Las universidades deben innovar para poder sobrevivir, según afirman en una conferencia
Si algún miembro de la Red Académica Europea de Decanos (DEAN) se preguntaba la importancia del tema de su conferencia anual, celebrada los días 27 y 28 de septiembre en Oporto, Portugal (investigación, innovación y transferencia de tecnología), sus dudas pronto se verán despejadas. Según Merle Jacob, profesora en política de ciencia e innovación, el cambio más importante que se ha producido en los últimos años en lo que se refiere a las universidades es que hoy en día se espera que los centros de educación superior contribuyan al crecimiento económico, y preferiblemente de una forma directa. Esas expectativas parecen completamente razonables si consideramos que aproximadamente el 20 por ciento del gasto total comunitario en investigación se destina a las universidades, y que un tercio de los investigadores europeos trabajan en el sector de la educación superior. No obstante, el reto es saber cómo salvar la distancia existente entre la creación de conocimiento y la transferencia de conocimiento, que es una característica típica de las universidades europeas. En opinión de la Profesora Jacob, las universidades tienen tres opciones: pueden liderar la situación, afrontarla como puedan o arrojar la toalla. Varias universidades no sobrevivirán a este proceso, pero Europa cuenta ahora mismo con excedentes en este campo, por lo que no supone un problema real, dijo a CORDIS Noticias. Para los centros que confían en sobrevivir o prosperar, el primer paso es crear una estrategia basada en la evaluación realista de sus puntos fuertes y su potencial futuro. En esa estrategia no hay lugar para fantasías de liderazgo, sobre todo de los centros muy pequeños, advirtió en la conferencia la Profesora Jacob. Hay que tratar de alcanzar el cielo por todos los medios, pero antes asegúrense de que es el cielo lo que hay sobre su propia universidad.' Rainer Gerold, director de la unidad ciencia y sociedad de la DG Investigación de la Comisión, se mostró de acuerdo con la necesidad de que las universidades desarrollen sus propias estrategias de investigación. El Sr. Gerold habló desde Bruselas a través de una conexión de video, y dijo a los decanos que 'la UE no puede proporcionar un solo retrato robot para las universidades - su diversidad es un punto muy fuerte -, pero es un tema que requiere un amplio debate y deberíamos promover las mejores prácticas.' El Sr. Gerold dijo que de este proceso pueden surgir diferentes clases de universidades, algunas capaces de centrarse en campos de la investigación en los que son competitivas a escala global, otras que realicen una actividad de investigación que no sea de excelencia pero sí de apoyo al desarrollo regional, y otras que se dediquen más a la enseñanza. Sobre cómo deberían entonces aumentar las universidades su potencia innovadora, se propusieron varias medidas. Para el Dr. Giles Capart, director gerente de SOPARTEC, la empresa de transferencia de tecnología asociada a la Université catholique de Louvain (Bélgica), la forma más rápida y eficiente de conseguir resultados importantes en un tiempo razonable es reforzar su colaboración con la industria. 'Éste es un buen sistema, y aportará nuevos productos y procesos a los modelos empresariales existentes,' dijo el Dr. Capart. 'Lo más importante, crea una relación duradera entre las universidades y la industria.' Para conseguir el rejuvenecimiento económico a largo plazo, no obstante, las universidades tendrán que complementar su colaboración con la industria con una participación activa en la creación de empresas nuevas. 'En muchos casos, el verdadero potencial de las nuevas tecnologías solamente se puede desatar a través del desarrollo de modelos empresariales alternativos, en lugar de colaborar con empresas ya existentes, señaló el Dr. Capart. Mediante una propuesta tan complementaria, la sociedad se beneficiará de la investigación de las universidades a través de la creación de nuevos puestos de trabajo e industrias, mientras que las universidades estarán mejor situadas para atraer a nuevos estudiantes, retener a sus mejores científicos y generar nuevos ingresos de la investigación . 'Estas actividades innovadoras no deben confundirse con una nueva fuente de financiación para las universidades,' advirtió el Dr. Capart. Para concluir, recordó a los decanos lo que está en juego: 'La misión de investigación de las universidades está en juego, tanto en lo que se refiere a retener a los científicos buenos como a justificar la financiación de la investigación; la competitividad de la industria europea está en juego, y el éxito del espacio Europeo de Investigación está en juego. [...] Si fracasamos, en apenas unas décadas Europa se limitará a enseñar sus monumentos a los turistas chinos.'