¿Un proyecto de la UE podría evitar nuevos incendios forestales tan devastadores como los de este año?
El tiempo caluroso y seco que hubo en Europa a lo largo del verano fue desastroso para muchos países, sobre todo para Portugal, que se vio afectado por los peores incendios forestales de su historia, que provocaron la pérdida de 18 vidas humanas, la destrucción de más de 200.000 hectáreas de hábitat natural, y unos daños calculados en alrededor de 1.000 millones de euros. Mientras las autoridades de Portugal y de Europa reflexionan sobre lo que podía haberse hecho de otro modo, se está pidiendo la opinión a un equipo de investigadores que trabajan en un proyecto financiado por la UE, con la esperanza de evitar que vuelvan a ocurrir unas pérdidas de tal magnitud. El proyecto SPREAD es un precursor de los nuevos proyectos integrados que se financiarán en virtud del VI Programa Marco (VIPM). Constituye una fusión de tres proyectos más reducidos, e intervienen en él 26 socios de diez países. La creación de un solo proyecto de mayores dimensiones fue sugerida por la Comisión Europea. "Estamos examinando las tres fases de los incendios forestales: antes, durante y después," explicó el coordinador del proyecto, Domingos Xavier Viegas, de la Universidad de Coimbra. La primera fase consiste en la prevención del incendio, la caracterización de las condiciones que provocan los incendios forestales y los mapas de riesgo. La segunda hace referencia a lo que ocurre durante un incendio, y abarca el desarrollo de modelos de propagación del incendio y dispersión del humo, mientras que el profesor Viegas describe la tercera fase como "paquete ecológico contra incendios", e incluye la atenuación de los efectos de los incendios forestales y una mejor gestión de los bosques. Un cuarto pilar del proyecto garantiza que los investigadores tengan en cuenta a la sociedad. Los que trabajan en este aspecto del proyecto se están dedicando a la educación en seguridad antiincendios y a la formación en el tratamiento de los incendios. Además, el consorcio está buscando promover la transferencia de conocimientos a los usuarios pertinentes y crear un diálogo sobre incendios forestales. En este aspecto ya se han obtenido logros. La labor realizada en un proyecto anterior dio como resultado la recomendación de un único método de caracterización de los incendios, que en la actualidad ha sido adoptado como método estándar en Europa. El proyecto SPREAD, junto con una empresa privada, también ha desarrollado un vehículo todoterreno con equipos de meteorología y GPS incorporados, y con varias cámaras. El vehículo abre un campo visual acerca de lo que está ocurriendo en diversos lugares sobre el terreno, y fue muy solicitado durante los incendios del verano. Sin embargo, las autoridades no sólo se interesan por los resultados prácticos de la investigación. "Ya estamos cooperando con entidades nacionales y ofrecemos asesoramiento sobre lo que ha ido bien, y sobre lo que no ha funcionado," señaló el profesor Viegas a Noticias CORDIS. "Una de las peores cosas que pueden suceder es la falta de confianza: las personas vieron en peligro sus vidas y sus bienes. Actualmente estamos estudiando qué puede hacerse para recuperar esta confianza." Un funcionario de la Comisión se ha puesto en contacto con el profesor Viegas para concertar una reunión de reflexión donde él y sus colegas expongan sus opiniones acerca de cuáles son las investigaciones adicionales que se requieren, y qué instrumentos se necesitan para evitar estos desastres en el futuro. Los socios del proyecto están llevando a cabo sus propias investigaciones acerca del modo en que se han afrontado los incendios de Portugal a lo largo del verano. Los investigadores han organizado diversas entrevistas en Portugal para descubrir por qué perdieron la vida 18 personas. Han interrogado a testigos oculares sobre qué es lo que sucedió en cada caso, y por qué. Al parecer, una causa frecuente de estos fallecimientos ha sido el fenómeno del "estallido", así denominado debido a la súbita explosión de la madera del bosque. "Esto sorprende a las personas, y puede matar. La mayoría de los accidentes ocurren en ese momento," afirmó el profesor Viegas. Éste ha sido precisamente uno de los campos donde el proyecto ha logrado unos resultados más notables. Los experimentos de laboratorio y de campo han desarrollado el primer modelo físico a este respecto, que podría utilizarse para predecir cuándo existen probabilidades de que se produzca el estallido. El profesor Viegas también considera que el modelo elaborado sobre la propagación del humo constituye otro éxito. "Con frecuencia el humo provoca más daño que las llamas. Desorienta y crea confusión entre la gente." Este conjunto de resultados positivos demuestra lo satisfactorio que ha sido el proyecto SPREAD, cuando el equipo sólo ha llegado a la mitad del período de investigación asignado. Por lo tanto, llama la atención escuchar que los investigadores consideran que el número de socios que participan en el proyecto constituye un desafío de envergadura. Sin embargo, todos los socios son conscientes de las dificultades, y están realizando un esfuerzo activo para incrementar la integración a través de iniciativas que resulten instructivas para los futuros participantes en proyectos integrados. "Habíamos previsto estos problemas de integración," indicó el profesor Viegas. "Queríamos que cada sección fuese autónoma, y por eso, organizamos reuniones para explicar a los demás qué estaba sucediendo en cada sección. No es fácil que las personas trabajen en ámbitos que no son su propio campo de interés," añadió. El profesor Viegas creó un equipo de dirección del que forman parte dos personas de cada uno de los cuatro campos de investigación, con objeto de facilitar la comunicación, lo cual considera muy satisfactorio. Reunir a todos para la realización de experimentos de campo también se mostró conveniente desde el punto de vista de establecer relaciones entre los numerosos socios. Todos ellos se reunieron en Portugal para observar cómo ardían los terrenos, y cada equipo de investigadores observó distintos aspectos del fuego. La plena implicación del único socio no europeo, procedente de Canadá, también ha resultado difícil. Sin embargo, la contribución canadiense ha sido positiva sin ninguna duda, según el profesor Viegas, ya que permitió la realización de experimentos de campo sobre incendios terreros, lo cual no hubiese sido posible en Europa. Con respecto al futuro, el consorcio estudia la elaboración de un proyecto aún más amplio con objeto de continuar la investigación a través del VIPM. Aún no se ha llegado a ninguna conclusión, pero el próximo proyecto también podrá hacer referencia a otros riesgos. "La Comisión está fomentando el estudio de riesgos múltiples. Desea compartir el lenguaje acerca de todos los riesgos," concluyó el profesor Viegas.
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