Un proyecto de tecnologías de la sociedad de la información ayuda a los usuarios discapacitados a estar en línea
Para las personas con discapacidades, el acceso y uso de las modernas tecnologías de la información y las comunicaciones pueden ofrecer una creciente independencia y una mejor calidad de vida. Para las personas con un deterioro motor o desordenes en el movimiento, el simple hecho de utilizar un ordenador les exige tener una formación y equipo especializados, cuyos costes y disponibilidad pueden constituir una barrera. Este es el motivo por el cual un proyecto auspiciado por la prioridad de tecnologías de sociedad de la información del V Programa Marco (VPM) está desarrollando actualmente una nueva generación de dispositivos de entrada para los usuarios discapacitados y personas mayores, como los ratones controlados mediante los movimientos de la cabeza, y un sistema que permite la adaptación remota de estos servicios, así como formación general sobre informática. La coordinadora del proyecto ARTEMIS, Valérie Delaval, de Information and Image Management Systems en Barcelona informó a Noticias CORDIS: "Es la naturaleza "remota" del proyecto lo que constituye la innovación real, actualmente no existe un sistema similar. En Irlanda, por ejemplo, donde uno de los socios del proyecto tiene su sede, no hay centros de rehabilitación en cada ciudad y a menudo no es fácil acceder, está es la razón por la cual la característica de remoto es muy importante." Como explicó la Sra. Delaval, un usuario que sufre de temblores, por ejemplo, necesita adaptar su dispositivo de entrada para que el efecto de los temblores se neutralice y el ordenador sólo reconozca los movimientos deliberados. El sistema está siendo actualmente desarrollado dentro de ARTEMIS y permite a los profesionales controlarlo desde un sitio central remoto. Se puede utilizar también para instruir a las personas sobre cómo manejar el dispositivo de entrada y el ordenador en general. "Utilizar un ordenador puede ser muy difícil para alguien que tenga deterioro de la movilidad, por ejemplo, por ejemplo la utilización de pequeños iconos, y esperamos ser capaces también de desarrollar interfaces especializadas," añadió. El primer paso en la creación del sistema, y probablemente la parte más desafiante del proyecto, según la Sra. Delaval, era llevar a cabo un estudio en los cinco países socios (Dinamarca, Francia, Irlanda, España y Reino Unido) para evaluar las exigencias de los usuarios, y concebir después un sistema asequible que cubra las necesidades identificadas. Los aspectos relativos a los costes eran de vital importancia, explicó la Sra. Delaval: "Normalmente, las personas discapacitadas o de muy avanzada edad no son los más ricas, ésta es la razón por la que es tan importante que desarrollemos un sistema que sea lo más barato posible." Sin embargo, estos sistemas y equipos especializados no aparecen gratuitamente, y el consorcio por lo tanto quiere señalar la necesidad de políticas públicas proactivas que subsidien los costes que supone la introducción de este tipo de tecnología para mejorar la vida. Tras la consulta a los grupos afectados y otros interesados identificados como usuarios potenciales del sistema ARTEMIS (incluidos los usuarios finales en sí, los terapeutas de reeducación y especialistas en rehabilitación) se ha construido el esqueleto del sistema final y el primer dispositivo de entrada (un ratón que responda a los movimientos de la cabeza) está siendo integrado en el desarrollo del software. Una vez integrados otros dispositivos y el sistema esté terminado, se llevará a cabo, entre julio y finales de este año, una evaluación técnica basada en los usuarios. Desde comienzos de 2006, hasta la finalización del proyecto en septiembre de ese año, se realizarán demostraciones prácticas del sistema en cinco centros de rehabilitación que forman parte del consorcio, uno en cada uno de los países participantes. La Sra. Delaval admite que el desarrollo de un sistema y las pruebas en los cinco países suponen ciertos retos, como las diferentes infraestructuras de telecomunicaciones y las prácticas profesionales. Pero estas diferencias son también uno de los baluartes del proyecto. "Nos beneficiamos de la participación de los cinco países ya que podemos ver las diferentes realidades de cada uno. Las mentalidades y los enfoques son completamente diferentes en el Reino Unido e Irlanda en comparación con España, por ejemplo," declaró, sugiriendo que un sistema desarrollado para cubrir estas necesidades divergentes tendrá un atractivo lo más amplio posible. Adelantándose a la conclusión del proyecto, Noticias CORDIS le pidió a la Sra. Delaval que predijera qué impacto podría tener el sistema ARTEMIS. "Este producto tiene el potencial de cambiar completamente las vidas de muchas personas," replicó. "Permite a las personas mayores y discapacitadas estar más integradas en la sociedad, no se trata sólo de utilizar un ordenador, es la llave para una mayor independencia."
Países
Dinamarca, España, Francia, Irlanda, Reino Unido