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Smart Vital Signs and Accident Monitoring System for Motorcyclists Embedded in Helmets and Garments for eCall Adaptive Emergency Assistance and Health Analysis Monitoring

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Cascos y prendas inteligentes para salvar a motoristas en caso de colisión

La motocicleta es el único medio de locomoción que ha registrado un aumento de la siniestralidad en los últimos diez años. Los dispositivos «eCall» han logrado reducir el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia, pero si se dispusiese de un sistema de monitorización de las constantes vitales en tiempo real sería posible preparar adecuadamente la actuación de dichos servicios. Los artífices del proyecto I-VITAL, financiado con fondos europeos, han creado un sistema de monitorización que puede integrarse en cascos y prendas de vestir.

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«El sistema I-VITAL (Smart Vital Signs and Accident Monitoring System for Motorcyclists Embedded in Helmets and Garments for eCall Adaptive Emergency Assistance and Health Analysis Monitoring) consta de dos componentes principales, o "kits", y de una aplicación para teléfonos inteligentes», explicó Rafael Maestre Ferriz, coordinador del proyecto y director del Departamento de Electrónica de CETEM, en España. «El Kit I del sistema I-VITAL es para el casco, y el Kit II se incorpora a la vestimenta». Estos kits pueden utilizarse juntos o por separado. Ambos están provistos de sensores similares de monitorización de constantes vitales y detección de accidentes, circuitos para la adquisición y el procesamiento de datos y una tecnología inalámbrica denominada «bluetooth de baja energía» (BLE) que se conecta con el smartphone del usuario. «Una aplicación específica instalada en el teléfono móvil recibe de los kits información sobre el estado de salud del usuario y detecta posibles colisiones. Cuando se produce un accidente, la aplicación efectúa automáticamente una llamada "eCall". El usuario puede así comunicar su situación sin tener que realizar ninguna otra operación. Cabe destacar además que el sistema envía automáticamente información básica esencial sobre el accidente y el estado médico del conductor, facilitada específicamente por I-VITAL», señaló Maestre. Los distintos componentes incorporan las mismas tecnologías pero están adaptados a sus correspondientes kits, en la medida en la que lo permiten las limitaciones y los condicionantes físicos. La información recabada incluye la monitorización de la frecuencia cardiaca (MFC) y la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC), así como la temperatura y la humedad. Los sensores instalados en la ropa miden la frecuencia respiratoria, y los dispositivos electrónicos del casco permiten detectar signos de consciencia tras un accidente. Todos estos sensores necesitan un suministro constante de energía, y el consorcio decidió prescindir de baterías y desarrollar tecnologías de recolección para cada uno de los kits. El casco incorpora un generador de energía eólica y la ropa, células solares. Todo un logro tecnológico A diferencia de los coches, para los que existen desde hace tiempo medidas de seguridad y una larga tradición de I+D, los accidentes de motocicleta son muy poco predecibles. «En muchos accidentes, no existe una correlación entre los daños que presenta el vehículo y las lesiones del conductor. En algunos casos, el conductor llega a separarse de la motocicleta y los impactos en la carrocería no ofrecen indicios de lo que le ha sucedido a este», afirmó Maestre. Esta realidad no se ve reflejada en las especificaciones de los sistemas más avanzados de «eCall», que normalmente se basan en sensores situados únicamente en la motocicleta. Otro sistema denominado «Schuberth RiderEcall» combina esta tecnología de detección con otra instalada en el casco. «El problema radica en que no siempre es posible detectar impactos graves en el cuerpo del motorista basándose en los datos que recogen el casco o la propia motocicleta. Dado que el estado del conductor es más preocupante que el de la motocicleta, los dispositivos de detección y evaluación de la gravedad de un accidente deben ir asociados al cuerpo y a la cabeza», prosiguió. «Esto es precisamente lo que distingue a I-VITAL de otros sistemas que, al no proporcionar transmisiones de voz, no indican a los servicios de emergencia si se trata de un problema técnico o el alcance de las lesiones del usuario». Otra ventaja de I-VITAL con respecto a otros dispositivos disponibles en el mercado estriba en que puede proporcionar información en tiempo real sobre las constantes vitales del conductor. Estos datos también se recogen en la aplicación para móviles I-VITAL, que ofrece al conductor varias funciones muy útiles: si la frecuencia cardiaca aumenta demasiado, se le advierte que debe reducir la marcha. Si, por el contrario, es demasiado baja, recibe un aviso instándole a realizar una parada. Por último, se han añadido prestaciones puramente lúdicas, como una estimación del nivel de diversión que la conducción proporciona al usuario durante el trayecto. Esta información puede consultarse durante las paradas. Más financiación, nuevas oportunidades El proyecto podría finalizar en octubre, pero el consorcio tiene muchos planes pendientes. «Estamos tratando de obtener financiación para convertir los prototipos de I-VITAL en productos finales tangibles», declaró Maestre. «Los fondos europeos son una de nuestras prioridades, pero lo más deseable sería lograr que un fabricante importante del sector respaldase este esfuerzo». Seguidamente añadió que queda mucho por hacer y que es posible seguir perfeccionando las tecnologías: «Por ejemplo, pueden incorporarse nuevas funciones de procesamiento de constantes vitales para hallar parámetros secundarios que permitan determinar los niveles de estrés y atención del conductor. Se trata de algoritmos patentados sobre los que aún no se puede proporcionar más información». «Por otra parte, hemos hallado soluciones técnicas más inteligentes que permiten sacar aún más partido al sistema. No obstante, ello implica más trabajo y más fondos, y es preciso ultimar algunos detalles antes de que estos dispositivos puedan salir al mercado. Afortunadamente, la mayoría de los miembros del consorcio están convencidos de que el esfuerzo merece la pena». Dos de los socios —los fabricantes de cascos y ropa para motoristas NZI y Lookwell— han estudiado distintas opciones de explotación y alternativas de comercialización. «Ya se han puesto en contacto con las marcas y los fabricantes más importantes, pero todo está aún en ciernes y no podemos facilitar más detalles por el momento. Aunque todo depende de la financiación y del interés de los posibles compradores, presumiblemente el sistema podría empezar a comercializarse a principios de 2018», concluyó Maestre.

Palabras clave

Motocicleta, seguridad, casco inteligente, sistema «eCall»

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