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La investigación europea mejorará gracias al espacio europeo de investigación, pero se requiere una mayor implicación de las empresas, afirma un experto de la OCDE

La estructura propuesta para el futuro Programa Marco de investigación europea (VIPM), que crea el Espacio europeo de investigación, será beneficiosa para la investigación europea, pero el elemento más importante tiene que ser la transformación de los resultados de la investig...

La estructura propuesta para el futuro Programa Marco de investigación europea (VIPM), que crea el Espacio europeo de investigación, será beneficiosa para la investigación europea, pero el elemento más importante tiene que ser la transformación de los resultados de la investigación en productividad y beneficios económicos, según el Dr. Daniel Malkin, director de la división de política científica y tecnológica de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Europeo). En una entrevista exclusiva concedida a Noticias CORDIS, el Dr. Malkin dijo que las prioridades del futuro Programa Marco tratarán áreas clave, por ejemplo biotecnología y genómica, nanotecnologías y tecnologías de la sociedad de la información, donde existe una notable separación entre Europa y sus principales competidores, EEUU y Japón. El Dr. Malkin puso de relieve que no hay que limitarse a investigar en estas áreas. Según él, "la cuestión de las PYME [pequeñas y medianas empresas] es importante, ya que no es fácil distinguirlas de las empresas de nueva creación y las empresas creadas por escisión, si bien esto es más fácil de decir que de hacer, cosa que exige un marco regulador." La OCDE ha examinado la I+D (investigación y desarrollo) y la creación de empleo, y ha demostrado que ambos hechos están vinculados. "En las empresas científicas, con mucha frecuencia, se da una cooperación que ayuda al conocimiento y tiene consecuencias comerciales. Esto requiere la implicación de las Administraciones públicas y de los organismos científicos. Cada vez en mayor medida los científicos se dan cuenta de que tiene que existir determinada responsabilidad y rendición de cuentas ante la sociedad para que este trabajo se convierta en relevante y ayude a la sociedad en general," dice el Dr. Malkin. "La ventaja de ello reside en la productividad. Determinados logros científicos fracasan porque las empresas no están demasiado interesadas en ellos. Por este motivo conviene mantener unidas las actividades privadas y las públicas." Uno de los principales aspectos que es preciso impulsar para garantizar que la empresa y la investigación puedan trabajar juntas es la adopción de la patente comunitaria, afirma el Dr. Malkin. Sin ella, podrían verse ahogados los procesos innovadores que llevan la investigación al mercado. En lo que tiene que ver con la estructura del VIPM, los investigadores se beneficiarán de los cambios contractuales, en opinión del Dr. Malkin. "Existirá una mayor autonomía, menos formalismo, y esto representa una ventaja porque si los investigadores se ven atrapados en un exceso de burocracia, pierden el interés." Cree asimismo que la estructura global del programa puede influir sobre algunos Estados miembros de la UE para que revisen sus propias infraestructuras nacionales de investigación, ya que algunas de éstas son "viejas y rígidas". Hay un aspecto del espacio europeo de investigación que no representa ninguna novedad, afirma el Dr. Malkin. "Los contactos en red es el nombre que ahora se le da al asunto, pero no debemos olvidar que una de las actividades que han sido globalizadas desde la Edad Media es la actividad científica," indica. También ha puesto en tela de juicio el hecho de que la potencial eliminación de la duplicidad de la investigación científica a través de un incremento de los contactos en red sea necesariamente algo positivo. "Quizás la duplicidad sea considerada como un concepto negativo, pero casi podría calificarse de normal el que exista competencia entre equipos de distintos países o incluso del mismo país." El Dr. Malkin también puso en discusión la noción de trabajar decididamente hacia la creación en Europa de la sociedad del conocimiento más competitiva, tal como se estableció en la cumbre de Lisboa de 2000. El alto nivel de conocimientos de Hungría en su fase de pre-transición no se reflejó es sus niveles de innovación. Destinar el tres por ciento del PIB a la investigación también podría resultar difícil, ya que gastar dinero significa disponer del personal investigador necesario para ejecutar el trabajo. Por el momento, en su opinión, la principal dificultad consiste en encontrar dicho personal, más que en fijar límites de gasto. Un modo de tratar este problema es afrontar la relación entre ciencia y sociedad. Si hay más personas que se interesan por la ciencia, resultará más fácil cubrir los puestos en cuestión, y existirá un mayor apoyo público al trabajo científico. El Dr. Malkin considera necesario que tanto la comunidad científica como el público en general se esfuercen más en comprender el punto de vista de la otra parte. Sin embargo, una de las herramientas más eficaces en su opinión es el mejoramiento del nivel básico en la enseñanza de la ciencia. "Una de las principales medidas que hay que tomar es conceder una mayor importancia al nivel más bajo de enseñanza científica... El mundo empresarial también debería participar, ya que se trata de algo que beneficia sus propios intereses. Es una acción a largo plazo, pero yo primaría el aspecto educativo, porque se aprecia una carencia generalizada de interés. Algunos países han hecho frente a ello, por ejemplo Finlandia, pero es necesario afrontarlo desde múltiples ángulos. Por ejemplo, se requiere que las Administraciones influyan sobre los medios de comunicación para que informen más sobre la ciencia en los canales públicos de televisión," señaló.