Un proyecto comunitario muestra a los responsables políticos cómo incrementar la sostenibilidad en las ciudades europeas
Un proyecto, financiado con fondos comunitarios, que evalúa la capacidad de las políticas de transporte y de utilización del suelo para aumentar la sostenibilidad concluye que para conseguir la sostenibilidad sería más eficaz la adopción de un "paquete de políticas" que políticas individuales centradas en la utilización del coche, el transporte público o la utilización del suelo. El proyecto PROPOLIS recibe financiación mediante la sección "Energía, medio ambiente y desarrollo sostenible" del V Programa Marco (VPM) y desarrolló modelos para la predicción y mitigación de los impactos negativos de las políticas en materia de sostenibilidad medioambiental, social y económica. Más del 75 por ciento de la población de Europa Occidental vive en ciudades en las que la calidad de vida, la salud y la seguridad están considerablemente influenciadas por las estrategias de transporte urbano y de utilización del suelo. "Lo que está claro es que no pueden mantenerse los actuales niveles de sostenibilidad. Si continuamos como hasta ahora "haciéndolo como siempre" la sostenibilidad disminuirá", señaló a Noticias CORDIS Eric Ponthieu, de la Oficina Científica de la Comisión responsable del proyecto. "Si representara a una autoridad regional, estaría muy preocupado". Ninguna política es especialmente eficaz por sí misma, indicó. Aunque las políticas dirigidas a hacer que el transporte por carretera sea más lento y caro, y por lo tanto, menos interesante, tienen un impacto, éstas requieren, al menos, de cierto grado de centralización de la ciudad. Las políticas destinadas a que los transportes públicos sean más atractivos sólo tienen un impacto mínimo sobre la movilidad automovilística y pueden presentar la desventaja de fomentar la diseminación urbana, es decir, la descentralización de residencias y lugares de trabajo. "Debemos ser extremadamente cautos en cuanto a la forma que hacemos más atractivas las políticas de promoción de los transportes públicos", señaló el Dr. Ponthieu. Las políticas de utilización del suelo, concebidas para aumentar la densidad urbana o la utilización mixta de los suelos, apenas influyen en la movilidad automovilística, a no ser por la presencia de medidas de acompañamiento aunque sí tienen la ventaja, a largo plazo, de establecer las bases de una reducción de la movilidad por carretera. Intervenir mediante políticas en cada uno de estos tres ámbitos a través de medidas "ajustadas" repercutirá en la reducción de la dependencia de los coches. El Dr. Ponthieu cree que los resultados de este proyecto representarán un paso adelante: "Este proyecto sensibilizará a las autoridades locales sobre la necesidad de emprender acciones", señaló. PROPOLIS examinó la situación actual y la aplicación hipotética de políticas pertinentes en siete ciudades europeas: Helsinki, Dortmund, Nápoles, Vicenza, Inverness, Bilbao y Bruselas. Los modelos desarrollados por el equipo del proyecto demuestran que la puesta en marcha de un paquete de políticas en estas ciudades llevaría a una reducción de las emisiones de CO2 de entre el 15 y el 20 por ciento, y una reducción de los accidentes de tráfico de entre el 8 y el 17 por ciento, además de reducirse la exposición al ruido, la contaminación y el tiempo que se pierde en los embotellamientos. Unas políticas adecuadas deberían incrementar también la accesibilidad a los centros de las ciudades. El coordinador de PROPOLIS, Kari Lautso de LT Consultants, pequeña empresa finlandesa, ha garantizado a los participantes en la reunión final del proyecto, el 20 de enero, la óptima utilización de los resultados del proyecto. El consorcio desearía que la Comisión probara las políticas que recomienda y previera aplicar los modelos desarrollados durante el proyecto a otras ciudades europeas y del resto del mundo. El Dr. Ponthieu está convencido de que los modelos desarrollados pueden aplicarse a otros aspectos relativos a la utilización del suelo como la programación de las políticas forestales o marítimas. La responsabilidad la tienen ahora los políticos que, disponiendo de la información sobre cómo incrementar la sostenibilidad en las ciudades europeas, deberán aplicar las recomendaciones a fin de obtener los resultados.