en el temor a que estableciera barreras comerciales desleales. Cuando ya ha sido adoptado, las críticas aseveran que los gobiernos han recurrido a una aplicación arbitraria. En el artículo publicado en "Science", los investigadores comentan las orientaciones recién adoptadas por la Comisión Europea para aclarar la aplicación del principio de cautela en el estudio de nuevas tecnologías. "Las orientaciones hacen hincapié en la necesidad de poner en marcha un proceso transparente políticamente y un examen detenido de la información científica a la hora de aplicar dicho principio, lo que podría contribuir a compensar la dimensión litigiosa de la aplicación", afirman los autores.