Un científico del CCI afirma que la evaluación comparativa no lo es todo
Según un científico visitante de la Comisión Europea, en un mundo cada vez más globalizado la UE debería dejar de preocuparse tanto por las evaluaciones comparativas y centrarse más en las condiciones marco que determinan las decisiones de localización si quiere situarse al frente del juego en la investigación y la innovación. En el discurso pronunciado en la conferencia sobre Internacionalización de la investigación y evaluación comparativa de la actuación europea, celebrada el 27 de octubre en Maastricht, Países Bajos, el Dr. Keith Smith, del Instituto de estudios tecnológicos del CCI en Sevilla, España, advirtió que muchos de los indicadores utilizados por la UE no son lo suficientemente fuertes para realizar comparaciones internacionales. 'Las comparaciones internacionales figuran en todos los documentos del Espacio Europeo de Investigación (ERA),' dijo el Dr. Smith. 'A menudo oímos decir que el GBDI (gasto bruto en investigación y desarrollo) del PIB es demasiado bajo, o que el número de patentes es muy bajo. Pero, ¿muy bajo en relación a qué? Sobre todo en comparación con EE.UU. y Japón. Hay que recordar que en EE.UU. la diversidad, la heterogeneidad y la variedad constituyen la norma, tanto en lo que se refiere a número de empresas como de países,' afirmó el Dr. Smith. La diversidad de la industria varía de un país a otro, al igual que el resultado de los modelos de innovación, la especialización tecnológica, las operaciones de los mercados laborales, las creaciones institucionales y las infraestructuras, explicó el Dr. Smith. Esto significa que puede haber muchos posibles indicadores de actuación y que las empresas y los países funcionarán de forma diferente de acuerdo con los distintos indicadores, y en relación con el producto final. 'El problema,' señaló el Dr. Smith, 'es que los indicadores de actuación no tienen por qué estar bien correlacionados entre sí. Los indicadores de ciencia y tecnología se pueden correlacionar mal con los indicadores del crecimiento y el bienestar. La intensidad agregada de I+D, por ejemplo, no siempre está bien correlacionada con los niveles de renta y las tasas de crecimiento.' El Dr. Smith puso como ejemplo la productividad de las TIC para ilustrar este punto, y explicó que EE.UU. utiliza índices hedónicos para calcular la producción real de equipos informáticos, mientras que Europa emplea el método del modelo ajustado. Esto significa que la productividad europea en el sector de la informática se ha infravalorado con respecto a la de EE.UU. y Japón por la existencia de diferencias estadísticas en los deflactores de los precios. La precisión de las comparaciones internacionales en material de productividad es muy limitada, subrayó el Dr. Smith. Respecto al empleo, el Dr. Smith afirmó que la UE siempre sale perdiendo en las comparaciones con EE.UU. Sin embargo, lo único que quiere decir es que la UE calcula mejor la tasa de desempleo y que EE.UU. no da a conocer el hecho de que tiene dos millones de hombres en edad de trabajar en prisión.' 'Por tanto,' dijo el Dr. Smith, 'tenemos una cantidad enorme de diversidad y heterogeneidad en los sistemas que se comparan. Por eso necesitamos un esfuerzo serio para mejorar los tipos de datos que se recogen, su cobertura y las metodologías de colección de datos, y necesitamos análisis comparativos que consideren los sistemas en general y que sean mucho más sensibles a la diversidad.' Para concluir, el Dr. Smith advirtió que la diversidad entre economías implica que la UE debe tener mucho cuidado con los indicadores numéricos de evaluación. Además, la tendencia a la globalización sugiere que las políticas deben centrarse más en las condiciones marco (regulación, políticas, infraestructura, recursos humanos, condiciones de mercado) que determinan las decisiones de localización de las empresas, y no tanto en determinados objetivos de actuación.