Un estudio solicita una política de innovación de tercera generación
Un estudio sobre política de innovación confeccionado por la Dirección General de Empresa de la Comisión defiende la elaboración de una "política de innovación de tercera generación" que reconozca la "centralidad de la innovación en todos los ámbitos estratégicos". El documento, redactado por un consorcio de organizaciones francesas y británicas, expone nuevos enfoques de la política de innovación y utiliza una serie de estudios de caso para ilustrar los diversos argumentos y cuestiones políticas. Aunque se ha avanzado en la implantación de una "sociedad innovadora", el estudio -denominado "Innovación mañana"- defiende la necesidad de una nueva generación de políticas que abarque la innovación en todos los campos programáticos pertinentes, desde la investigación hasta la competencia y la política regional. El informe se ha inspirado en la pregunta sobre cómo va a conseguir la UE el objetivo de convertirse en la economía más competitiva del mundo en 2010, establecido en Lisboa en la primavera de 2000, y en el reconocimiento de que la innovación es decisiva para la competitividad. La primera generación de políticas de innovación se basaba en la noción de un proceso lineal en el desarrollo de innovaciones, mientras que la segunda generación recalca la importancia de los sistemas e infraestructuras que sirven de apoyo a la innovación. La "política de innovación de tercera generación" colocaría la innovación en el núcleo de cada área política. "El propósito común consiste en maximizar las oportunidades de que la reforma normativa apoye los objetivos de la innovación, en lugar de correr el riesgo de obstaculizarlos o socavarlos", sostiene el documento. Otro motivo para modificar la política de innovación es la naturaleza cambiante de la innovación en la nueva economía basada en el conocimiento, según el documento, que exige que dejemos de considerar que las políticas actualmente establecidas para estimular la innovación continúan siendo adecuadas. "En una economía del conocimiento la innovación es diversificada y generalizada. No se basa únicamente en la investigación, ni en la ciencia y la tecnología, ni en la empresa y en el ingenio. La innovación depende también de conocimientos organizativos, sociales, económicos, de marketing y de otros tipos", declara el estudio. Las áreas políticas que influyen en la innovación son las siguientes: competencia, comercio, derechos de propiedad intelectual, empresa, investigación, tecnologías de la información y la comunicación, servicios financieros y capital riesgo, educación, fiscalidad, política regional, empleo y medio ambiente. La competencia es la que ejerce el influjo más notable. Una política de la competencia beneficiará la innovación, pero ciertas colaboraciones relacionadas con la tecnología quedan restringidas por las leyes que limitan los oligopolios. Lo que se requiere es un "diseño flexible de políticas en torno a principios claramente establecidos que otorguen una elevada prioridad a la innovación", sostiene el estudio. Con respecto a los derechos de propiedad intelectual, el informe afirma que se requiere un sistema europeo de patentes, pero "las revisiones de la ley de patentes que se están discutiendo exigen amplias consultas que tomen explícitamente en consideración el impacto de la innovación de conservar o modificar los marcos existentes". A continuación expone ejemplos de propuestas controvertidas referentes a modificaciones, incluidas una vida útil más breve de las patentes y la ampliación de la gama de patentes. Con respecto al intercambio de experiencias, sobre todo en el campo de los programas y políticas de promoción de la innovación, el estudio subraya que lo importante no es tanto lo que se haya hecho, sino la forma en que se ha hecho. Además, lo que funciona en un lugar no necesariamente dará resultado en otro país o región. En el informe se presentan estudios de caso que ilustran que la cuestión de las políticas apropiadas no es algo tajante. La innovación puede lograrse a través de diversas estrategias. "Existe una gran necesidad de ayudar a las PYME [pequeñas y medianas empresas] en la adopción de innovaciones. Esto ocurre especialmente en el caso de aquellas innovaciones que les permitan participar de manera más igualitaria en la economía del conocimiento, y en algunos casos, lograr la entrada en nuevos mercados y una mayor independencia con respecto a las redes orientadas hacia las grandes empresas", afirma el documento. Con objeto de divulgar el conocimiento de las buenas prácticas, el documento recomienda asimismo que se premie a las PYME innovadoras, tanto en los sectores tradicionales como en los "innovadores". El estudio reconoce que no puede introducirse con rapidez una nueva política de innovación sólo porque la anterior haya caducado. Por el contrario, "habrá necesidad de liderazgo, educación, ejemplos, orientación y servicios de coordinación".