El cambio acelerado del clima circumpolar está provocando un impacto global, según un estudio científico internacional
El clima ártico está cambiando con gran rapidez, más rápido que la media mundial, y sus efectos se sufren en todo el mundo. Eso es al menos lo que se escuchó el 5 de octubre en un encuentro internacional de periodistas científicos. En la cuarta conferencia mundial de periodistas científicos, celebrada en Canadá, se presentaron las conclusiones anticipadas del Estudio sobre Impacto Climático en el Ártico (ACIA, por sus siglas en inglés), que reúne los últimos conocimientos de científicos europeos y norteamericanos sobre variabilidad del clima, cambio climático y aumento de la radiación ultravioleta (UV). Según uno de los autores encargados del documento de la evaluación científica, Profesor Terry D. Prowse, responsable del proyecto en el National Water Research Institute de Canadá, entre los diez descubrimientos más importantes del informe destaca sin duda el hecho de que algunas zonas del Ártico presentan un calentamiento entre cinco y diez veces por encima de la media mundial. Las temperaturas de invierno han subido hasta 4°C en las últimas décadas, frente al promedio de 0,6°C del calentamiento global. Además, el grupo internacional de científicos prevé un índice constante de calentamiento de hasta tres veces la media global en el próximo siglo, y un aumento de hasta 10°C en las temperaturas de invierno antes de 2100. 'Existen grandes variaciones debido al albedo de la nieve y el hielo,' explicó el Profesor Prowse, 'el derretimiento aumenta las zonas de absorción de calor debido a la radiación solar.' A pesar de que el aumento de la vegetación en las regiones del norte convertirá el Ártico en un depósito de carbono, absorbiendo el exceso de CO2, el Profesor Prowse advirtió que esta situación probablemente se compensará con la absorción de calor causada por la reducción de la capa de hielo. 'Cuanto más cubierta haya, mayor será la absorción de la radiación, y se producirá un efecto contrario por la menor reflexión de los rayos en la superficie del suelo, señaló. Estos efectos locales o regionales tendrán, sin embargo, un impacto global, porque el aumento de la fusión glacial y los residuos fluviales añadirán agua dulce al océano, desviando las corrientes que transfieren el calor entre los trópicos y los polos, además de elevar el nivel del mar. 'El Océano Ártico está rodeado de grandes masas de tierra, continuó diciendo el Profesor Prowse, 'se ha producido un aumento del 8 por ciento en el nivel de precipitaciones árticas en los últimos 100 años, y un aumento del vertido de agua dulce de unos dos kilómetros cúbicos anuales en los últimos 60.' Tras el estudio científico se publicará un documento político, y las consecuencias serán dramáticas para las personas y los ecosistemas debido a los diferentes efectos del cambio climático y los elevados niveles de radiación ultravioleta. Las peores consecuencias para las personas se sufrirán en las zonas costeras, donde las comunidades y las instalaciones sufren un mayor grado de exposición a las grandes tormentas. Alaska, Canadá y la península rusa de Chukotka están especialmente en peligro. El derretimiento del suelo afectará al transporte, los edificios y las infraestructuras alrededor de las regiones polares, y las poblaciones indígenas sufrirán los mayores perjuicios económicos. Los ecosistemas del Ártico también sufrirán graves consecuencias, porque la diversidad de las especies animales y los ámbitos de distribución se verán modificados, y el aumento de los niveles de UV afectará tanto a las plantas como a los animales. 'La capa de hielo derretida provocará daños en el hábitat y dificultará el acceso a los alimentos del oso polar y las focas, provocando la extinción de algunas especies, mientras que las rutas históricas de migración del reno y del caribú también se verán alteradas,' dijo el Profesor Prowse, quien añadió que la extensión más pequeña de tundra ártica en 21.000 años se prevé para 2.100. Esta previsión tan pesimista puede tener consecuencias sorprendentes, ya que para 2.080 la corriente septentrional entre Europa y Asia, un 45 por ciento más corta que por el Canal de Suez, será navegable durante 100 días al año por el derretimiento de la capa de hielo. No son buenas noticias, porque algunos modelos del informe prevén la desaparición por completo de la capa de hielo septentrional para finales de siglo. El informe, que se presentará el 9 de noviembre en el Simposio Científico Internacional de la ACIA sobre el cambio climático en el Ártico, en Reykiavik, Islandia, es el resultado de un proyecto internacional de cuatro años encargado por el Comité Científico Internacional del Ártico (IASC) y el Consejo del Ártico - una organización que incluye naciones europeas y norteamericanas que hacen frontera con la región polar, así como representantes de poblaciones indígenas. En el marco de las conclusiones del informe, la parlamentaria canadiense Karen Kraft Sloan declaró que Canadá es el chivato del pozo, ya que es el primero que advierte al resto del mundo sobre el cambio climático. Más de 250 científicos y seis organizaciones indígenas circumpolares han participado en la elaboración del informe del ACIA bajo la supervisión del IASC, una organización no gubernamental que tiene como objetivo facilitar la cooperación en todos los aspectos de la investigación ártica, en todos los países involucrados en investigación ártica y en todas las áreas de la región ártica. El Consejo del Ártico es un foro intergubernamental de alto nivel que incluye a Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia. Los representantes de los pueblos indígenas de la región ártica, o los Participantes Permanentes del Consejo Ártico, son la Asociación Internacional Aleut, la Conferencia Circumpolar Inuit, el Consejo Saami, la Asociación Rusa de Pueblos Indígenas del Norte, el Consejo Ártico Atabascano, y el Consejo Internacional Gwich'in.