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El CCI necesita más reformas - Su director general habla con Noticias CORDIS

Cuando Barry McSweeney solicitó con éxito el puesto de Director General del CCI (Centro Común de Investigación) de la Comisión Europea, sabía que lo fácil había acabado. A pesar de haber sido seleccionado entre diversos candidatos muy cualificados, él era consciente de que est...

Cuando Barry McSweeney solicitó con éxito el puesto de Director General del CCI (Centro Común de Investigación) de la Comisión Europea, sabía que lo fácil había acabado. A pesar de haber sido seleccionado entre diversos candidatos muy cualificados, él era consciente de que estaba a punto de convertirse en cabeza de una organización impopular que necesitaba cambiar si quería sobrevivir. Sin embargo, era también una organización que, con los cambios adecuados, podía situarse en primera línea de importantes iniciativas de la Unión Europea, por ejemplo el proceso de ampliación. Lo primero eran los cambios, no obstante, y en gran número. Se había hecho demasiada publicidad negativa acerca del CCI, tenía una mala imagen. "Era casi como si ésta fuese la DG que a la gente le encantase odiar," afirma. Los proyectos y los institutos necesitaban reformas, y la organización en conjunto requería una simplificación de su compleja estructura. McSweeney sabía que algunos de estos cambios se habían iniciado antes de que él accediese al cargo de Director General, pero también sabía que tendría que poner mucho de su parte. "No quisiera sugerir en absoluto que muchos de los cambios que ahora se han efectuado en el CCI se deban a mí [pero] sin duda he colaborado en ellos y los he impulsado. El CCI había decidido cambiar, y ya había iniciado ese proceso," dice. Incluso con anterioridad, desempeñó la tarea decisiva de lograr un presupuesto suficiente, que le permitiese sacar el máximo partido del CCI. "Tenía una enorme preocupación porque éste es el año en que tenemos que convencer a quienes nos asignan nuestro presupuesto, los contribuyentes europeos a través del Consejo y del Parlamento en codecisión, para que tomen una decisión favorable a nuestra faceta del Programa Marco. Una de las grandes preocupaciones era que se diese una situación en la que nuestra organización no tuviese buena fama. ¿Cómo dificultaría esto la concesión del presupuesto?" McSweeney se fijó el objetivo de conseguir el 100 por ciento del presupuesto que la Comisión había propuesto para el CCI en las negociaciones del Programa Marco. "Sabía que si sufríamos una reducción presupuestaria, la supervivencia del CCI sería muy dudosa." McSweeney había tenido la ventaja de contemplar los problemas del CCI desde una perspectiva interna. Trabajó durante un año en el centro del CCI en Ispra (Italia) antes de convertirse en Director General, cuya base actual se encuentra en Bruselas. Esta experiencia práctica le brindó una perspectiva acerca de lo que le aguardaba más adelante. Dice que esto le permitió comprender la mecánica de la organización, sin pertenecer a ella el tiempo suficiente para burocratizarse. "El día en que ingresé en la organización me di cuenta de su complejidad," declara, y desea simplificar las cosas, comenzando por determinar con claridad qué es lo que hace el CCI, y qué es lo que hace mejor. "Nuestro trabajo consiste en exponer los hechos, los hechos científicos. Hemos comenzado nuestra evaluación comparativa. Es la única forma de justificar la existencia de una organización." A continuación presentó algunos de los resultados que figuran en el primer informe sobre el ejercicio de evaluación comparativa. El CCI participó activamente en un 17 por ciento de las consultas interservicios, elaboró 80 productos para los Estados miembros e intervino plenamente en 57 documentos legislativos o comunicaciones de la Comunidad a lo largo de 2000. "Deseo que a finales de año dispongamos de un perfil del CCI y de lo que hacemos. La gente dice que esto es simplista, pero no lo es. Responde a los interrogantes. Es el tipo de precisión que deseo que exista en el CCI." Únicamente después de que él, y todos los demás, tengan un diagnóstico claro acerca de la situación del CCI, pueden llevarse a cabo otras modificaciones. La necesidad de establecer prioridades y de centrarse de nuevo en objetivos ha sido el mensaje claro de algunos de los numerosos informes (por ejemplo el informe Davignon, las auditorías internas, etc.) que se han realizado sobre el CCI a lo largo de los dos últimos años. El problema es que, sin recortes en algunas de las áreas actuales, no pueden dedicarse recursos adicionales a las áreas que deben recibir más atención. Esto significa tomar decisiones difíciles. "Lo que me ha sorprendido es la cantidad de interacciones que se han producido con otras DG y el Parlamento instándonos a no recortar determinadas cosas. Y si no les otorgo prioridad, voy a tener una organización con una escasa dotación económica que carezca de profundidad, a lo cual me niego. No vamos a complacer a todos." McSweeney expuso con claridad los criterios que empleará como ayuda para tomar estas decisiones. "Estoy de acuerdo con los críticos