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Changes in mollusc shell microstructure through time

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La evolución de los caparazones de los moluscos como sistema de defensa contra depredadores

En el marco de un estudio financiado con fondos europeos se han comprobado distintas hipótesis acerca de los factores que determinan las estructuras a microescala de los caparazones de los moluscos, y sobre cómo han evolucionado estos para protegerse frente a sus depredadores.

El propósito del proyecto MOLLUSC EVOLUTION (Changes in mollusc shell microstructure through time) era completar el conocimiento sobre la evolución inicial de los caparazones de los moluscos y sobre su relación con las mejoras de índole evolutiva logradas por los primeros depredadores oceánicos. Empleando microscopios electrónicos de barrido, se hicieron fotografías de gran resolución de cincuenta moluscos excepcionalmente bien conservados (algunos de los cuales se remontaban a la etapa inicial del periodo Cámbrico, hace aproximadamente quinientos cuarenta millones de años). Además, se creó una base de datos sobre microestructuras de los caparazones de moluscos paleozoicos, a fin de determinar con mayor precisión los patrones de las características de dichos caparazones. Con dichas imágenes y base de datos, se comprobaron las hipótesis relativas al control de la biomineralización en los primeros moluscos. Una incógnita era si la depredación o el agua marina ejercieron un mayor grado de control sobre la naturaleza y la organización de los minerales en el interior del caparazón. Según los datos más recientes, los moluscos de las etapas inicial e intermedia del Cámbrico poseían una concentración elevada de calcita en sus caparazones, a diferencia de los caparazones modernos, donde es mucho más común la aragonita. El motivo es que las especies fósiles vivieron en una época en la que, en los mares, la calcita constituía el principal precipitado inorgánico de carbonato cálcico. Estos hallazgos confirmaban la hipótesis de que la química del agua salada ejerció una gran influencia sobre los minerales empleados para formar los caparazones de los moluscos más antiguos. Asimismo, la mayoría de los moluscos del Cámbrico tenían en su caparazón componentes orgánicos más gruesos. En consecuencia, su caparazón era más flexible que el de los moluscos modernos, quizás porque los depredadores de aquella época carecían de mandíbulas o garras duras. En los fósiles del periodo Ordovícico (posterior, hace aproximadamente cuatrocientos cincuenta millones de años) se apreciaron caparazones con una capa mineral relativamente gruesa. Además, algunos linajes contaban con nácar (o madreperla). Ello confirmó la hipótesis de que la resistencia de los moluscos se incrementó durante el gran fenómeno de biodiversificación del Ordovícico, durante el cual aumentó también notablemente la intensidad de la depredación. En los fósiles del Ordovícico estaba bien conservado el nácar, lo que permitió compararlos con otros grupos fósiles diversos que también lo tenían (gastrópodos, cefalópodos, bivalvos y monoplacóforos). Con esas comparaciones se pudo comprobar la hipótesis de que el nácar surgió de forma independiente en los distintos grupos de moluscos, lo cual apunta a una depredación creciente durante el Cámbrico y el Ordovícico. Los hallazgos de MOLLUSC EVOLUTION harán posible formular y probar nuevas hipótesis referentes a los mecanismos de control y a la evolución de los caparazones de los distintos linajes de moluscos primitivos.

Palabras clave

Depredadores, caparazón de molusco, microestructura del caparazón, Cámbrico, biomineralización, calcita, nácar

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