Nuevas investigaciones sugieren la posibilidad de cultivos fijadores de nitrógeno
Quizás diseñar plantas resulte más fácil que fabricar abonos nitrogenados específicos para éstas, en comparación con lo que antes se creía, según una nueva investigación publicada el 26 de junio en la revista Nature. Las raíces de las plantas leguminosas (la familia de los guisantes y las judías) establecen una simbiosis poco habitual con las bacterias del género rizobio. Esta simbiosis permite que las bacterias extraigan nitrógeno de la atmósfera y lo conviertan en nitrato y amoníaco, que la planta absorbe y utiliza como si se tratase de un abono artificial. A su vez, las bacterias pueden absorber y usar los azúcares producidos por la planta. Los científicos del Sainsbury Laboratory de Norwich (Reino Unido) han descubierto que esta simbiosis fijadora de nitrógeno entre leguminosas y rizobios, considerada hasta ahora como una relación única, emplea algunos de los mismos genes que controlan la frecuente relación micorrizal entre las raíces de las plantas y los hongos. Esta relación simbiótica, común a muchas plantas, implica el intercambio entre los nutrientes absorbidos por hongos micorrizales arbusculares y los azúcares de las plantas que el hongo absorbe y utiliza. El director de proyecto, Dr. Martin Parniske, ha afirmado: "Los científicos siempre habían imaginado que la simbiosis fijadora de nitrógeno entre leguminosas y bacterias rizobias constituía una relación única, y por lo tanto resulta muy atrayente descubrir que en realidad utiliza parte de los genes que controlan la muy común asociación micorrizal entre raíces de las plantas y hongos." Además, añade: "Ahora sabemos que parte del proyecto genético necesario para establecer una relación simbiótica con bacterias fijadoras de nitrógeno está presente en la totalidad de los principales tipos de plantas, algunas de ellas tan importantes como el trigo y el arroz." El Dr. Parniske ha afirmado que el nuevo conocimiento podría permitir que los criadores desarrollen plantas que fabriquen su propio abono nitrogenado, estableciendo relaciones simbióticas con bacterias fijadoras de nitrógeno. Esto ayudaría a reducir el uso de abonos nitrogenados artificiales, a los que se acusa de causar problemas ecológicos.