que dicen que, en ciertos casos, el CCI está haciendo cosas que los laboratorios de los Estados miembros pueden hacer mejor. Y he pedido a nuestros expertos que determinen cuáles son, y dejaremos de hacerlas," afirma. Ya está llevándose a cabo una integración de proyectos. McSweeney pone el ejemplo de algunos proyectos realizados por el Instituto del Medio Ambiente y la Sostenibilidad, y el Instituto de Sanidad y Protección de los Consumidores, ambos situados en Ispra. "Tengo un interés personal en integrar [estos proyectos], porque los aspectos sanitarios del medio ambiente preocupan a muchas personas." Sin embargo, McSweeney no quiere limitarse a un trabajo de poda. Como él mismo dice, la mayor parte de los empleados son fijos, y por lo tanto, los despidos no constituyen una opción viable. Preferiría que los cambios que se realicen vayan acompañados por un programa de formación del personal. "Espero gastar una cantidad importante de dinero [en esto] sobre todo si se trata de jóvenes científicos pertenecientes a un área que el CCI ya no necesita. Si esto implica enviarlos de nuevo a la universidad, es lo que haremos: se trata de una inversión en personas." Esto puede haber constituido uno de los factores que ha facilitado la tarea de implantar el cambio."El medio ambiente no era resistente al cambio, no había oposición de los sindicatos. De hecho, ocurría lo contrario." Desea que muchos de los cambios en cuestión estén en funcionamiento el 1 de septiembre, pero afirma que algunas personas no han esperado y ya han efectuado cambios. También quiere garantizar que aquellos que no forman parte del CCI saquen el máximo partido de éste. Según dice, la primera reunión del grupo de usuarios de alto nivel (donde McSweeney se reúne con los Directores Generales de las DG clientes de la Comisión), que tuvo lugar el 19 de julio, fue un éxito. "El mensaje más destacado que se oyó en la reunión fue que el CCI es necesario." McSweeney también desea asegurarse de que cualquier trabajo futuro con las DG avance de un modo que sea conocido por todos. Cualquier nuevo trabajo tendrá que ser suscrito por la DG cliente, de forma que todos estén seguros de que el trabajo es necesario. "No somos una DG política, estamos aquí para proporcionar toda la ayuda que requieran las DG políticas. Lo bueno que tiene el CCI es el hecho de ser imparcial." McSweeney preferiría ver una puesta en práctica serena y satisfactoria de aquello para lo cual está destinado el CCI, en lugar de limitarse a pregonar sus méritos. No considera conveniente gastar recursos y tiempo en educar a la opinión pública europea con respecto al CCI, ya que cree que estos recursos podrían utilizarse mejor en otros campos. "Nuestro trabajo de apoyar a los dirigentes políticos y a los legisladores no captará la atención del público. Preferiría obtener el aprecio de los dirigentes políticos de los Estados miembros," manifiesta. Esto también se aplica al espacio europeo de investigación. El CCI desempeñará un importante papel en este terreno. "Seremos un catalizador muy fuerte, pero el espacio europeo de investigación es enorme, mientras que el CCI es diminuto dentro de este proceso. Por eso no constituimos un elemento central." Sin embargo, McSweeney cree que los sistemas de referencia y de validación del CCI llegarán a desempeñar un papel cada vez más importante en el espacio europeo de investigación. También considera que el CCI en un medio ambiente multinacional, multicultural e interdisciplinario es un buen ejemplo del espacio europeo de investigación en acción. Esto se aplica tanto a los investigadores de los países candidatos como a los de los Estados miembros. El CCI ya ha tomado diversas medidas de importancia para integrar a los países candidatos: 18 proyectos con países candidatos, 61 actividades de coste compartido, y 33 científicos de países candidatos que trabajan en el CCI. "La ampliación podría constituir un importante legado de futuro para el CCI," dice McSweeney, y destaca la importancia de que los mejores científicos de los países candidatos acudan al CCI, pero es igualmente importante que con posterioridad trasladen sus conocimientos y formación de nuevo a su país, de manera que éste obtenga beneficios, y no pérdidas. A medida que McSweeney se dispone a efectuar otros cambios programados, se da cuenta de que está llegando al final del período de luna de miel correspondiente al comienzo del ejercicio de su cargo. "He detectado una inmensa buena voluntad dirigida hacia mí. Probablemente ya ha terminado el período de luna de miel. Como mínimo, a partir del 1 de septiembre", manifiesta. Reconoce que el trabajo ha sido más difícil de lo que esperaba, y que ha tenido que dedicarle muchas horas para hacerle frente. Sin embargo, también se ha marcado un objetivo acerca de lo que desea contemplar cuando deje el cargo. "Cuando veo que DG que ni siquiera nos conocen se acercan a nosotros para hablarnos, cuando captamos reacciones positivas procedentes de las instituciones europeas, cuando tenemos una organización más satisfecha, esto me hace creer que he logrado el objetivo."

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