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Los ingredientes para la construcción de una universidad de primera línea

La Comunicación de la Comisión publicada en 2003 sobre "el papel de las universidades en la Europa del conocimiento", junto al lanzamiento del nuevo programa Erasmus Mundus y a las discusiones a nivel nacional sobre cómo financiar las universidades, han puesto a estas instituc...

La Comunicación de la Comisión publicada en 2003 sobre "el papel de las universidades en la Europa del conocimiento", junto al lanzamiento del nuevo programa Erasmus Mundus y a las discusiones a nivel nacional sobre cómo financiar las universidades, han puesto a estas instituciones, algunas de ellas centenarias, en el centro del debate. Coincidiendo con los últimos preparativos de una conferencia internacional organizada por la Comisión Europea sobre el papel de las universidades en Europa, miembros de las comunidades científica y educativa se reunieron el 22 de abril en Bruselas para una sesión informativa sobre la ciencia en Suiza intitulada "Cómo construir una universidad de primera línea". Dos oradores principales expusieron sus distintos puntos de vista sobre los elementos fundamentales para lograr la excelencia. Patrick Aebischer, presidente de la renombrada Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, identificó tres factores clave - atraer a los mejores estudiantes, los mejores profesores, y asegurar unos recursos financieros adecuados - pero también hizo hincapié en la importancia de unos claros objetivos, una autonomía adecuada, y una ubicación y creación de marca (branding) atractivas. Por su parte, Nikolaus van der Pas, director general de la DG Educación y Cultura de la Comisión Europea, señaló que el camino hacia la excelencia es mucho más sencillo y consiste fundamentalmente en garantizar la calidad y la movilidad. Las tesis del Dr. Aebischer se basaron en su experiencia. En 2000, fue nombrado presidente de la EPFL, y participó de lleno en los cambios que han convertido a la Escuela Politécnica en una de las universidades más afamadas de Suiza y Europa. Los doce "departamentos" originales fueron reemplazados por cinco "facultades" que ofrecen programas interdisciplinares. La Escuela Politécnica ha creado igualmente una red junto a otras instituciones, incluida la Universidad de Lausana, que permite ofrecer a los estudiantes de la EPFL cursos de humanidades, mientras que la EPFL imparte a su vez matemáticas y física a los estudiantes de la Universidad de Lausana. Partiendo de la convicción de que las mejores universidades tienen más estudiantes de postgrado que estudiantes no licenciados, en los últimos doce años, la EPFL ha duplicado el número de estudiantes de postgrado, y ha conseguido atraer a excelentes estudiantes y profesores. Más de la mitad de los estudiantes de postgrado no son de nacionalidad suiza, mientras que alrededor del 30 por ciento del personal docente procede de fuera de Suiza. Según el Dr. Aebischer, la EPFL realiza una "política de contratación agresiva". "No se puede poner sencillamente un anuncio en Nature, hay que salir a cazar a los mejores cerebros," señala. "Son muchas las persona en los EEUU que estarían dispuestas a volver a Europa." Entre los últimos éxitos cosechados está la incorporación de Thomas y Monika Henzinger al personal docente. Thomas Henzinger, era catedrático en la universidad de Berkeley, y es pionero en verificación de programas, mientras que su mujer trabajaba de directora de investigación en Google, y fue reconocida como una de las 25 mujeres del año 2001 en Internet. Ambos consideraron que la oferta de la EPFL era suficientemente atractiva para dejar Silicon Valley en los EEUU. "Si atraes [a los mejores], estos atraerán a otros, lo que asegura a su vez la afluencia de estudiantes," indica el Dr. Aebischer. Nikolaus van der Pas felicitó al Dr. Aebischer por los logros de la EPFL, pero señaló que en su presentación había echado en falta un aspecto - la dimensión europea. Miles de universidades en toda Europa se enfrentan a los desafíos provocados por la globalización y las nuevas expectativas sociales, señaló el Sr. van der Pas. La cuestión del rendimiento obtenido sobre el dinero invertido en educación debe examinarse también en un contexto europeo, declaró el Sr. van der Pas, puesto que no puede ser resuelta a nivel local o nacional. Según el director general, es prioritario abordar las cuestiones de movilidad y garantía de calidad. Pero será difícil asegurar la calidad a nivel europeo mientras exista una falta de uniformidad a través del continente. Por ejemplo, explica el Sr. van der Pas, resulta impensable una propuesta de la Comisión sobre armonización de las cualificaciones: "Una propuesta de esta índole, especialmente si proviene de la Comisión, provocaría protestas. ¿Quiénes se han creído que son? Se preguntaría la gente". Por esta razón, es probable que los avances sean lentos, pero continuos, señaló: "Sin duda, la línea recta entre el problema y la solución no es la más corta. Será necesario dar varios rodeos antes de alcanzar nuestro objetivo." Pero la estrategia de la Comisión debería finalmente repercutir en una calidad garantizada y una mayor movilidad. El aspecto más importante de esta estrategia consiste en fortalecer la confianza mutua entre las universidades. Esto abrirá las puertas a una mayor cooperación entre las instituciones y, por ende, mejorará las oportunidades de movilidad. El programa Erasmus Mundus es una de las iniciativas destinadas a reforzar la confianza mutua. Los estudiantes deben estudiar en dos universidades europeas para obtener un master europeo, pero sólo las universidades que cooperan entre ellas pueden participar, y por tanto obtener financiación comunitaria. "Esperamos crear islas de cooperación que crezcan con el tiempo," explicó el Sr. Mr van der Pas. El Sr. van der Pas también se refirió al concepto de branding, señalado por el Dr. Aebischer como uno de los ingredientes clave para la creación de una universidad de primera línea. Un gran número de iniciativas están en marcha bilateralmente para atraer a estudiantes de terceros países hacia las universidades europeas, pero ¿hasta qué punto resulta atractiva "Europa"? se preguntó. La estancia en una universidad de los EEUU sobresale en el curriculum, mientras que los estudios realizados en una universidad belga, por poner un ejemplo, no tienen el mismo impacto, incluso cuando la universidad está extremadamente especializada en el campo pertinente. Europa debe superar igualmente su desconfianza frente al elitismo", sugirió el director general. "Sin una universidad de elite, no conseguiremos notoriedad". Ambos oradores coincidieron claramente en la importancia de la comercialización de los resultados de la investigación. "Si queremos convencer a los políticos de que inviertan más en el desarrollo de nuevas tecnologías, debemos demostrar que podemos crear riqueza a partir de ellas," indicó el Dr. Aebischer. El Sr. van der Pas secundó esta afirmación: "Podremos gastarnos todo el dinero que queramos en investigación, pero si somos incapaces de comercializar los resultados debido a barreras legales o institucionales, estaremos ante un impedimento al desarrollo" concluyó.