Un informe indica que las TIC pueden tener consecuencias negativas o positivas en la sostenibilidad medioambiental
Un nuevo estudio sobre el posible impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en la sostenibilidad medioambiental ha concluido que éstas podrían tener un efecto positivo o negativo, en función del diseño de las políticas de apoyo. El estudio, titulado 'The future impact of ICTs on environmental sustainability (El impacto futuro de las TIC en la sostenibilidad medioambiental), fue encargado por el Instituto de Prospectiva Tecnológica del Centro Común de Investigación (CCI). Se trataba de evaluar cómo afectarían las tecnologías de la información y las comunicaciones al rendimiento medioambiental europeo de aquí al año 2020, de acuerdo con indicadores tales como: volumen del transporte en relación con el PIB; consumo energético y cuota de renovables; y gestión de los residuos municipales. En general, el informe concluye que 'las TIC podrían mejorar la situación, reforzando los efectos positivos en el medio ambiente, o podrían empeorarla. Esto indica que hay que diseñar políticas medioambientales para asegurarse de que las aplicaciones de las TIC contribuyen de forma beneficiosa a la producción medioambiental y, al mismo tiempo, eliminan los efectos rebote.' Según los autores del estudio, esos efectos rebote negativos pueden producirse cuando el aumento del rendimiento estimula una mayor demanda, hasta el punto de que las ventajas medioambientales que en su origen eran positivas se ven compensadas o incluso superadas por esos efectos negativos. Un ejemplo perfecto de este fenómeno, según el informe, se produce en el sector del transporte, en el que el aumento de la capacidad de crear redes y reducir el tiempo mediante sistemas inteligentes de transporte propiciará un incremento de la demanda de transporte, salvo que se tomen medidas para limitar el crecimiento.' Los autores sugieren que la asimilación del coste de las externalidades medioambientales - concretamente subiendo los precios del combustible y la energía - podrían hacer descender la demanda a un nivel en el que el transporte no estaría ya ligado al crecimiento económico. Además, las tecnologías de movilidad virtual no generarán ahorros de transporte importantes si no se introducen políticas que las respalden. El informe propone la promoción de los encuentros virtuales como la aplicación electrónica más efectiva para reducir el impacto medioambiental del transporte de pasajeros. Respecto al consumo de energía, las TIC pueden desempeñar dos funciones principales: apoyar las medidas de ahorro energético en los edificios, y mejorar el uso racional de la energía calorífica. En el marco del ahorro energético, el informe hace una distinción entre medidas duras que solamente se pueden aplicar a los pocos inmuebles que se construyen o se renuevan cada año, y medidas blandas que, en principio, son aplicables a todos los edificios. Aunque no está nada claro en qué condiciones funcionan de forma efectiva y satisfactoria para los usuarios las medidas blandas respaldadas por las TIC (por ejemplo sistemas de calefacción inteligente), el tema merece ser tomado en cuenta por los altos niveles de energía que se consumen, señala el informe. La contribución de las TIC a la gestión de los residuos también se divide en dos apartados: la generación de residuos de equipos eléctricos y la gestión y el reciclaje de los residuos sólidos municipales. En el primer apartado, el informe advierte que de aquí a 2020 las TIC se añadirán a los residuos sólidos locales que no se reciclan si no se hallan las medidas adecuadas para limitar el crecimiento de los residuos de TIC. Para ello, los autores proponen que se ofrezcan incentivos a los productores para que diseñen y vendan productos TIC con una larga vida útil, reduciendo de este modo la tasa de cancelación. En el segundo caso, el informe señala que las TIC ofrecen sistemas inteligentes de reciclaje y otras formas de recuperación, y por tanto reducen la cantidad de residuos que se depositan para su incineración. En resumen, el informe afirma que si las TIC pueden hacer que descienda el consumo de energía, habrá que diseñar una política para promover los impactos positivos de estas tecnologías en el medio ambiente, e inhibir al mismo tiempo los impactos negativos.' Por último, los autores del estudio admiten que existe una gran incertidumbre en muchos de los campos que aborda el análisis, y piden que se realice más investigación para comprender mejor la función de las TIC en el cumplimiento de los objetivos de la política medioambiental.