Una encuesta de la Comisión revela lo que piensan realmente las empresas europeas sobre la innovación
Según la comunidad empresarial europea, el personal cualificado, el acceso a la tecnología y una actitud saludable de parte de los consumidores, son las claves para incrementar la innovación en Europa. Estos son algunos de los principales resultados que se derivan de la encuesta "Innobarómetro" sobre las actitudes de los líderes empresariales de la UE hacia la innovación, que ha sido realizada por la DG de Empresa de la Comisión Europea. La encuesta se dirigía a averiguar la experiencia y las prioridades de los directivos europeos en el ámbito de la innovación. Se les preguntaba su opinión sobre el papel de la integración europea en el acceso a las tecnologías avanzadas, la movilización de los recursos humanos, cómo proteger y compartir conocimientos, el acceso a la financiación y el grado de aceptación de los consumidores hacia la nueva innovación. Mediante esta encuesta se pretendía estimular un futuro debate público sobre los temas relacionados con la política de innovación de la UE. La encuesta desveló que, en general, los productos nuevos o renovados, que han sido introducidos en el mercado en los últimos dos años, suponen aproximadamente la quinta parte del volumen de negocios de las empresas. Existen, sin embargo, diferencias entre las empresas entrevistadas: aunque para casi el 12 por ciento de las empresas, más de la mitad de sus ingresos proceden de los nuevos productos, una de cada dos empresas de las entrevistadas declararon que menos del 10 por ciento de su volumen de negocios proviene de las innovaciones realizadas en los dos últimos años. Las empresas informaron también que las principales fuerzas impulsoras que subyacen tras la innovación son la creación de una cuota de mercado y el impulso de la rentabilidad, mientras que los directivos dan generalmente una valoración positiva al rendimiento de la innovación de sus empresas: sólo uno de cada diez entrevistados situaron el rendimiento de su empresa por debajo de la media, fijada por sus principales competidores. El estudio reveló que, para la mayoría de las empresas, la adquisición de equipos desempeña el papel más importante para obtener el acceso a la tecnología punta, especialmente entre las PYME y las empresas de las regiones mediterráneas. La cooperación con los proveedores se sitúa en segundo lugar, por delante de la I+D (investigación y desarrollo) interna y externa, como una de las formas de ganar acceso a las tecnologías. En general, más de ocho de cada diez directivos consideran que sus empresas tienen suficiente acceso a las tecnologías avanzadas, si bien Portugal, España y Francia muestran el nivel más bajo de satisfacción. Alrededor del 67,6 de los entrevistados declararon que las tecnologías avanzadas se encuentran más disponibles dentro de la Unión Europea. Un 28 por ciento cree que es en EEUU y un 12,7 por ciento sitúa esta disponibilidad en otros países, en concreto, en Japón y Lejano Oriente. Las empresas de Francia, Alemania, Países Bajos, Suecia y UK, sin embargo, presienten que el acceso a las tecnologías avanzadas es más simple en los países no comunitarios que en cualquier parte de la UE. Los directivos señalaron la función que desempeñan los empleados a la hora de convertir en éxito la innovación, dando un gran énfasis a la formación y motivación del personal durante este proceso. A lo largo de la UE, constituye un problema atraer a trabajadores que cuenten con las técnicas y cualificaciones necesarias para la innovación. Dos tercios de los directivos lo indican como una dificultad significativa. Para cuatro países, Dinamarca, Finlandia, España y Suecia, la contratación de personal no es apenas un problema. Con respecto al impacto potencial de la movilidad de los empleados sobre la innovación de la empresa, el estudio desveló grandes diferencias de opinión entre los países. Los entrevistados en Italia, Grecia, Luxemburgo, Portugal y España mostraron el índice más alto de convencimiento del impacto positivo del potencial de la movilidad, mientras que en Irlanda y Dinamarca las posiciones no estaban claras, con Alemania y Países Bajos encabezando la lista de los más escépticos. A nivel europeo, muchos directivos consideran de forma positiva la posibilidad de compartir conocimientos y ampliar la creación de redes entre las empresas innovadoras de la UE como una salida positiva, aunque se señalan diferencias notables entre los Estados miembros. El apoyo a la creación de redes a nivel europeo es más alto en los países mediterráneos. Dinamarca, Suecia y UK expresan más reservas. El estudio reveló también actitudes encontradas para acceder a la financiación de innovación, ya que existen grandes variaciones entre los países sobre las reacciones de los directivos a la diversificación y ampliación de los mercados de valores europeos y a un mayor acceso al capital riesgo. De nuevo, los países mediterráneos muestran más expectaciones que otros Estados miembros. Con la excepción de Luxemburgo, Irlanda y Países Bajos, casi ocho de cada diez directivos creen que el sistema impositivo en sus países no fomenta suficientemente la innovación. Un aplastante 85,5 por ciento de los directivos considera a los clientes europeos como cruciales para impulsar la innovación. Esta actitud cobra mayor fuerza en Dinamarca, Finlandia, Alemania, Suecia y Luxemburgo.