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Israel y el VPM: análisis

El 8 de mayo de 1999 se hizo efectivo un nuevo acuerdo de asociación entre Israel y la Comunidad Europea por el que se disponía la plena participación de las empresas y universidades israelíes en el V Programa Marco de IDT (VPM) de la Comisión Europea. Este pasado mes de enero...

El 8 de mayo de 1999 se hizo efectivo un nuevo acuerdo de asociación entre Israel y la Comunidad Europea por el que se disponía la plena participación de las empresas y universidades israelíes en el V Programa Marco de IDT (VPM) de la Comisión Europea. Este pasado mes de enero, la organización con sede en Tel Aviv ISERD, cuya misión es fomentar la cooperación europeo-israelí en el ámbito del VPM, acogió a Noticias CORDIS para dar a conocer la experiencia de ese país en el VPM y transmitir la esperanza de que se mantuviera la colaboración con el sector europeo de IDT. Cada cuatro años, Israel contribuye a la Comunidad Europea unos 140 millones de euros por la participación en el V Programa Marco, esto es, el 1,18 por ciento aproximadamente del presupuesto total del VPM. Ha sido una inversión acertada, según afirma Marcel Shaton, Director general de ISERD, no sólo en términos de retorno económico, sino también porque el VPM ha brindado a los israelíes oportunidades de buscar socios de investigación en Europa y ha contribuido a estrechar a nivel interno los vínculos industriales y académicos. El éxito del país en el VPM ha sido absoluto hasta la fecha, tanto en el programa de tecnologías de la sociedad de la información (IST), habiéndose percibido el 40 por ciento de los fondos asignados a título del VPM, como en los de calidad de la vida, con un 16 por ciento, y Growth, con el 19 por ciento. Señala ISERD que el énfasis industrial que pone el V Programa Marco resulta extremadamente valioso para establecer vínculos en los mercados mundiales. Además, el VPM ha abierto la posibilidad de que las empresas israelíes sellen acuerdos de cooperación estratégica en Europa mientras sus científicos tienen la oportunidad de llevar a cabo proyectos de investigación a mayor escala. No sólo eso, sino que el Programa Marco proporciona a la comunidad de IDT una fuente alternativa de financiación. En Israel se registran tres fuentes principales de financiación de la investigación e innovación tecnológica. La primera, la Fundación científica israelí, presidida por el Profesor Paul Singer, reparte cerca del 50 por ciento de los fondos nacionales disponibles para la investigación en las universidades. "Los institutos universitarios israelíes ya mantenían excelentes relaciones internacionales antes incluso de que pudiéramos participar en el Programa Marco", informa Singer. "Para poder ocupar un puesto en alguna facultad, tenías que haber estado un año en el extranjero". El Programa Marco ha contribuido a ampliar la cooperación en Europa. Un compañero de Singer, Shlomo Herkovic, del Comité de planificación y presupuestos del Consejo de enseñanza superior, insiste en que es importante un vínculo entre Israel y Europa. "Israel estaba deseando incorporarse a la investigación europea", dice. "La investigación es el ámbito de internacionalidad de Israel. Ha sido una inversión importante a largo plazo [...] La ciencia europea nos parece un área de crecimiento de la que Israel no puede permitirse el lujo de quedar fuera". Otro 10 por ciento de los fondos disponibles para la investigación en Israel lo pone Hagit Messer-Yaron, Directora científica del Ministerio de Ciencia, Cultura y Deportes. Como Profesora de ingeniería eléctrica, Hagit Messer-Yaron sigue dedicando un día por semana a atender a sus obligaciones en la Universidad de Tel Aviv. "Tengo una visión global de la ciencia", dice. "Para mantener su alto nivel científico, Israel necesita tomar parte en actividades internacionales globales. Como lo que se está haciendo en el CERN, donde no puede haber actividad científica sin que se aúnen recursos económicos y humanos. El VPM brinda a los científicos israelíes la oportunidad de trabajar en una escala mayor". El 40 por ciento restante de los fondos de investigación y desarrollo es administrado por Carmel Vernia, Director científico del Ministerio de Industria. La I+D es un motor capital de la industria en Israel, país en el que el sector de alta tecnología suma el 50 por ciento de toda la producción industrial israelí y un porcentaje equivalente de exportaciones industriales, según indican los datos de ISERD. Israel es de los países que más gasta en I+D industrial, asignando el tres por ciento de su PIB a I+D, informan en el ISERD. Asimismo muestra uno de los mayores índices de generación de empresas debutantes per cápita en el mundo. "En patentes per cápita, Israel se coloca tercero, detrás de EEUU y Japón. [Y en términos de] ingenieros en porcentaje de la mano de obra nacional, sale primero, con 135 ingenieros por cada 10.000 personas ocupadas, o sea, cerca del doble de los datos correspondiente a EEUU y Japón". La industria biotecnológica israelí salió beneficiada del flujo de judíos titulados procedente de la antigua Unión Soviética a principios de los años noventa, de los cuales 40.000 eran doctores. Ahora el país goza en el sector biotecnológico de la ventaja estratégica que le otorga aquel 35 por ciento de los científicos universitarios que trabaja en las ciencias de la vida. Según se desprende de los cálculos de ISERD, en 1998 se dedicaban a actividades biotecnológicas 135 empresas, incluidas 44 empresas de nueva creación. "Necesitamos insistir más en la participación israelí en la industria europea", aseveró a Noticias CORDIS Yehoshua Abramovich, Jefe de la División económica de la Asociación de fabricantes de Israel. "La nuestra es una situación extraña por los vínculos que mantenemos con EEUU. Las empresas tradicionales han empezado a caer en la cuenta de que por motivos económicos es mejor conectar con la alta tecnología europea, porque queda cerca. En estos momentos, no tenemos muchas relaciones con nuestros vecinos, por cuestiones políticas y económicas. A mediados de los noventa nos dimos cuenta de que no estábamos aprovechando el potencial de Europa e Israel. Así fue como a Israel le gustó la idea del Programa Marco. Vimos el gran potencial que encerraba". "Los israelíes deben aprender a trabajar con el Programa. Ahora, el mero hecho de que hayamos observado y registrado cantidad de historias de éxito da prueba de nuestra voluntad de participar en el Programa Marco. Esta participación beneficiará a ambas partes, por los intereses tecnológicos compartidos y la oportunidad que brinda de sostener un esfuerzo inversor prolongado".