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Los satélites de la ESA descubren olas gigantes

Tras ser consideradas por los científicos producto de una leyenda, ahora se ha demostrado que realmente existen olas gigantes de más de 30 metros. Se ha comprobado con ayuda de los satélites ERS (Earth Remote Sensing) de la Agencia Espacial Europea (ESA). En 2000, la Comisión...

Tras ser consideradas por los científicos producto de una leyenda, ahora se ha demostrado que realmente existen olas gigantes de más de 30 metros. Se ha comprobado con ayuda de los satélites ERS (Earth Remote Sensing) de la Agencia Espacial Europea (ESA). En 2000, la Comisión Europea inició un proyecto científico llamado MaxWave para confirmar la frecuencia y localización de olas gigantes, modelar cómo se producen y considerar sus implicaciones para los criterios de diseño de barcos y plataformas petrolíferas. Ese proyecto, financiado dentro del apartado de energía, medio ambiente y desarrollo sostenible del Quinto Programa Marco (V PM), se completó a finales de 2003. Actualmente se están poniendo en marcha nuevas iniciativas para ver si es posible predecir las olas gigantes y para analizar cómo esas olas destrozan los barcos, con el fin de mejorar su diseño. Durante las pasadas dos décadas, los fuertes vientos han hundido más de 200 superpetroleros y barcos de contenedores de más de 200 metros de eslora. Y en una misma semana de febrero de 2001, a dos robustos cruceros turísticos -el Bremen y el Caledonian Star- olas gigantes de 30 metros les destrozaron las ventanas del puente en el Atlántico Sur. El Dr. Wolfgang Rosenthal, coordinador de MaxWave, señaló: Los incidentes se produjeron a menos de mil kilómetros de distancia entre sí [...].El mismo fenómeno podría haber hundido navíos menos afortunados: en promedio, dos grandes barcos se hunden por semana, pero la causa nunca se estudia con el mismo detenimiento que un desastre aéreo. Sencillamente se lo atribuye al "mal tiempo". Ya no. Los datos obtenidos por radar, como los de la plataforma petrolífera Goma del Mar del Norte, que registraron 466 olas gigantescas en 12 años, ayudaron a convencer a científicos anteriormente escépticos de la existencia de estas gigantescas montañas de agua. Para validar estas observaciones, el proyecto MaxWave decidió utilizar los datos de los satélites de radar ERS de la ESA, para efectuar el primer censo mundial de olas gigantes. Mientras están sobre el océano, los dos satélites obtienen "pequeñas imágenes" de 10 por 5 km de la superficie del mar, con una resolución de diez metros. ESA nos suministró datos de tres semanas -alrededor de 30.000 pequeñas imágenes separadas- seleccionadas alrededor de la fecha en que fueron alcanzados el Bremen y el Caledonian Star. Las imágenes fueron procesadas y se las sometió a una búsqueda automática de olas extremas en el Centro Aeroespacial Alemán', declaró el Dr. Rosenthal. En el plazo de tres semanas, el equipo MaxWave identificó más de diez olas individuales gigantes en todo el globo, superiores a los 25 metros de altura. 'Tras haber probado su existencia, en mayor número de lo que nadie esperaba, el siguiente paso es analizar si pueden ser pronosticadas", añadió Rosenthal. Por tanto, un nuevo proyecto de investigación llamado WaveAtlas utilizará dos años de pequeñas imágenes de ERS para crear un atlas mundial de olas gigantes(utilizando también los satelites ERS de la ESA) y efectuar análisis estadísticos. El proyecto estará coordinado por la Profesora Susanne Lehner, de la Universidad de Miami. Sólo los satélites de radar pueden ofrecer datos verdaderamente globales para el análisis estadístico del océanos, porque pueden ver a través de las nubes y de la oscuridad, a diferencia de sus equivalentes ópticos. En tiempo tormentoso, las imágenes de radar son, por lo tanto, la única información pertinente disponible, explicó el Profesor Lehner. Ya se han encontrado algunos patrones detrás de la formación de estas olas gigantes. El fenómeno suele estar vinculado con sitios donde las olas comunes se encuentran con corrientes y remolinos oceánicos, y se piensa que la fuerza de la corriente concentra la energía de la ola, formando olas mayores. Este proceso se ha observado en el caso de la corriente de Agulhas, en la costa oriental de Sudáfrica, así como en la Corriente del Golfo, en el Atlántico Norte. Sin embargo, también se han observado olas gigantes lejos de las corrientes, y mientras algunos cientificos dicen que los frentes atmosféricos pueden jugar también un papel improtante en la creación de este fenómeno, quedan muchas preguntas sin responder. Conocemos algunas de las razones para las olas gigantes, pero no las sabemos todas, concluyó Rosenthal.

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