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Un experto en biotecnología se centra en el riesgo que supone para Europa la no adopción de transgénicos

El Dr. Clive James, presidente del servicio internacional para la adquisición de aplicaciones agrobiotecnológicas y un defensor líder de biotecnología agrícola para el mundo en desarrollo, estuvo en Bruselas el 20 de abril, para presentar sus opiniones sobre la actual situació...

El Dr. Clive James, presidente del servicio internacional para la adquisición de aplicaciones agrobiotecnológicas y un defensor líder de biotecnología agrícola para el mundo en desarrollo, estuvo en Bruselas el 20 de abril, para presentar sus opiniones sobre la actual situación mundial y las previsiones futuras en torno a los cultivos modificados genéticamente. En su intervención ante los periodistas, comenzó señalando el desafío al que se enfrenta el sector agrícola. Según el Dr. James, las previsiones apuntan a que la producción integral de alimentos deberá duplicarse para 2050 si se cumplen las necesidades de la población mundial, que se prevé en nueve mil millones de personas. Aún más, añadió, esta duplicación de la producción tendrá que lograrse utilizando la misma cantidad de tierra de la que se dispone actualmente, ya que el área de tierra cultivable per capita en 2050 decrecerá en 0,15 hectáreas, en comparación con las actuales 0,25 hectáreas. "Un enfoque único no nos dará la solución" declaró el Dr. James. "La mejora de los cultivos convencionales por sí sola no duplicará la producción de alimentos para 2050, de igual forma que, la biotecnología no es una panacea, los transgénicos no es el filón de oro que resolverán todos los problemas." Sin embargo, el Dr. James expresó su convicción en que cualquier estrategia para cubrir la creciente demanda global de alimentos tendría que tener múltiples enfoques, integrar tanto a los cultivos convencionales como a los transgénicos a fin de optimizar la productividad. El reto, como se ve, es cómo acomodar las diversas opiniones sobre la tecnología de transgénicos dentro de una estrategia global, teniendo en cuenta especialmente la postura escéptica de muchos en Europa. El Dr. James aceptó las preocupaciones en torno a los cultivos transgénicos, como la seguridad alimentaria, el impacto medioambiental y el tema de quién es el propietario de la tecnología, situaciones que impiden actualmente su aceptación en Europa, si bien alegó que estos temas representan solo una parte del argumento. "La pregunta que deberían hacerse los europeos es "¿cuáles son los riesgos que conlleva la no adopción de los transgénicos?", declaró el Dr. James. Y, puso el ejemplo de la fuga de cerebros de talentos científicos desde Europa a otras partes del mundo, que causa la exclusión de Europa de la vanguardia de la tecnología. El Dr. James describió la situación actual de la biotecnología como la punta del iceberg, y añadió: "Lo que debe darse cuenta la gente es que si Europa elige rechazar la tecnología de transgénicos, estará dando la espalda a todo el iceberg, no sólo a la punta." Sin embargo, el Dr. James se mostró positivo sobre las perspectivas futuras de la tecnología de transgénicos en Europa, al declarar que eligió ver "el vaso medio lleno, y no medio vacío. "Los nuevos requisitos de etiquetado y trazabilidad de la UE, que entraron en vigor el 18 de abril, conducirán a nuevos avances en Europa y al establecimiento de productos transgénicos aprobados, así lo espera él. La introducción de medidas de coexistencia prácticas debe abrir el camino hacia el cultivo de transgénicos en Europa durante los próximos cinco años, declaró el Dr. James, y describió el cultivo limitado de maíz transgénico en España como "alentador". Cuando se le preguntó sobre los beneficios de los cultivos transgénicos a los consumidores europeos, el Dr. James admitió que, por ejemplo, las ventajas de los ciudadanos comunes son menos evidentes que las de los agricultores. Sin embargo, argumentó que la tecnología traerá unos precios más reducidos, y que se persuadirá mejor a los consumidores europeos con las variedades transgénicas con "rasgos de calidad" actualmente en desarrollo, como es un tipo de grano de soja que podría reducir los niveles de colesterol en el organismo. Por último, sin embargo, están los beneficios potenciales que los cultivos de transgénicos pueden ofrecer al mundo en desarrollo, especialmente a los 870 millones de personas que sufren hoy en día de malnutrición, un argumento el Dr. James considera decisivo a favor de la tecnología. "El problema podría se que el hambre es un concepto difícil de entender para los consumidores de la UE y de EEUU," concluyó.