Un proyecto europeo construye un nuevo y potente megaordenador
Ocho centros de investigación europeos van a unir cuatro superordenadores para crear un potente megaordenador, en un intento por impulsar la competitividad europea en los campos científicos en los que se requiere un rendimiento extremo. La conexión de las cuatro infraestructuras informáticas nacionales en el ámbito europeo mejorará de forma considerable la velocidad de los cálculos científicos complejos, y permitirá a los científicos realizar investigaciones que de otra manera habrían sido imposible desarrollar. La innovadora estrategia, denominada DEISA (Distributed Infrastructure for Super Computing Applications), será financiada en parte por la Comisión Europea en el Sexto Programa Marco (VI PM). 'Este proyecto de infraestructuras de investigación del VI PM pretende crear un centro virtual europeo de HCP de primera clase, a la vanguardia de la tecnología y el rendimiento, y conectarlo de forma eficaz con el entorno informático europeo,' explica el consorcio. Esto será posible mediante la integración de plataformas nacionales de alta gama y una red dedicada de alta velocidad y respaldada por sistemas innovadores y software de redes. Combinar los cuatro superordenadores costará mucho menos que construir uno nuevo con las mismas capacidades. Tal y como explica el consorcio, la creciente competencia en el plano mundial entre Europa, EE.UU. y Japón hace que cada vez se necesiten más recursos computacionales y con niveles máximos de rendimiento, y provoca además una necesidad de innovar con rapidez. Para mantener la competitividad, hace falta realizar grandes inversiones cada dos años, un ciclo de innovación que es difícil de seguir incluso para los países más prósperos. Se prevé que el potente megaordenador de DEISA respalde una gran cantidad de actividades de investigación en diferentes sectores científicos, como ciencias de los materiales, cosmología y astrofísica, física del plasma, ciencias de la vida, investigación de la energía orientada a la fusión, química cuántica, investigación del clima y dinámica computacional de fluidos en la industria. En el campo de las ciencias de la vida, por ejemplo, el megaordenador tendrá un valor incalculable. De hecho, el cálculo de la forma en que se pliega una proteína requiere una capacidad informática de grabación, debido al gran número de permutaciones posibles. Esos cálculos resultan imprescindibles porque esconden la clave para determinar cómo interactúan las proteínas con otras moléculas. 'Hace falta un entorno europeo de superinformática estrictamente integrado para compartir los recursos computacionales que se necesitan para lograr la máxima eficiencia y el máximo rendimiento, explica el director del proyecto, Victor Alessandrini, del IDRIS-CNRS (Instituto de Desarrollo y Recursos en la Informática Científica, en el Centro Nacional francés de Investigación Científica). Éste es el camino que está allanando DEISA, añadió el Profesor Alessandrini. Considerado una sola máquina, el nuevo megaordenador será el cuarto en la clasificación mundial, por detrás de Bluegene y Columbia (EE.UU.) y de Earth Simulator, en Japón. Se prevé que esté listo para mediados de 2005.